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– ¿Papi? – una dulce vocesita sacó a Lucifer de sus pensamientos, haciéndolo mirar hacia la puerta de su estudio.

– ¿Charlie? ¿Que pasa princesa? – extendió sus brazos hacia la pequeña, quien corrió a abrazar a su padre con tanta fueza como si temiera que fuese a desaparecer.

– Tuve una pesadilla.. – después de unos minutos la pequeña niña hablo, casi en un susurro.

– Oh tesoro.. ¿Quieres contarme que soñaste..? –

– Soñe que.. Que tu.. – Comenzó a sollozar al recordar su sueño – Soñe que ya no me querías.. Que me enviabas a vivir permanentemente con mamá y que nunca más volvería a verte.. –

– Mi princesa.. Eso jamás va a pasar.. – acaricio la mejilla de su hija buscando consolarla. Aunque si fuera honesto confesaria que el tambien temía que Lilith quisiera llevársela.

– Yo te amo mas que a nada en este mundo mi niña, tu eres la niña mas encantadora que conozco y jamás podria dejar de quererte – Abrazo fuertemente a la menor quien solto una risita ante el apretón.

– Sabes que mamá y yo ya no estamos juntos, pero no tiene nada que ver contigo princesa – Dio un beso en la frente de la pequeña, y la levanto en brazos para llevarla de nuevo a su habitación.

– Me prometes que jamás me vas a abandonar y siemore estarás ahi para mi...? – Pregunto la niña mientras su padre la arropaba.

– Lo prometo princesa, papá siemore va a estar aquí para ti – beso nuevamente la frente de la niña y volvio a su estudio.

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– Perdóname por no cumplir mi promesa tesoro.. – Lucifer admiraba una foto de su hija cuando era tan solo una niña, sentía un nudo en su garganta cada que recordaba es promesa a su hija la cual jamás termino de cumplir.

Siempre ha amado a su hija mas que a nada, pero tambien cometió muchos errores en la crianza de Charlie.

Dejo que su depresión se llevara lo mejor de el y sin darse cuenta comenzó a distanciarse de su hija a tal punto, que solo hablaban cada mes, o cada que el necesitaba algo de ella.

Ahora vivian nuevamente bajo el mismo techo, pero rara vez cruzaban palabras. El buscaba a Charlie, intentaba acercarse a ella, pero le dolía cada ves más, ver que Alastor siempre llegaba antes, Alastor siempre era la primera opción de Charlie.

Odiaba a ese venado con todo su ser, ese maldito, sucio y repugnante pecador, como se atrevía un ser tan altanero, irrespetuoso y orgulloso, a robarle a su princesa?

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Después de un largo día de trabajo y no saber mas de su padre, la princesa del infierno no solo estaba cansada, también algo triste.

Vaggie habia subido a su habitación mucho antes que Charlie, pues la rubia insistió en quedarse trabajando un poco más.

Entro en su habitación silenciosamente para no molestar a su novia, y se sorprendío al ver las luces encendidas y a la peli blanca despierta leyendo.

– Pensé que estarías dormida – Intento fozar una sonrisa para que la chica en la cama no se preocupase, pero fue en vano, Vaggie conocía demasiado bien a su princesa.

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