𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝐼𝑋

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EN CONTRASTE CON LAS clases normales de Chase, todos los estudiantes lo observaban en silencio enseñar esta lección. Su piel se había hecho pálida los últimos días desde el incidente de la sala de juegos, un gris enfermizo y ceniza. Sus habituales conferencias dictatoriales se habían transformado a apenas decir una oración y toser. Estaba tratando de explicar una técnica de lucha, sin embargo, nadie podía entenderla. Yodo lo que salía de la boca de Chase era confuso para ellos.

Su comportamiento arrogante se había ido hace mucho tiempo. Su ingenio rápido había diminuido hasta que comenzó a parecerse a Adam en sus momentos más tontos. Incluso su cabello castaño oscuro que solía brillar debajo de las luces se había apagado y llegó a ser desordenado cabello.

Sin embargo, lo que más notó Lorelei fueron sus ojos tristes. La chispa que solía brillar cada vez que estaba a punto de compartir su conocimiento había muerto aquella noche.

En los últimos días, los estudiantes y familia de Chase lo habían visto deteriorarse hasta convertirse en un zombi débil, negándose a descansar. El Sr. Davenport y Douglas habían estado trabajando sin cesar para averiguar qué era lo que tenían las armas que habían golpeado a Chase y, a medida que pasaban más días, se volvían más desesperados por encontrar una respuesta.

—Olvidé cuál es el nombre oficial de este próximo —murmuró Chase mientras escribía algo en su tableta que estaba conectado a una pantalla—. Pero llamémoslo choque de pies —Mostró varias fotos y vídeos de la técnica de karate y los señaló en el momento en que se mostró la técnica—. Escuchen, es cuando tu pie choca contra el pie de otra persona.

Él tomó un largo aliento, pero terminó tosiendo por eso. Lorelei llevó la cabeza hacia atrás para echarle un vistazo. Estaba sudando profundamente haciendo que su piel pareciera brillosa, a pesar de estar sentado.

Sus ojos lo siguieron mientras él se levantaba de su silla y caminaba hacia la parte delantera del aula.

—Creo que es hora de un descanso —dijo, con el pecho levantado violentamente. Antes de que alguien pudiera levantarse de sus sillas, su expresión cambió de repente. Parecía casi confundido cuando se agarraba el pecho y se balanceaba ligeramente hacia adelante y hacia atrás antes de derrumbarse al suelo.

Lorelei y Sebastian fueron los primeros en levantarse de sus sillas y arrodillarse junto a él. Una de las manos de Lorelei se deslizó debajo de su cabeza para que pudiera descansar sobre ella, con la cabeza bajando hacia su pecho. Sus nervios se calmaron un poco mientras oía el suave respiración de sus pulmones y su corazón latiendo junto con él, aunque peligrosamente lento.

Sebastian estaba ocupado vigilando su pulso para asegurarse de que su corazón no se saltara ningún latido.

—Vamos, amigo —murmuró en voz baja, la preocupación se arrugaba en su frente.

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⏰ Last updated: Apr 23 ⏰

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𝑺𝑷𝑬𝑳𝑳𝑩𝑶𝑼𝑵𝑫 | 𝑐ℎ𝑎𝑠𝑒 𝑑𝑎𝑣𝑒𝑛𝑝𝑜𝑟𝑡Where stories live. Discover now