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DRAMA / PSICOLÓGICO
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Un crucigramista divorciado aloja en su casa a un vagabundo ciego, quien fue amigo de su infancia. Durante su estancia, comienzan a desentrañar poco a poco los nudos que dejaron pendientes en su pasado, invadidos de tanto resentimiento como amor.
Una historia donde la violencia y el maltrato es vista desde la perspectiva de quien la ejerce.
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«Comer y callar» es un relato crudo y escabroso sobre la violencia doméstica narrado en primera persona, donde el protagonista intenta explicar desde una perspectiva histriónica y patológica que la culpa recae en la víctima. Retratar la violencia en novelas policiacas o negras es, en cierta manera, muy sencillo, pero en un drama centrado en un escenario de muy reducidos personajes resulta complicado y más si la voz la posee el antagonista inculpando a sus víctimas. Abarca largos años en retrospectiva, donde Abraham, el crucigramista, rememora cómo conoció a su ahora huésped, su amigo de la infancia Jerry, a quien llama Bicho, y la tormentosa y extraña relación amorosa que dejaron atrás. Luego, a partir de ese reencuentro cuando Keith, el hijo de Abraham, tiene dos años, la historia los persigue hasta que se convierte en adulto. Así se logran los tres personajes centrales de la novela.
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Realmente considero «Comer y callar» un libro muy especial comenzando por que es el único que he escrito en primera persona y puedo decir que lo disfruté. El personaje de Abraham Farina, pese a que es un antagonista y sus sentimientos y psicología son realmente villanos, no está lejos de la autenticidad humana. La ira, el rencor, el desprecio y la baja autoestima es un coctel que muchos de nosotros mezclamos en nuestro espíritu y es liberado de alguna u otra forma, sólo que no podemos vernos. También es una historia que arroja una enseñanza tanto para las víctimas de violencia y abuso como para quienes lo han ejercido, una moraleja del ciclo que no se rompe hasta que aceptas el daño y decides componerlo, aunque no lo hayas roto tú.
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Debido a los temas tan sensibles que toca «Comer y callar» no es recomendable para lectores impresionables. Desde luego es sólo para adultos porque pone en la mesa asuntos éticos y morales, expone abusos y violencia severa, y sobre todo, el libro está narrado por el antagonista, esto quiere decir que a lo largo de la historia, pareciera que intenta disculpar sus actos felones y violentos, por eso, el lector debe poseer la suficiente madurez para lograr una interpretación.
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Los tres personajes centrales.
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En esta imagen, Keith tiene alrededor de 14 años.
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