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Todo es tu culpa...

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- No es mi culpa parecer tan atractivo ante tus ojos - se acercó a mi de manera amenazante.

- ¿Quién te...? - dije, ¿Cómo Five puede saber mi repentino enamoramiento hacia el?

- Diego - dijo fríamente - Yo no te amo Ocho, ni siquiera te aprecio, ni un poco, eres inservible, inútil, llorona... No me puedo imaginar algo contigo - me empujó y salió de mi habitación.

Me sentía molesta, triste, si, pero molesta aún más, todo fue culpa de Diego, claro, lo hablé en la pijamada y el fue el soplón que fue a decirle a Five.

TODO ES SU CULPA!

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Narra Five.

No sabía que pensar en este momento, realmente estaba confundido, no entiendo por qué terminó conmigo, emocionalmente también.

Ella jamás sería una carga, la única manera de arreglar las cosas el volver a dónde está, sin embargo hay dos complicaciones, mi padre llega mañana y dos, Ben aún sigue en el hospital.

Realmente me siento desvastado, mire en la dirección en donde el patalo se fue... Y decidí ir.

Camine por algunos minutos hasta el hermoso campo que me trae recuerdos.

¿Lo malo? Este estaba completamente tirado, ni un girasol allí, todos marchitos en el suelo, al parecer alguien los había cortado uno por uno.

Cómo si fueran nada.

Mis lágrimas comenzaron a salir una vez más, era demasiado para mí, mi hermano en el hospital, la chica que más amo en este mundo se alejo o... ¿Yo la aleje?

Tal vez no mostré mucho interés o no la trate como quería.

Es gracioso, los girasoles cortados, como si fueran nada, así como mis recuerdos con ______ se fueron, los cortaron como si fueran nada.

Baje la mirada y me puse a llorar, esto es demasiado, incluso para mí... ¡¿CÓMO LA RECUPERO?!

[...]

Amanecí recargado en el hombro de Klaus en una habitación blanca, seguíamos en el hospital.

— ¿Noticias? — Preguntó Allison al vernos, a lo que negamos.

Desde la noche pasada no nos dan noticias de Ben, solo vemos doctores pasando de un lado a otro con prisa.

Vanya, Klaus y yo tomamos el ascensor hacia la cafetería del hospital para desayunar algo.

— ¿Estás bien? — cuestionó Vanya a lo que yo negué.

Ambos me miraron y baje la mirada. — No tengo hambre. — dije sin más.

EL CHICO DEL CAFÉ [Five Hargreeves]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora