Picnic

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Pasaron de nuevo los meses, cada vez se encuentra más cerca del baile donde Ben me presentará ante el reino como su Lady. El baile no es lo que me preocupa, lo que lo hace es Uma y, maldita sea, tenemos que repetir eso también.

O quizás no, pero...

Pero me siento como aquella vez, sólo que en vez de sentirme mal por las reglas de etiqueta y las cenas con la realeza, me siento mal porque aquí sí tengo una familia y regresando a mi mundo y a mi presente, ya no la tendré.

— ¿Sade? — me habló Kovu. — ¿estás bien? — asentí, cuando la realidad es que no.

— estoy bien, sólo son los nervios por el baile, ya sólo faltan tres dias.

— lo sé. — acarició mi brazo. — no tienes por qué estar nerviosa, te he visto en los bailes, en los de Bella y Bestia, estarás bien, estoy seguro que Scar te educó como una princesa.

— sí, lo hizo. — suspiré y miré a la izquierda, Ben se estaba acercando. Después caí en cuenta que estamos en la preparatoria. — Kovu, ¿por qué estás en la escuela?

— digamos que Kiah se metió en problemas y tuve que venir a disculparme en su nombre.

— ¿qué hizo?

— sólo diré que fue una travesura algo peligrosa en la clase de química, seguro después te vas a enterar, en esta escuela los chismes vuelan rápido. — lo abracé.

— todo mejorará, hermano, es sólo una etapa.

— lo sé, gracias.

— Kovu... — le saludó mi novio estrechando su mano.

— Alteza, un gusto verlo.

— lo mismo digo. — respondió. — bueno, yo me retiro antes de que Kiah se escape de su castigo, ya la conozco.

— suerte con eso. — le dije.

— gracias, hermanita... Alteza, con permiso. — se fue.

— ¿cómo estás, leoncita?

— estoy bien, ¿y tú, mini bestia?

— mejor que nunca, te tengo una sorpresa.

— igual yo. — conté. — ¿cuál es mi sorpresa? — pregunté.

— ven, cierra los ojos. — los cerré y él puso sus manos sobre mis ojos. — sin trampas.

— está bien, sin trampas. — dije riendo y caminamos unos cuantos pasos.

— ábrelos. — lo hice y vi a mi adorada  moto color rojo sangre. — ¿te gusta?

— ¿gustarme? Me encanta. — lo besé. — eres el mejor. — se sonrojó.

— el mejor para la mejor. — me sonroje también. — te amo.

— y yo a ti, Ben. — me besó. — te tengo una sorpresa para nuestro almuerzo.

— ¿ah sí? — asentí.

— vamos. — orillé la moto cerca de los casilleros, tomé de la mano a mi novio y fuimos al picnic que le preparé junto al lago encantado.

Logré cambiar algo, la primera vez usé el libro de hechizos de Mal, ahora... ahora sí me esforcé por preparar todo como se debe y me siento orgullosa de eso.

— oh por Dios, ¿esto es real? — asentí. — son los...

— mismos platillos que sirvieron en la boda de Bella y Bestia y en uno que otro de tus cumpleaños, les pregunté sobre tus comidas favoritas y me dijeron que son estas.

— varios platillos tardan tres días en prepararse. — contó aún sorprendido.

— lo sé. — mostró una gran sonrisa, me tomó de la cintura y me cargó dando vueltas.

— eres la mejor.

— la mejor para el mejor. — repetí lo que había dicho antes, lo besé y lo volví a abrazar. — ven. — nos sentamos en el suelo y comenzamos a comer. 

Después de un largo rato entre coqueteos, besos y comida, nos sentamos en la orilla y metimos los pies al lago.

— ¿ya hablaste con Simba? — me preguntó de la nada.

— no, ¿por qué?

— ¿no te lo contó? — negué. — no lo escuchaste de mí, pero te tiene una sorpresa.

— ¿qué sorpresa? — lo miré insistente. — anda, dime, no diré nada, actuaré sorprendida cuando me dé la sorpresa.

— bien... — comenzó a acariciar mi rodilla, sabe que eso también me tranquiliza. — el día del baile... él y Nala estarán presentes también, aparte de que serás anunciada como mi Lady, también él junto a la Hada Madrina, los nombrarán oficialmente a Carlos y a ti como príncipe y princesa de Auradon. — mi sonrisa se desvaneció. — oficialmente serán parte de su familia, serán parte de la realeza. — contó emocionado. — ¿no te alegra? — negué, sentí un nudo en la garganta.

Esto es lo que me temía, ellos se están encariñando con nosotros y nosotros con ellos.

— ¿por qué? — preguntó.

— es algo personal y sé que a Carlos tampoco le alegrará eso.

— no lo sabes.

— sí lo sé, es mi hermano, lo conozco de toda la vida, sé que él no estará feliz con esto. — me levanté y me alejé un poco de la orilla, mis ojos se llenaron de lágrimas y sequé esas lágrimas antes de que bajaran por mi cara. — lo siento, Ben, pero por favor pídele a Simba que no haga eso.

— no puedo. — respondió y también se levantó. — Sade, ¿qué tiene de malo que te nombren princesa?

— no lo entenderías, no me molesta ni me incómoda convertirme en Lady, porque al ser tu novia tengo que hacerlo, pero no quiero ser una princesa.

— pues algún día serás la reina de Auradon. — negué.

— ya lo soy. — me musité para mí misma. — lo siento, Ben, pero no seré una princesa.

— al menos dime por qué.

— no lo entenderías, jamás lo vas a entender. — sentí como mis garras salieron.

— entonces explícame. — me pidió tomándome de las manos. — por favor. — susurró con suavidad.

— no puedo. — las lágrimas finalmente cayeron y lo solté de las manos. — lo siento. — salí corriendo de ahí hacia mi habitación para tomar mis cosas.

Y no tan sólo porque la situación con Uma debe pasar, si no que ya no puedo con esta vida. Fue muy difícil y apenas pude con ello, no puedo hacerlo una segunda vez, menos cuando aquí sí tengo una familia, cuando esta vez soy considerada parte de la realeza antes de mi boda con Ben, que soy respetada gracias a Simba, a Nala, a Kiara y a Kovu, que ahora soy respetada por todo el reino sólo por ellos.

No puedo, no puedo con esto.

¿VP's? [Descendientes]Where stories live. Discover now