Mentiras

364 30 0
                                    

—————
|Capitulo 7|
—————

Mis manos sostenían con firmeza el arma, estaba algo oxidada, había pasado dos años de mí vida saliendo a casar junto a los Dixon. A Merle le fascinaban las armas y no perdió la oportunidad de explicarme todo lo que sabía de ellas, y como usarlas por supuesto, mientras Daryl, solo se limitó a enseñarme lo esencial de la ballesta. Sin embargo el arma que capturo mí corazón fue el arco, tan delicado y destructivo al mismo tiempo. No tardé en aprender a utilizarlo para cazar. Sin embargo, había perdido mi preciosa arma antes de llegar a la granja, y hasta el día de hoy no lo había recuperado, así que no me quedaba más opción que mejorar con las armas. Nos encontrábamos haciendo una práctica de tiro que Rick y Shane habían propuesto para mejorar la seguridad de todos, acepte sin rechistar, si tenía la posibilidad de recuperar lo que perdí en estos meses para que mí hijo esté a salvo, lo haría sin dudar.

—Lo haces bien—El halago de Rick consigue que baje la guardia.—Parece que tienes buena practica—

—Herencia de los Dixon—Al nombrar aquel apellido Rick parece comprender a lo que asiente.

—Prueba con esta—De su cinturón saca otra pistola, para posteriormente colocarla sobre mis manos—Es más pesada, pero tendrás el doble de munición —Explica mientras se acomoda a mí lado para observarme con más precisión. Y así lo hago, logrando dar en el blanco al segundo tiro. Me agradaba la sensación.—Parece que estás lista para la clase avanzada—Elogia regalándome una sonrisa que logra contagiarme. Rick es atractivo, no puedo negar eso. A mí cabeza vinieron las imágenes de Carol con Daryl y las palabras simplemente salieron de mí boca.

—Si también serás el profesor, asistiré sin falta—No sabía por qué había dicho eso, me siento idiota, el hombre tiene mujer e hijo. Rápidamente pienso algo para enmendar mí error—Creo que eres bueno explicando—Diablos, sueno como una regalada. Rick suelta una leve risa asintiendo.

—¿Te crees capaz?—Cuestiona.

—Claro—Respondo con simpleza, a lo que el hombre me hace una señal para que lo siga. Así ambos terminamos adentrandonos un poco en el bosque, dónde Rick se encarga de colgar un tronco cortado sobre la rama de un árbol.

—Es todo tuyo—Menciona algo divertido empujando el tronco haciendo que esté se balanceara. Suspiro algo agobiada y me dispongo a hacerlo, de los tres disparos solo uno consiguió pegarle—Veo que te enseñaron bien—Sonrie el hombre mientras se para a mí lado.

—Puedo hacerte una pregunta—Ante mí interrupción, Rick, se desconcierta, sin embargo, termina aceptando sin dudar—¿Hay algo entre Daryl y Carol?—El hombre me mira confundido.

—¿Por qué crees eso?—Mis labios se cierran al instante ¿Por qué debía preocuparme si Daryl tenía algo con la mujer? Rick al ver qué no respondo continua—Mira, hasta donde se, Daryl solo la ayuda a encontrar a Sophia, Carol únicamente está muy agradecida con el por lo que hace—La cara de Rick reflejaba algo de molestia, sus ojos divagaron un poco como si estuviera deliberando si debía decir lo siguiente—¿Ustedes siguen juntos?—la pregunta me tomó por sorpresa.

—No, nada de eso, solo me generaba curiosidad saber de su vida—Me excuso ante la pregunta. Rick me observa curioso, claramente dudando de mí respuesta.

—Entonces no te molestaría que Daryl saliera con Carol—Su afirmación me dejó muda, lo repase unos segundos en mí cabeza y realmente si lo haría, un poco. Pero podría vivir con eso ¿No?.

—No lo haria—Confirmo lo dicho a lo que Rick no contesta, solo vuelve a mover el tronco para permitirme disparar nuevamente. Y así lo hago, está vez ninguna de las balas logra tocarlo.

—Quizas lo anterior fue solo suerte—Se burla el comisario logrando que voltee mis ojos.—O realmente si te desconcierta Imaginartelos juntos—

—O quizás lo moviste demasiado—Me excuso.

—Los caminantes no se detendrán solo para que puedas dispararles—Me explica Rick poniéndose a mí lado—Apunta—Ordena. Al hacer lo que me pidió no pude evitar tensarme en el momento que posicionó una de sus manos sobre la mía, deteniendo mí movimiento de vaivén —Espera que pase por enfrente...y dispara—Murmura. Al sentir su aliento tan cerca mío sentí  un escalofrío, sin embargo, debía concentrarme. Sin pensarlo mucho hice lo pedido, dando dos veces en el blanco—Eso es—Felicita el comisario.—Con respecto a Daryl...solo habla con él—

—Gracias—Le brindo una sonrisa amable que el devuelve—Creo que ya debería volver, no quiero dejar a Ray más tiempo solo—Mi hijo se había quedado con su padre, que al saber que participaría en la práctica se ofreció sin dudar a cuidarlo. El trayecto fue en silencio, el comisario parecía inmerso en sus propios pensamientos y yo no tenía la intención de interrumpirlo. Sin más, simplemente me despedí de él para dirigirme a la carpa de Daryl. Al llegar lo vi, estaba recostado en su camilla, sobre su pecho descansaba Ray, muy tranquilo. La escena me enternecio. Me adentré a la carpa sentándome en el suelo, a un lado de ambos. Al instante Daryl abrió los ojos, encontrándose rápidamente con los mios—Lo lamento, no quería interrumpirte—

—No lo haces—Murmuró con la voz ronca.

—¿Cómo se portó?—Cuestione mientras acariciaba la suave mejilla regordeta de Ray, que aún dormía profundamente.

—Bastante bien, me recuerda a ti...solo duerme y ronca—Sus palabras lograron hacerme sonreír, recordando las noches en las que Daryl se quejaba por mis ronquidos o las veces que se burlaba de mí por ellos.

—Este niño es tu Karma—Comente divertida, aunque intente no estar a mí lado, Ray cada vez es más un calco mío.

—Lo es—Dejó escapar un suspiro mientras se sentaba con cuidado, dejando al niño sobre sus brazos, que a pesar del movimiento no se despertó.—Me gusta eso—Concluye, sus profundos ojos verdes me miraban sin tantear. No me molestaba aquello, su mirada me transmitía seguridad y paz. A pesar de todo el tiempo que pasamos alejados, aún seguía teniendo el mismo efecto en mí. Por mí mente pasaron las palabras de Rick. ¿Y si yo aún sentía algo por Daryl? No dejaría que esos sentimientos sigan a flote si él estaba en una relación con alguien más.

—Tu...Tu y Carol...¿Tienen algo no es asi?—Mi pregunta lo desconcertó, además de causarle, al parecer algo de gracia.

—¿Por qué carajos crees eso?—Cuestionó con burla. Pero a los segundos pareció entender, y esto mismo le causó más gracia aún —¿Acaso estás celosa Líah?—

—No—Negue rotundamente —Solo, es curiosidad, no mas—No lo aceptaría frente a el, nunca.

  Daryl soltó una pequeña risa.

—Eres pésima mintiendo—Uno de sus dedos dejó un toque sobre mí nariz—Siempre que lo haces tu nariz se arruga—a mí mente vinieron aquellos recuerdos de cuando intentaba jugarle alguna broma. Siempre me descubría golpeando levemente mí nariz, descifrando la mentira.—No Líah, no tengo nada con Carol, no me interesa esa mujer—Escuchar aquellas palabras de él era un gran alivio.

—Comprendo—Sonrei de lado sin dejar de observarlo—Ire a tomar una ducha ¿Te molestaría cuidar un rato más de él?—No le di tiempo a responder, simplemente me levante para poder salir de la tienda.

  Antes de que pueda alejarme demasiado, mí paso se vio interrumpido abruptamente por Daryl, que había tomado mí brazo para lograr voltearne. Ya no cargaba a Ray, al parecer lo había dejado en la tienda.

—¿Que qu-—Antes de que terminara, sus manos se pegaron con fuerza a mí cintura atrayendome a su cuerpo para finalizar estampando sus labios contra los míos, de forma un tanto bruca pero necesitada. Sin pensarlo mucho le seguí el beso, estando encantada de saborearlo de nuevo, después de tanto. Una de mis manos se deslizó hasta su mejilla, dónde su barba raspaba, y deposite leves caricias hasta que pude comenzar a separarlo de mí. Nuestros ojos se conectaron y por primera vez desde que lo volví a ver, pude sentir en ellos aquel amor que nos teníamos, aquel amor que tanto adoraba y se llevaba mis días y noches de insomnio. Daryl, a pesar de no ser una persona muy demostrativa, dejaba sus sentimientos a la vista, solo tenías que saber leerlo.—Mejor ve a cuidar de tu hijo—Deje un rápido beso en la comisura de sus labios para posteriormente separarme por completo y seguir mí camino, con una tonta sonrisa de enamorada, notando como Gleen y Dale habían presenciado todo, cosa que me causo una terrible vergüenza, sin embargo decidí ignorar.

DebilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora