VII. El Manto

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Cuando se va en picada,
es difícil ser optimista.
Todo lo que puede salir mal,
sale peor.
Resulta inútil imaginar una remontada.
Es en ese momento...
Cuando te das cuenta que puedes
caer más bajo que el suelo.
Es ahí...
Cuando demuestras quien eres.

Antes de empezar sus estudios de Alquimia, Eric estuvo estudiando enfermería por 3 años

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Antes de empezar sus estudios de Alquimia, Eric estuvo estudiando enfermería por 3 años. Se le daba bien memorizar los nombres y las dosis de los medicamentos, sin embargo, le costaba mucho la parte más importante de ese oficio: El tacto. El Ogro era incapaz de sostener la mirada por más de dos segundos y mucho menos de mantener una conversación sin que se le trabara la lengua.

¿Cómo podía alguien como él entregar alivio a otro ser humano?

En ese momento, todas sus reacciones fueron automáticas. Eric llevó a la chica hasta una de las camas en el piso de abajo, cuidando de no ser mordido por la serpiente. Una vez consiguió recostarla, hizo de su mesa de trabajo un desastre de frascos rotos y líquidos regados, mientras preparaba los remedios que necesitaba.

Luego de algunas dosis de calmantes para el dolor y somníferos, el obeso pelirrojo consiguió detener a la serpiente que trataba de matarla. Luego la hizo beber a ella un potente antídoto que preparó y trató sus heridas con un hediondo ungüento que apestaba a algo parecido a la menta. Cuando Eric pudo finalmente sentarse, estaba sin aliento y empapado en sudor.

-Por ahora estará bien. -Balbuceó él, todavía incrédulo de lo que había hecho. -Cuando mi maestra regrese, veremos qué podemos hacer con la serpiente.

La vieja se acercó al Ogro con un llanto vivo y sujetó una de sus rechonchas manos.

-Mi señor, se lo agradezco tanto. -Le dijo la mujer.

Eric no supo que decir. Tan solo se le quedó viendo por un largo instante, antes de bajar la mirada y negar con la cabeza.

-Lamento no poder hacer más. -Murmuró el gordo, avergonzado.

-Yo se lo dije ¡Yo se lo dije! -Vociferó de pronto el viejo, quien permanecía a un lado de la cama, sujetando la mano de la muchacha. -Le dije que se alejara.

Eric miró sobresaltado al hombre, notando las enfurecidas lagrimas que corrían por sus arrugadas mejillas.

-Disculpe, pero... ¿Qué fue lo que le paso? -Se animó a preguntar.

-Nuestra hija se acercó demasiado a la Abstrakaria. -Fue la vieja quien respondió, con un inmenso pesar en su voz.

-Lo hizo siguiendo a un condenado noble. -Continuó el viejo, entre dientes. -Yo le advertí, pero no me hizo caso.

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⏰ Last updated: Jun 01 ⏰

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El OgroWhere stories live. Discover now