Capítulo 16

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Isabella me miró con vergüenza y sus ojos reflejaban la disculpa que no pronunciaba. No la culpo; ¿cómo podría saberlo? Nunca hablo con nadie sobre mis padres. Solo había hablado con Jess sobre ellos, y miren cómo terminaron las cosas.

Sonreí ligeramente sin decir nada, tratando de disipar la incomodidad que se había instalado entre nosotras.

Ambas nos dirigimos a la cocina, donde se encontraban los demás. El aroma del café recién hecho y el sonido de los platos chocando llenaban el ambiente. Klaus no estaba a la vista, y me pregunté dónde estaría. Al despertar, lo primero que hice fue buscarlo, pero ya había dejado la habitación. Anoche, después de nuestra conversación, dijo que dormiría en el pequeño sofá que se encontraba ahí. Según él, no quería hacerme sentir incómoda.

-Buenos días, chicas -saludó Kat con una sonrisa cálida.

-Buenos días, Kat -respondimos al unísono, devolviéndole la sonrisa.

Me acerqué a la mesa y serví una taza de café, intentando disimular mi nerviosismo por la ausencia de Klaus. ¿Estaría bien? ¿Habría salido temprano? Todas esas preguntas rondaban mi cabeza mientras me sentaba en la mesa y trataba de concentrarme en el desayuno.

Agotada por la incertidumbre, finalmente decidí recurrir a Katherine en busca de respuestas.

-¿Sabes dónde está tu hermano? -pregunté con una mezcla de ansiedad y esperanza.

Katherine, con una sonrisa pícara, respondió mientras jugueteaba con una taza de café entre sus manos.- Me llamó hace media hora. Salió temprano a comprar algunas cosas. También me preguntó si ya habías despertado.

Me habría gustado acompañarlo, pero la oportunidad se me había escapado.

-¿Qué planes tienen para hoy? -pregunté, tratando de ocultar mi preocupación detrás de un sorbo de café.

-Creo que saldremos -respondió Katherine, con una expresión de contemplación.- Iremos al pueblo que está cerca de aquí.

Mientras absorbía la información, mi mente seguía maquinando posibles destinos y actividades para el día. La espera se volvía cada vez más inquietante.

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-Bien, chicos. Hora de irnos -declaró Katherine, levantándose del sofá con determinación.

-Yo me quedaré -anunció Klaus, su voz resonando en la sala antes de que comenzara a subir las escaleras con pasos pesados.

Me quedé parada, observando su partida con una mezcla de confusión y preocupación. Desde que había regresado de hacer las compras, Klaus había estado actuando de manera extraña. Sus ojos evitaban los míos, sus respuestas eran cortantes, como si estuviera en otro mundo. Traté de hablar con él varias veces, pero simplemente pasó de mí, sumiéndome en un mar de incertidumbre.

Miré a Katherine en busca de respuestas, pero su expresión era un enigma, solo una mueca en sus labios que no revelaba nada.

Tras pensarlo durante varios minutos, tomé una decisión. No podía dejar las cosas así, necesitaba saber qué le pasaba a Klaus, aunque eso significara enfrentarme a la tormenta que parecía haberse formado en su interior.

-¿Crees que pueda quedarme? -pregunté, con la esperanza de obtener su aprobación-. Quisiera hablar con él.

Katherine asintió con comprensión, sus ojos transmitiendo una mezcla de solidaridad y preocupación.

-Seguro, no te preocupes -respondió, ofreciendo una sonrisa tranquilizadora-. Cualquier cosa, llámame. Nosotros llegaremos en la noche.

Asentí con gratitud, agradecida por su apoyo. Mientras observaba cómo Katherine y los demás se despedían y salían de la casa, sentí un nudo en el estómago.

Mis pensamientos se agolpaban en mi mente mientras observaba el reloj en mi celular. Eran las 11:23 a.m. y aún no había resuelto el dilema que me atormentaba. Klaus y yo no éramos precisamente los mejores amigos; de hecho, nuestra relación se limitaba a la conexión a través de Katherine, quien nos había acercado más de lo que esperaba.

-¿Qué debería hacer? -murmuré para mí misma, sintiendo el peso de la indecisión sobre mis hombros.

Después de unos minutos de reflexión, decidí que lo mejor sería abordar la situación directamente. Prepararía algo para almorzar y luego me acercaría a él. El sonido del agua corriendo en el fregadero mientras lavaba los vegetales para la ensalada me distrajo momentáneamente de mis preocupaciones.

Una vez que el almuerzo estuvo listo, me armé de valor y me dirigí hacia donde Klaus se encontraba. Al llegar a su habitación, toqué suavemente la puerta antes de entrar.

-¿Klaus? -llamé, sintiendo un nudo en el estómago mientras esperaba su respuesta.

No hubo respuesta cuando toqué por segunda vez. Decidí entrar. Al ingresar completamente a la habitación, no había rastro de Klaus. Busqué mejor y pude darme cuenta de que se encontraba en el balcón, su cabello estaba mojado y había un cigarrillo entre sus labios. Era una imagen preciosa.

Me acerqué a pasos lentos, intentando no hacer ruido. Cuando finalmente estuve a su lado, habló.

-¿Por qué no fuiste con los demás? -su voz era ronca.

Lo observé durante varios segundos antes de responder.

-No me sentía bien -mentí.

Él no contestó. Estaba absorto en sus pensamientos, o al menos eso parecía. Me pregunté qué estaría pasando por su cabeza en ese momento. ¿Estaría pensando en mí?

Decidí romper el silencio.

-¿Te encuentras bien? -pregunté, preocupada.

Klaus suspiró y se giró hacia mí, apagando el cigarrillo en el cenicero.

-No mucho, la verdad. Pero no importa, estoy acostumbrado.

Su respuesta me sorprendió. ¿Qué quería decir con eso? Quise preguntarle más, pero algo en su mirada me detuvo. Parecía tan distante, tan fuera de este mundo, que decidí no seguir indagando.

En su lugar, me senté a su lado y miré hacia el horizonte. El cielo tenía tonos rosados, a lo lejos se veían los árboles y las montañas. Era hermoso, pero no tanto como Klaus.

Pasamos varios minutos en silencio, simplemente disfrutando de la compañía del otro y del paisaje. Aunque no hablamos mucho, me sentí en paz a su lado. Era un sentimiento extraño, pero agradable.

Finalmente, Klaus rompió el silencio.

-Gracias por quedarte conmigo -dijo, mirándome a los ojos.

Sonreí.

-Siempre estaré aquí para ti -respondí, sinceramente.

Y en ese momento, supe que era verdad. No importaba lo que pasara, siempre estaría allí para él.

 No importaba lo que pasara, siempre estaría allí para él

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⏰ Last updated: May 06 ⏰

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