"Cámaras"

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Entré a la habitación, con techos altos adornados con intrincadas molduras que dan la impresión de estar en un palacio. El suelo de madera pulida reflejaba la suave luz que se filtra a través de las cortinas de terciopelo pesado que enmarcan las ventanas, ofreciendo vistas de los exuberantes jardines circundantes.

En el centro de la habitación, una cama king-size con dosel domina el espacio, cubierta con sábanas de satén suaves como la seda y almohadas decorativas en tonos dorados y joya.

Para alguien que ingresa por primera vez en esta mansión, quedaría con la boca abierta.

Abrí las grandes y largas cortinas blancas de la enorme ventana de la habitación, permitiendo el ingreso de la luz natural de la mañana. Una queja ronca de la cama de caoba me hizo sonreír.

"Buenos días, señor Hartley."

"¿Qué tiene de buenos, mocosa?"

La voz ronca y su característico tono gruñón no se hizo esperar, era algo que se había convertido en una rutina. Suspiré mientras me aproximaba a la cama, colocando la silla de ruedas al lado de la misma, y lentamente fui quitándole las suaves mantas y las sábanas al señor Hartley.

"Vamos, señor Hartley, hagámoslo más fácil."

La confianza entre nosotros era tanta que podía expresarme libremente sin temor a una reprimenda o en casos extremos, despido.

"Otro maldito día vivo, prefiero descansar tres metros bajo tierra, donde no me molestes."

No pude evitar reírme, el señor Rodolfo era conocido por su crudo humor negro, algo que disfrutábamos entre él y yo, pero que horrorizaba y desconcertaba a las otras cuidadoras.

"Ya lo hará, sin embargo, hoy no es el día. Debe desayunar y arreglarse para la señora Rachel que vendrá hoy."

Rachel Jane es la mujer que me contrató para cuidar al señor Hartley hace aproximadamente un año. Por lo que he oído, ella era la antigua secretaria del señor Hartley cuando él era director ejecutivo de la empresa que él mismo fundó, ahora su único hijo, Anthony Hartley, tomó la batuta y hoy en día la empresa se ha vuelto muy exitosa. Dicha empresa produce automóviles y su marca es reconocida a nivel mundial.


Esta familia nadaba en dinero, y no voy a engañarme diciendo que no los envidio, ¡claro que sí!, pero ser adulto implica aceptar que no todos seremos tan afortunados, al menos la mayoría. Definitivamente no me estaba conformando ni justificando la conformidad, simplemente y objetivamente hablando, no tuve las mismas oportunidades que otras personas. Mis padres no pudieron costearme la universidad debido a que apenas teníamos para comer, y éramos cuatro hermanos para colmo. Tuve que hacerme responsable de mis hermanos desde temprana edad mientras mis padres iban a trabajar.

Mi familia era disfuncional; mis padres se divorciaron y mi madre se dedicó únicamente a trabajar para mantenernos. Siempre fue emocionalmente distante, manipuladora y un poco narcisista, y lamentablemente, todas esas cualidades negativas recaían en mí, su chivo expiatorio.

Mi padre simplemente se desentendió de nosotros, no quería pagar la manutención y se volvió aún peor cuando se casó con otra mujer. Nos olvidó por completo.

Con el tiempo, mis hermanos se distanciaron cada vez más; ya no no se toleraban. Cuando tuvimos la suficiente edad, tomamos caminos separados, y a pesar de todos mis esfuerzos por mantener a mi familia unida, sabía en lo más profundo de mi ser que era imposible, y era mejor que tomen las riendas de sus vidas.

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⏰ Last updated: May 13 ⏰

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Atrapada por la obsesión • [YANDERE]Where stories live. Discover now