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Un chico de lunares estaba muy confundido, y ni se diga de lo adolorido que se sentía, se levantó con pesadez, sintiendo el quemazón que estar recostado de una rama le dejó en su espalda.
Miró a su alrededor reconociendo de inmediato en dónde se encontraba, cerca del Nemeton.

—Maldita poción, en lugar de viajera en el tiempo me salió teletransportadora. —se quejó en voz alta, mientras se sobaba los brazos sintiendo los raspones y cortadas que tenía, extrañándose, pero inferió que había rodado cuesta abajo por una sospechosa colina.

—¿Quién eres tú? Esto es propiedad privada. —escuchó una voz extrañamente conocida a sus espaldas, se giró lentamente para verlo.

Era Derek, pero no su Derek Derek, sino Derek adolescente, ha de haber viajado a unos siete o seis años atrás, porque se veía más o menos de su edad.
—Funcionó. —pensó en voz alta, recibiendo un entrecejo fruncido por parte del Hale. —Si, funcionó, aquí estaba mi... Navaja de afeitar. —tomó lo primero que vio entre la tierra. —Pffft, olvidé dónde la había dejado. —habló nervioso, recibiendo una mirada interrogativa del contrario.

—Okey... —afirmó extrañado. Sus ojos verdes reluciendo al verlo. El lobo de Derek se sentía inquieto y extrañamente feliz de ver al extraño. —Eres libre de irte.

—Estaría encantado, pero estoy perdido. —improvisó mirando a su alrededor. —Bonito bosque por cierto.

Derek adolescente enarcó una ceja. —¿Tienes familia en Beacon Hills?

—Sí, el veterinario es mi tío. —afirmó, agradeciendo el hecho de tener esa rara pulsera que le ayudaba a ocultar sus emociones y mentiras.

—¿Deaton tiene sobrinos? —preguntó extrañado, Stiles asintió efusivo. —Bueno... Sígueme, yo te llevaré.

[...]

Una vez en el veterinario, Derek lo dejó con Deaton, luego de que le hiciera un interrogatorio de su árbol genealógico.

—Entonces... Sobrino mío, ¿quién eres? —preguntó el emisario, con unos años menos a su calvicie.

—Vaya, antes tenías pelo. —acercó imprudente mente la mano a la no pelona, siendo detenida por Deaton.

—Responde. —dijo amenazante.

Stiles se sobó su mano luego de que se la apretaran. —Y también mucha fuerza. —Susurró. —Me dicen Stiles, porque mi nombre es Polaco y nadie lo sabe pronunciar bien, no sé que estaban pensando mis padres cuando me lo pusieron. —tomó aire y sonrió al confundido emisario. —Vengo del futuro.

—¿Qué? ¿Cómo diablos pudiste hacer eso? —preguntó acercándose a su repisa apresurado, buscando entre sus libros para sacar y abrir uno en especial.

—Deaton del futuro no quiso, así que lo hice por mi cuenta. A que soy genial, ¿eh? —sonrió con chulería el adolescente.

—Viajes en el tiempo... Sólo lo pueden hacer las chispas... Noche de luna creciente... Envuelto en esencia de hombre lobo... —leyó resumiendo. —¿Cómo reuniste todo eso? ¿Por qué estás aquí?

—Bueno, puede que sea una chispa con mucha suerte y mi novio sea un posesivo hombre lobo. —Sonrió recordando a su novio. —Estoy aquí porque tengo que cambiar algunas cosas, unos horribles acontecimientos que marcaron muy fuerte a mi pareja. —dijo seguro de sí mismo, Deaton molesto abrió su boca con intenciones de decir algo. —Sí, ya sé que no debo de alterar el tiempo. —el veterinario volvió a abrir su boca. —Sí, también sé que es peligroso, pero no me importa.

—¿Qué es eso quieres evitar que pase? ¿Quién es tu pareja? —interrogó mirando atento al adolescente.

—Deaton del futuro no es tan preguntón. —emitió en susurros el castaño, miró en el escritorio el calendario donde indicaba en qué mes y día se encontraban. —Mira, en un mes, sino me equivoco, habrá un incendio en el bosque, obviamente provocado, que acabará con la mayor parte de la familia Hale. —soltó, el emisario abrió sus ojos de par en par. —Y mi novio es Derek Hale, también voy a evitar que su novia muera, se llama Paige.

—Woah... Dios, esos son hechos muy importantes. No sé si deba dejarte interferir. —habló tomando entre sus manos un bote de cristal lleno de unos polvos raros.

—Tranquilo, hombre, yo sé que tú estimas mucho a la familia Hale, y tu tú del futuro también está muy mal por ello, no tanto como Derek, pero también te afectó. —intentó convencer, consiguiéndolo exitosamente. —Y me gustaría que en lo que estoy aquí, que tengo entendido son como unos dos meses, me des asilo y tú apellido. Así me escabullo en la escuela y en Beacon sin levantar sospechas. —al final de todo sonríe amplio queriendo convencerlo.

Alan suspira. —Está bien... —Stiles brincó emocionado ante la afirmativa, y abrazó con fuerza al veterinario.

No te defraudaré...

[...]

—¿Qué Stiles hizo qué?

Un preocupado y enojado Derek miraba al veterinario con sus ojos brillando en azul eléctrico.

Ya en la tarde, cuando regresó de entrenar llegó al loft donde no encontró ni rastro de su castaño, más que una nota donde le decía que lo amaba. Hecho que lo asustó y alarmó a todos para buscarlo, cayendo en cuenta que el veterinario sabía de su paradero.

—Viajó al pasado aún cuando le dije que no, aún cuando le dije que no estaba bien, aún cuando le dije que estaba la posibilidad de que no regresara. —explicó exasperado Deaton.

—¿Los viajes en el tiempo son posibles? —preguntó el mejor amigo de Stiles, Scott.

—¿Por qué Stiles haría eso? ¿Para evitar que su pan tostado caiga del lado con crema de maní? —preguntó sarcástica Cora.

—¿Cómo pudo viajar en el tiempo? —preguntó el hombre Hale angustiado, ¿Qué pensaba hacer su lindo novio?

—Si son posibles los viajes en el tiempo, es necesario ser una chispa y otras cosillas, esto sumado al ingenio de Stilinski lo hicieron funcionar. —explicó de manera general. —Y bueno, Stiles lo hizo por Derek. —respondió Alan. Derek lo miró escéptico, ¿Por él? —Quiere evitar la muerte de Paige y la de tu familia.

Derek se quedó absorto unos minutos, con miles de pensamientos rondando por su cabeza. Su Stiles se estaba exponiendo a la muerte por él.
Su corazón empezó a martillear del miedo a que algo le pasara a su compañero.

Si algo le llegaba a pasar se volvería loco.



Un viaje que lo arregla todo /SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora