Chapter I.

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CHIARA.


—Dale, mami , ya cumpliste posteandote, venda ese culo y llévenos pal' fin del mundo.—comentó Gala como si no fuera na.

Les pondré en contexto.

Hoy me quedé en la casa con la excusa de que me sentía mal, lo cierto era que no pude asistir porque anoche peleé con mi mamá y me golpeó bien feo, pude taparlo con maquillaje pero no quería arriesgarme a salir, aún así mis amigas vinieron a verme y estaban intentando convencerme de que me hiciera un perfil en findingdaddy.

—Tengo cuatro y jamás me pasó nada.—comentó Dora, la morena espectacular me miró directamente.—Algunos solo quieren compañía , lo malo de ti que ya le diste tu virginidad al hermano de Gala.

—Ew.—dijimos la rubia y yo al mismo tiempo, era cierto que había tenido esa traumática experiencia con el gran Gabriel pero ahora éramos amigos y los daba algo de asco que nos recordasen aquello.

—Yo solo digo que estás súper buena, eres graciosa, simpática , le estás haciendo competencia a Bella Porche o como se diga en tiktok con ese videito tuyo y para colmo, eres italiana, estoy que te doy match yo y eso que no tengo un dólar.—Allegra suspiro tras soltar semejantes declaraciones.—Creo que deberías probar y si no te gusta.

—No tengo ni diecisiete todavía.

—¿Cuánto queda, una semana?

—Allegra...—sacudió su cabeza.—Os digo que no me veo en eso, ¿hola?.—estaban en un círculo haciendo el perfil.

—¡Necesito la foto de ella con el bikini de cuando nos fuimos para la playa!.—gritó Dora.

—Y pondría otra sugerente, ¿tienen la que le hizo Gael esperando el bus para la excusion esa?—acotó la rubia.

—La que sale con media teta afuera, cochina que tu ere.—exclamó la exploradora ahogándose en sus carcajadas.

—Chicas, os digo que no es una buena ide..

—¡Listo!.—gritó Allegra dando saltitos por toda la sala, agarró mi teléfono y comenzó a teclear.—Es algo bastante personal y entenderíamos que te lo desactivases así que ... lo tienes en tu teléfono para cualquier momento en que te arrepientas.—observé el perfil varias veces.

El teléfono comenzó a sonar.

—¡Puta, son matches!.—me quedé petrificada cuando Gala saltó por el sofá y terminó tropezándose y rompiendo una lámpara.—Puñeta.—dijo sobándose la zona de las rodillas.—Diache, que bello, se parece al de la película de 365 polvos.

—Días.—corregí.

—¿Ah?

—Que eran días, no polvos.

—Mmmm... no, creo que no.—devolví la atención al teléfono cuando me di cuenta que era absurdo discutir con ella, en su cabeza eran polvos y no lograría hacer que cambie de opinión.

—Me pusieron 18.

—Ajá.

—No los tengo.

baby boo 🧸; miky woodz Where stories live. Discover now