¿Te conozco?(2)

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Estaba intercambiando miradas con Nick. No sabíamos que hacer ni que decir. La chica estaba tranquila en el sofá. Mi teléfono estaba sonando por quitan vez. Pude escuchar que el teléfono de Nick también estaba sonando. Al ver su expresión, pude deducir que era su madre.

Me limpie la sangre de mis manos con mi camisa y tome mi celular. Estaba mirando en silencio la pantalla de mi celular sin saber si contestar o no. Suspire y conteste.

-¿Hola? -Dije con una sonrisa para tratar de calmarme.

-Rai, por Dios, me asustaste. -Dijo soltando una risa. Al menos no noto que estaba nervioso.

-Si... Perdón por eso. Estaba en mi habitación. -Mentí. Prefería mil veces que se diera cuenta cuando este de regreso a que lo haga mientras este en un viaje importante.

-Bueno, te creo. Espero que la estés pasando bien y que no te hayas metido en problemas. -Dijo.

-Aja. Ya veo que tanto confías en mí. -Dije soltando una pequeña risa mientras miraba a la chica.

-Como sea. Nos vemos en unos días, adiós. -Dijo para luego colgar la llamada sin dejarme hablar. Dios, él tiene que dejar de hacer eso.

Apague mi teléfono y mire a todos lados buscando a Nick con la mirada. Parece que ya se fue. Dirigí mi mirada hacia la chica y pude ver que ya no estaba tan pálida. Al parecer, Nick la termino de curar y se fue.

Estaba intercambiando miradas con Nick. No sabíamos que hacer ni que decir. La chica estaba tranquila en el sofá. Mi teléfono estaba sonando por quitan vez. Pude escuchar que el teléfono de Nick también estaba sonando. Al ver su expresión, pude deducir que era su madre.

Me limpie la sangre de mis manos con mi camisa y tome mi celular. Estaba mirando en silencio la pantalla de mi celular sin saber si contestar o no. Suspire y conteste.

-¿Hola? -Dije con una sonrisa para tratar de calmarme.

-Rai, por Dios, me asustaste. -Dijo soltando una risa. Al menos no noto que estaba nervioso.

-Si... Perdón por eso. Estaba en mi habitación. -Mentí. Prefería mil veces que se diera cuenta cuando este de regreso a que lo haga mientras este en un viaje importante.

-Bueno, te creo. Espero que la estés pasando bien y que no te hayas metido en problemas. -Dijo.

-Aja. Ya veo que tanto confías en mí. -Dije soltando una pequeña risa mientras miraba a la chica.

-Como sea. Nos vemos en unos días, adiós. -Dijo para luego colgar la llamada sin dejarme hablar. Dios, él tiene que dejar de hacer eso.

Apague mi teléfono y mire a todos lados buscando a Nick con la mirada. Parece que ya se fue. Dirigí mi mirada hacia la chica y pude ver que ya no estaba tan pálida. Al parecer, Nick la termino de curar y se fue.

Me acerqué a la chica y pude ver mucho mejor su apariencia. Era blanca. Cabello castaño y ondulado. Complexión media. A decir verdad, se veía hermosa. Pero sería una falta de respeto si sigo mirando asi su cuerpo.

Suspire y me levante para apagar las luces de la casa. Agarré un cuchillo de la cocina y me senté en el suelo de la sala. Era obvio que no podría dormir tranquilo con una desconocida herida en mi casa. Podre estar pendejo, pero tampoco llegaría a ese punto.

Trate de quedarme despierto toda la noche. El sueño me estaba matando, pero no podía bajar la guardia tan fácilmente. Jugué con el cuchillo un rato, hasta que casi me corto. Probé pensando en lo que haría en mi futuro, pero me aburrí. Al final, me quede dormido.


A la mañana siguiente, me levante y camine hacia el baño. Me estaba cepillando los dientes hasta que escuche un ruido proveniente de la cocina. Me limpié la espuma del Colgate y fui corriendo hacia la cocina.

Tome el cuchillo que estaba en el suelo. Apresure el paso y llegue a la cocina. Al entrar, me di cuenta de que era la chica quien había hecho el ruido. Deje el cuchillo en el suelo y me acerque por la espalda.

-Oye, -Dije con voz ronca y cansada. -Puedo hacer comida si quieres, pero no tires las cosas al suelo.

La chica solo me miro por unos segundos y luego asintió. Suspire y recogí todas las cosas que tiro al suelo, las guarde y comencé a hacer el desayuno.

Mientras cocinaba, decidí encender el televisor para no estar en un silencio incómodo. Tomé el control y encendí la televisión, lo puse en el canal de las noticias y seguí con lo mío. Mientras hacia el café, en las noticias apareció un anuncio de "desaparecidos" junto con fotos de unas personas. Qué raro, una de esas chicas se parece a la chica que está en mi casa.

-Vaya, pobre chica. -Dije mientras servía el café. -Sus padres deben de estar preocupados. ¿No crees? -Dije viendo a la chica con una sonrisa.

La chica se limitó a asentir con la cabeza baja. Me limite a sonreír y a acercarme para poder darle su desayuno. Me senté en mi lugar de la mesa y comencé a desayunar mientras seguíamos escuchando las noticias. Todo estaba tranquilo hasta que, casi terminando mi desayuno, me di cuenta de que no tenía mi teléfono cerca.

A veces me pregunto si habrán más personas que pierden las cosas que tenían hace unos minutos. Como sea, más tarde lo busco.

Terminamos de desayunas y me dispuse a lavar los platos. Que flojera. Mientras lavaba los platos, el lugar estaba en un silencio muy incómodo. Quise iniciar una conversación con la chica para poder averiguar un poco más de ella, pero, al momento en que abrí mi boca, escuché mi teléfono sonar. Suspire y me seque las manos para después salir de la cocina hasta el origen del ruido.

Camine hasta el origen del sonido, que era la sala, tome mi teléfono y mire la pantalla para ver quien estaba llamando. Suspiré y, cuando estaba a punto de contestar, sentí algo filoso en mi cuello, para ser más específico, en la nuca. Trate de no hacer ningún movimiento brusco mientras volteaba para ver que o quien estaba haciendo eso. Pero que sorpresa. Alce mis manos a los lados de mi cabeza en forma de inocencia y trate de no parecer ni muy confiado, ni muy preocupado.

-¿Es en serio? - Dijo. -No creí que alguien como tú se entregaría tan fácil.Que patético. - Se notaba en sus ojos lo confiada que estaba

-¿Quién te dijo que te la pondría fácil?- Dije. Puede que me esté amenazando con un cuchillo, pero no le iba a dejar en claro que estaba como cordero con lobo.

-¿Qué pasa?, ¿Crees que yo si me entregare?- Dijo. La mire con desconfianza y baje mias manos lentamente. -¿Qué pasa?, ¿El pequeño cordero no me reconoce?- Dijo con una sonrisa. Ella es muy arrogante. Es mejor terminar esto de una vez por todas.

-¿Reconocerte? Solo las perras se reconocen entre si.- La chica me miro un poco enojada y bajo un poco el cuchillo. Aproveche que bajo la guardia y le quite el cuchillo de las manos. La tire al suelo y, antes de que pudiera levantarse, le apunte con el cuchillo. Para m fortuna, no pude evitar sonreír. No he perdido mis habilidades. - Ahora, ¿Quién se entrega a quién?.

 - Ahora, ¿Quién se entrega a quién?

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Malas decisionesWhere stories live. Discover now