Hiatus ❥ Inefable: Quédate Conmigo.

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El galope agresivo de su caballo levanta a su paso una nube de polvo por la tierra seca del camino rocoso, a esa velocidad pronto llegaría al territorio cálido de Daegu, el movimiento de su cuerpo similar al de su caballo, como si fuera uno solo, si seguía este ritmo sin descanso llegaría a la Fortaleza para el anochecer a como acordó con su informante. Todavía está indeciso y preocupado por estar cayendo en una trampa, su amigo y compañero guerrero en batallas a muerte le pidió no acudir a la cita, pero Seo Changbin heredero de la manada Seo, una de las manadas salvajes más antiguas de Pionyang, no es conocido por asustarse ante un poco de peligro, su altura no es demasiado imponente, pero su grosor corporal, potencia de sus feromonas y cabello negro profundo le da una imagen de ser un maldito en batalla, y no es mentira. Su informante en el territorio de Daegu es alguien confiable, con el cabello platinado brillante casi como las estrellas de la noche, y una mirada de decisión que lo convenció.

Tuvo que reducir la velocidad de su carrera, y tomar un camino distinto al planeado ya que los soldados de la guardia Daegu están por todos lados, sonrió bajando de su caballo. No esperaba menos del alfa Líder Bang Jackson, las hazañas de este alfa son de admirarse en el norte, con estrategias bien ejecutadas y sus hijos que sin importar que, lo acompañan a cada batalla, si Choi Siwon el líder del territorio rebelde tenía que envidiar algo del líder Bang, es a sus hijos. Dejó a su caballo escondido entre la serranía, para avanzar con discreción, más adelante tomó un caballo de los establos de un granjero anciano que encontró en el pasó, evitando los rigurosos controles de los pequeños pueblitos alrededor de la Fortaleza fue más fácil moverse, llegó al lugar acordado con apenas una hora de retraso.

El omega de mirada afilada y cabello platinado lo estudió de pies a cabeza, Changbin cuidó no mirarlo a los ojos, sabe perfecto que este omega es hechicero protegido por el líder Bang, el omega le dio una señal, de seguirlo a pie y contra todo pronóstico de traición, el alfa Seo avanzó. Se escabulleron por una especie de compuerta secreta a unos diez metros de los altos muros de piedra que rodean la fortaleza, caminaron casi media hora por unos túneles subterráneos, hasta que salieron en ¿un jardín? dentro de la fortaleza.

—Tendrás que esperar aquí en lo que consigo un uniforme de tu talla, —dijo el omega platinado, —no llames la atención y no hagas nada tonto, ¿de acuerdo?

—No soy ignorante, —replicó Seo con reproche, —soy rebelde, no estupido.

—Para mí siempre serás estupido, —dijo Seungmin, el omega platino.

Se miraron un segundo y sonrieron, habían pasado tantos años desde la última vez que pudieron verse, Changbin aun no podía creer que ese omega pequeño y delicado que se escondía en árboles huecos ahora es incluso más alto que él, le parecía una jugada desgraciada de la Diosa Luna. Seungmin se acercó hasta que podían abrazarse, pero no lo hicieron, fueron amigos hace mucho, ahora solo son conocidos que por alguna razón confían en el otro.

Seungmin le apretó el hombro unos segundos y caminó a su costado izquierdo, —ya vuelvo.

Changbin solo asintió y se quedó parado en ese mismo lugar, aprovechó para cubrir la compuerta donde salieron con enredaderas de flores que había a los costados, vio un par de soldados montando guardia por lo que decidió esconderse debajo del balcón que posiblemente da al salón principal. Los minutos pasaban tan largos que dudó en si debía seguir esperando o ir a buscar al omega, pero se detuvo al escuchar voces sobre él, en el balcón dos personas discutían, se asomó sigilosamente y reconoció al omega hijo menor de los Bang, por la forma en la que discutían supo que el alfa que lo acompaña es su esposo, el heredero de de Busan Lee Minho.

No pudo escuchar con exactitud, pero algo decían de amantes, soltó una risa resignada, ¿en manos de esta pareja que ni siquiera se es leal uno al otro está el futuro de la guerra?. Ahora comenzaba a pensar que Jaehyun, su compañero de batalla tiene razón al decir que el centro y sur no son más que perfumados que creen tenerlo todo solo porque dejaron algunas prácticas primitivas. Decidió irse sin hablar con el omega platino, salió de su escondite para volver al túnel, sin embargó, el dorado y blanco de un rostro divino lo detuvo, hay alguien más en el jardín, un hombre ¿alfa? no, esa delicadeza demoníaca es de un omega.