Yang Jeongin tiene que presentar el adelanto del manuscrito de su novela a finales de diciembre, pero para el momento de empezar a escribir un nuevo capítulo, su mente se bloquea sin poder redactar.
Hwang Hyunjin, su esposo, sugiere una idea para a...
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Extra 2: Ósculo sabor a whisky
En un momento de impulso, quizá por dos segundos de su vida, producto de la molestia e indignación, se le cruzó por la cabeza querer tirar—accidentalmente—de un edificio a la ex pareja de Jihye, pero eso incurría en romper la pared que tanto ha defendido.
Como profesional del Derecho, como activista y como defensora de los Derechos Humanos, Hyunjin en ese momento sólo podía darle apoyo emocional a su amiga. Y al siguiente día sugerirle demandarlo.
Hyunjin se acomodó observando una de las estatuas.
Acrópolis era sin duda alguna, el nuevo bar que prometía las mejores bebidas y ambiente, la combinación de colores, del rojo y el azul, las estatuas griegas, era simplemente un buen lugar para relajarse o para olvidar lo que sea que las mentes les atormetara.
Jihye bebió de la copa a medio acabar.
—¿Soy una mujer fácil?—preguntó Jihye, pero alzó tanto la voz que se escuchó en toda la sección de la barra.
Jeongin trató de tranquilizarla.
—No, no lo eres, pero tristemente en esta sociedad todavía hay esa clase de personas que creen qué hay mujeres para un revolcón y mujeres para casarse porque son más sumisas y complacientes—aclaró Hyunjin.
No era posible que Joo Jaekyung se hubiera atrevido a dirigirse con palabras tan despectivas hacia Jihye y lo único que retumbaba en la cabeza de ella era <<Eres una fácil>> .
—No vale la pena, Jihye—Jeongin corrió hacia atrás un mechón de su cabello—, no eres nada de lo que él te dijo, es un idiota—no quería verla así, en reunías, destrozada y triste, Jihye agachó la cabeza y el mechón que Jeongin había apartado volvió a su rostro.
El bartender colocó sobre la barra la nueva ronda de copas que habían pedido. Jeongin le agradeció con la mirada.
Hyunjin estaba a punto de hablar cuando el celular de Jihye sonó, era una llamada de Joo Jaekyung.
Jeongin observó el nombre en la pantalla.
—Hyunjin, ¿podrías contestar? no tengo ánimos para nada— Jihye negó, tocándose la cabeza, frustrada, triste y decaída, ignorando el celular—. Jeongin, creo que necesito más de dos copas.
Hyunjin alcanzó el celular.
—Jeongin, voy a atender la llamada. Ya regreso—Hyunjin revisó de nuevo el nombre del contacto en la pantalla—. Es ese neardental—afirmó en voz baja para que Jihye no le escuchara—. Tú, una copa más y nos vamos, ¿me escuchaste, Jihye?
Jihye chasqueó la lengua.
—Jeongin, ¿puedes controlarla y dejar que me revuelque en mi miseria? Te lo agradeceria.
