La Gran Aventura De Calzón Chino De Amy Y Heather

Capítulo #41 Pijamada de Hermanas

Narra Heather:

Ya era de noche y con el regreso de Amy horas atrás estábamos listas para nuestra pijamada antes de que me mude a mí nueva habitación. Estábamos en nuestra recamara compartida ya con nuestras pijamas, y como el tema que elegimos eran pijamas tiernas decidimos comprar unas de cuerpo completo esa misma tarde, yo elegí una de color rosa que simulaba ser un gatito, tenía rayas de color rosa oscuro dándole texturas y una cola colgaba de la parte trasera, además de unas orejitas en el gorro. Linda prefirió una de Stitch, de color azul oscuro con la barriga más clara, una bolita esponjosa era la cola y en el gorro estaban las dos grandes orejas del personaje... En cuanto a Amy..

–Soy un aguacate

–¿Un aguacate?

Ella asintió –Si, un aguacate

Era una pijama extraña, pero muy linda, toda la parte trasera y un poco de la delantera era de color verde oscuro, el resto color verde limón y en la zona del estómago tenía un gran círculo café

Se puso el gorro –Un aguacate sonriente

En el gorro había una carita muy adorable con las mejillas rosas. Linda y yo reímos pero no negamos lo linda que era su pijama, por no decir original

–Oigan ¿Sus pijamas también tienen esta ventana en el trasero?

Asentí –Se supone que hará más fácil la hora de ir al baño

–También la mía lo tiene

Eso la hizo reír –Será más fácil estirar sus bragas cuando pierdan las apuestas que tengo planeadas. Estuve pensando en que podríamos hacer distintos retos con castigos para las perdedoras, y ya he pensado algunos jeje

–Me apunto

–Yo también

Amy sonrió y sacó tres botellas de refresco –La última en terminarse la botella pierde

Tomé mi botella y la destapé, y en cuanto mi hermana nos dio la señal comenzamos a beber. Di varios sorbos antes de sentir el picor del gas en mi nariz y por poco escupo el refresco con un eructo, pero me logré contener y terminar antes que Linda pero después de Amy

–¿Cuál será mi castigo?

Amy sonrió pero no parecía ser el castigo lo que lo provocaba, sino algo en lo que estaba pensando

–¿Estás bien?

Rió nerviosa –Si, solo me estaba acordando de lo que me pasó cuando perdí este reto en la pijamada de ayer

–Te pregunté cual será mi castigo

–Oh.. ¿Qué tal cinco golpes en las nalgas con un cepillo para el cabello?

Antes de que Linda pudiera discutir me giré y tomé su propio cepillo, y sin darse cuenta terminó inclinada con las manos en la cama y la ventana trasera de su pijama abierta

–Estaba pensando en que Heather te de cinco y yo cinco, pero seremos buenas y solo serán tres cada quien ¿Ok?

Linda suspiró –Solo háganlo