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   El sol resplandecía en el cielo azul sin ninguna nube visible que impidiera el máximo brillo de esa estrella gigante. Mucha gente consideraba ese clima perfecto para caminar, pasear o cualquier otro tipo de actividad que se hiciera en el exterior, pero no para un chico lleno de vendas y un pelirrojo con probables problemas de ira.

   Ambos estaban en su departamento compartido, en donde la mayoría de veces el único responsable que pagaba era Chuuya, pero aunque quisiera echar al vago de su compañero no podía. No lo admitiría ni borracho  -Aunque ya lo haya hecho en estado de ebriedad innumerables veces-  el cariño que le tenía a Dazai, además de su confianza en él más que en cualquier otra persona.

   Dazai estaba sentado en el sillón viendo una película de fantasía, sin prestarle mucha atención porque en realidad miraba un poco de reojo a Chuuya sentado en el piso que estaba visiblemente molesto por su largo cabello, sus mechones rojizos hacían que su nuca sudase en ese día tan caluroso. El vendado no hacía más que observarlo, sonriendo un poco con sadismo al principio, disfrutando la molestia del enano pero luego de unos minutos de verlo así  se volvió aburrido y repetitivo asi que se dirigio hacia él.

   El de ojos azules miró extrañado como su irresponsable compañero iba y se sentaba atrás de él, con un peine en mano y visible intención de peinarlo o hacerle una coleta de pelo.

   -No toques mi cabello.- murmuró mientras seguía intentando acomodar su pelirroja y suave melena de manera tal que no le causé calor, aunque parecía imposible sin su ayuda y Dazai sonrio al notar eso.

   -Sabes que lo haré igualmente, considéralo un favor tan pequeño como tú.-dijo con simpleza y algo de burla en su voz y empezó a peinarlo suavemente, consciente de que si no lo hacía así el pelirrojo se quejaría.

   El de mal carácter estuvo a punto de quejarse como usualmente hacía por ese apodo insoportable para sus oídos, pero no dijo nada, disfrutando en silencio y secreto la suavidad y casi dulzura con la que estaba siendo cepillado su cabello. Cerró los ojos con clara relajación en su lenta y profunda respiración y sintió sus suaves y un poco más pequeñas manos atando su pelo en una coleta. Cuando sintió que terminó, se miró con curiosidad en el espejo frente a él y no pudo evitar reír un poco de la felicidad, realmente se veía bien.

   -No sabía que tuvieras talento en la peluquería.-expresó con una sonrisa de genuino buen humor y volteo a verlo.

   Dazai hizo lo posible para no enrojecer por completo al verlo así de feliz y con ese peinado, el de ojos marrones también desconocía su propia habilidad en peinar personas así que el resultado era sorprendente y a la vez hermoso a sus ojos. Un pequeño y casi invisible rubor rojizo estuvo en sus mejillas mientras hablaba.

   -Supongo que sí, soy muy talentoso.-su voz había un notable narcisismo que pocas veces mostraba y curvo sus labios en una pequeña y verdadera sonrisa que solo ese enano lograba relucir en él.

   Siguieron hablando de cosas triviales y miraron la película que supuestamente había estado viendo Dazai, y ambos supuestamente la miraban ahora, cuando en realidad estaban viéndose de reojo sin que el otro se diera cuenta.


















  Wow, hace mucho no escribía, había olvidado cuánto me gustaba.
  
 
=571 palabras

Cabello - SoukokuWhere stories live. Discover now