Capítulo 7

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Freen POV.


Yo era sólo una puta.Yo era sólo una puta y lo sabía.Lo sabía porque los clientes, muchos clientes no me dejaban olvidar ese detalle. Y según el tiempo pasaba, más yo sabía que no podía simplemente dejar de ser sólo una puta.No podía vivir una vida normal porque mi pasado siempre me condenaría.Siempre sería mi fantasma particular, y sería siempre motivo de vergüenza.Sabía eso. Sabía que era sólo una puta, y nunca pensé que pudiera ser un poco más que eso.Conocía mi lugar, sabía lo que hacía, y sabía que era sólo eso.Nunca intenté ser más de lo que era para ningún cliente.Desafortunadamente, era sólo lo que era.Una puta, como tantas otras.¿Por qué creyó que quería ser más que eso? ¿Por qué creyó que estaba tratando de seducirla o tener algún tipo de control sobre ella?¿Por qué creyó que iba a pensar que tenía ese derecho?¿Por qué dijo eso?No quería, nunca quise tener control de nada.De sentimiento alguno.Si me fuera posible considerar cualquier utopía, sería simplemente una Rebecca retribuyendo los sentimientos que tenía por ella, pero ya había descartado esa posibilidad, entonces estaba satisfecha con nuestra amistad.Con nuestra cercanía, con lo poco de su compañía, con lo poco de ella que tenía. Cuando tenía.¿Por qué había dicho esas palabras?Sabía que era sólo una puta, pero oír esa afirmación de la boca de ella, con tanta rabia, tanta pena, dolió más de lo que yo podía imaginar.Me dolió demasiado.El hecho de verla como una cliente diferente de que las otras personas pesaba.El hecho de admirarla y pensar en ella como una protección, una "aunque extraña" amistad, también pesaba.Pero era el hecho de estar completamente enamorada de ella hizo que sus palabras me desgarraran.Limitarme casi al polvo, casi a nada.Hizo que me sintiera tan inmunda e insignificante, tan desechable.No debería doler tanto. No debía porque sabía que aquella era exactamente la verdad, pero me dolía porque, de alguna manera - milagro tal- vez yo esperaba que me mirara con algo más allá que una prostituta.Alguien que valiera la pena, que pudiera ser buena y hacerla reír con bromas bobas. Alguien que ella pudiera ver no como un objeto, sino como una persona.Una persona que pudiera formar parte de su vida, de cualquier forma, y que dejara su marca.Pero no lo había conseguido.No había dejado ninguna marca en ella.Ella me veía sólo como una puta, y me dolía saber eso.Dolía porque la amaba.Ahora, el último recuerdo que tenía de ella eran aquellas palabras gritadas, como si yo la hubiera desafiado. Aquellas palabras, que todavía se repetían en mi cabeza constantemente. Aquellas palabras que tal vez nadie más en aquel salón hubieran tomado tan enserio, principalmente por ser verdades, pero que me quemaron como fuego.Aquel era el último recuerdo que tenía de ella.De una Rebecca tanto protectora como vengativa.Y yo quería poder responder a todas sus palabras, quería poder burlarme, quería poder probarle que estaba equivocada y que yo valía algo.Pero ella se había vuelto una cliente más que aparecía, y después de alcanzar el objetivo, se iba sin siquiera mirar hacia atrás.-¿Freen?Scarlet empujó la puerta con cuidado, dándome tiempo para fingir que estaba haciendo algo normal.No respondí ni moví un músculo ni siquiera acostada en mi cama, mirando hacia adelante como quien ve con atención una película. La diferencia era que no había nada allí más allá de una pared blanca.-Ah... todavía no estás arreglada.¿Qué horas debían ser?-Sabes cómo es Chloe. Ella me mandó para ver si estabas lista para esta noche. Ella ya te dio un descanso ayer, después... de lo que pasó.Es verdad.Chloe me había permitido volver a la habitación y no recibir más clientes por aquella noche. Pero eso fue suficiente, entonces me imaginaba que hoy no sería tan generosa.-Y ya son las 19:30. Sabes que en poco tiempo el lugar empieza a llenarse...Scarlet hablaba con quien le pide a un asmático que tomé sus medicinas.Podía ver por el timbre de su voz que ella sentía mucho estarme recordando esas cosas. No era ella quien me estaba cobrando, era Chloe, pero era ella quien venía a traer la mala noticia.La noticia de que debería volver a la realidad y desempeñar mi función, olvidando lo que había sucedido.Seguí mirando la pared por algún tiempo, considerando mis opciones. Me di cuenta de que no tenía ninguna.-Freen... Lo siento.-Lo sé. - Sonreí tristemente mientras intentaba aceptar los hechos.Yo tendría que volver a la realidad hoy. Tendría que dejar de pensar en lo que había sucedido. Tendría que fingir que no estaba muriendo por dentro.Scarlet me miró como quien quería decir muchas cosas, pero no sabía por dónde empezar, ni si debería empezar. Hablar de lo que sucedió ayer resultaría tener que mencionarla, tocar su nombre, y eso era una cosa que yo sabía que todas las chicas habían jurado no hacer más.Por lo menos no mientras yo estuviera cerca.-Voy a arreglarme. Te encuentro allá abajo.Diciendo esto, conseguí levantarme de la cama y sin vida, me fui al baño.Quince minutos después, bajé al piso donde ahora algunos clientes ya buscaban compañía. Algunos ya estaban acompañados, y otros bebían mientras aprovechaban el inicio de la noche.No sabía qué hacer allí.Eso parecía patético, porque yo debería estar haciendo lo mismo que siempre he hecho: quedarme en la vitrina esperando mientras alguien se decidía a alquilarme por treinta minutos.Sin embargo, por algún motivo me sentía completamente fuera de lugar, tan desplazada como un pez fuera del agua.Si hubiera algo en el mundo que no quería hacer, era aquello: Esperar por mi próximo cliente.Miré alrededor y vi rostros diferentes de hombres y mujeres. Ya estaba acostumbrada a la gran rotación del lugar, pero fue observando ese detalle que empecé a pensar.En la semana que había pasado, la semana de mi cumpleaños, cada vez que volvía de una cita de mi habitación al salón principal, me sentía llena de esperanza de verla.Durante toda la semana, todas las noches esperaba encontrarla recostada en el bar, mientras bebía su dosis de whisky y emanaba un aura de poder.Todos los días esperé verla, y todos los días me decepcioné.Mi madre solía decir que la esperanza podría matar a una persona lentamente, porque ese era el sentimiento que nos hacía vulnerables a decepciones.Cuando teníamos esperanza, corríamos el riesgo de decepcionarnos, y había situaciones en las que la decepción era casi tan dolorosa como la muerte.Tenía razón.Yo había sentido la fuerza de una decepción reciente, y podría decir que pocas cosas en la vida podrían ser tan dolorosas como aquello.Pero la esperanza era también el sentimiento que nos hacía creer, que hacía que tuviéramos fe, y ahora sentía la gravedad de no tener más esperanza.No volvería.Lo sabía, ella no volvería nunca más. Era una seguridad tan grande y tan abrumadora que no había cómo impugnarla.No podría ni siquiera decepcionarme, porque no había la menor esperanza de verla otra vez.No la vería otra vez. Noche tras noche, ella no estaría allí. De las decenas de personas que entrarían a aquel lugar, no había la menor posibilidad de que una de esas personas fuera ella.No había esperanza.Fui tomada por una desesperación creciente y sofocante. Intenté no perder el control, yendo directo al bar y pedí algo alcohólico, mientras hacía esfuerzos para dejar de pensar en eso.No volvería.No volvería. ¿Por qué se fue? Ella dijo que estaría cerca.¿Por qué dijo eso? ¿Por qué lo hizo?-¡Freen!Me volví más rápido de lo que debería, lo que casi resultó un desastre.Me apoyé en el bar y busqué la voz que me llamaba.Era Chloe, trayendo consigo a una mujer con la postura dura e indiferente.-Alessia quiere conocerte. Estoy segura de que ustedes se llevaran bien.-Buenas noches, Freen. Tienes un hermoso nombre.Todavía me faltaba el aire y sentía apretón en la garganta dolorosa, pero me obligue a hablar de nuevo.-Gracias.-¿Estás bien? No te ves muy bien.Estaba empezando a sudar frío, temblaba lentamente y hacía una fuerza increíble para no dejar el pánico que surgía en mis venas apoderarse de mí.Era una pésima hora para tener una crisis, aún más porque Chloe me miraba como si estuviera estropeando su cena de Navidad.Pero no podía hacer eso. Simplemente no podía.Con la voluntad repentina de llorar. Traté de controlar el apretón que precedía al llanto, pero no lo conseguí.

My sweet prostitute (adaptación Freenbecky) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora