No deberias jugar

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De alguna manera Juani se encontró presionado contra el sofá, su espalda recostada contra el sillón de Pipe mientras el otro le comía la boca.

Juani tenía las manos acariciando suavemente la espalda de Felipe a través de su remera, necesitando algo a lo que anclarse, por otro lado, el de cabello oscuro estaba casi recostado sobre él, solo sosteniéndose con sus antebrazos mientras las piernas de Juani enrollaban las suyas.

El de rulos levantó un poco la remera de Pipe para poder explorar más su espalda, y luego un poco más y más hasta que Pipe solo tendría que levantar los brazos para que Juani se la pudiera quitar.

Y Juani quería, maldita sea, él quería.

Felipe ahogó un gemido contra sus labios cuando el de cabello claro bajo sus manos de nuevo para acariciarle los huesos en V de sus caderas muy suavemente, casi tanteando el terreno. El de rulos se removió un poco contra el sillón y al bajar sintió la erección de Pipe contra la suya. No pudo evitar gemir.

Felipe abrió los ojos de golpe, como si hubiera despertado de repente. Juani levantó sus caderas para poder juntar ambas y Pipe se dejó. El de cabello oscuro puso sus manos en su cabello mientras imitaba sus movimientos de abajo, enredando sus dedos en los rulos que alcanzaba y tirando de ellos, Juani no podía pedir más.

—Yo... no planeé esto.— Pipe murmuró contra su cuello mientras le mordía la clavícula un poco fuerte.

—Yo tampoco.— estuvo de acuerdo Juani mientras levantó un poco la parte superior de su cuello para que Pipe pudiera bajar más si eso quería.

—¿Deberíamos parar?— preguntó Felipe mirándolo a los ojos, deteniendo un momento el movimiento de la cintura del otro con sus manos.

Juani gimió en protesta y miró a Pipe como si le hubiera negado el mejor dulce del mundo y el de cabello oscuro pareció entender. Felipe soltó un sonidito bajo desde el fondo de su garganta y Juani casi se corre.

—Entonces déjame hacerte sentir bien.— dijo el menor con voz perfectamente clara susurrada contra el oído del otro. Juani solo pudo asentir rápidamente mientras envolvía ambas manos en el cuello de Pipe y lo atraía contra su cuerpo.

Felipe se liberó muy suavemente de su agarre y con Juani aún recostado en el amplio sofá le quitó la camisa y el pantalón. Con mucho cuidado le quitó las medias, dejándolo solo en boxers y el mismo se quitó la remera.

Juani lo miraba por abajo, se sentía expuesto porque Felipe lo miraba desde arriba con un hambre que nunca había visto antes, ni siquiera cuando era adolescente y estaba experimentando.

Pipe se volvió a subir sobre él, las piernas de Juani entre las suyas e inició un camino de besos hasta llegar a la fina tela de su ropa interior. Le acariciaba los costados, dejaba pequeñas mordidas y le chupó los pezones hasta que el de rulos le empezó a rasgar la espalda con sus uñas.

Juani se sentía particularmente sensible y cuando Pipe levantó sus caderas para quitarle lo último de ropa que tenía casi solloza. Felipe le seguía murmurando cosas, lo bonito que se veía, lo que le quería hacer y pegaba su rostro a su piel como si no pudiera resistirse.

—He hablado mucho de lo que me gustaría hacerte.— le dijo Pipe con total tranquilidad mientras tomaba la polla de Juani en sus manos y la acariciaba suavemente. —Pero, ¿Qué te gustaría que te haga ahora mismo?

Juani nunca había sido el tipo de persona que hablaba durante el sexo, estaba más que bien con solo sentir y escuchar el ocasional gemido pero Pipe lo estaba volviendo lentamente loco.

—Lo que tú...— Juani se vio interrumpido cuando de su garganta salió un grito de la impresión y vio a Felipe casi ahogándose con su pija en la boca. —Eso... eso está bien.— logró decir mientras sus nudillos se volvían blancos por cómo estaba apretando los cojines a su lado.

Juani estaba lo más cerca del cielo que llegaría.

Felipe se acomodó adecuadamente entre sus piernas mientras chupaba y lamía, dejando a Juani con la única capacidad de suspirar y gemir desenfrenadamente. El más alto guió sus manos hasta su cabeza, dándole la oportunidad al de rulos para guiarlo si es que eso quería. Juani se limitó a tirar del cabello oscuro para tratar de mantenerse cuerdo.

Cuando el de cabello claro acabó en la boca del otro, tenía lágrimas recorriéndole las mejillas y las piernas le temblaban. Felipe lo tragó todo y se contentó dándole besos en los muslos mientras Juani recuperaba el aliento.

—Ay dios mío.— fue lo único que el mayor atinó a decir, aún tenía a Pipe acariciandole la parte sensible de los muslos, haciéndolo tiritar mientras el menor recostaba su cabeza en su pecho. —Vení.— murmuró.

Felipe obedeció y se recostó a su lado, el sillón siendo lo suficientemente amplio para que ambos entraran echados. Juani suspiró y ya con el aliento recobrado se subió a horcajadas del otro, para sorpresa de Pipe.

—No tienes que hacer nada si no quieres.— le dijo el menor, sujetándole la mano.

—No sabes cuánto quiero.— le respondió el mayor, bajándole el pantalón que aún tenía puesto.

Y luego el timbre sonó.

Juani lo ignoró completamente y tiró el jean de Pipe a alguna parte de la sala sin voltear. Recorría el pecho de Felipe con las puntas de los dedos cuando el timbre volvió a sonar.

Juani iba a matar a quien sea que estuviera del otro lado de la puerta.

—Tal vez deberíamos ir a ver quién es.— comentó Pipe debajo suyo, sin hacer ningún esfuerzo por levantarse mientras posicionaba sus manos en las caderas del de rulos con un agarre fuerte.

—Seguro se va ahorita.— dijo Juani positivamente mientras le mordía el cuello a Felipe y se molía contra la erección debajo de él.

El tiemble fue tocado ahora tres veces, con más insistencia.

—Es la comida.— recordó Pipe, se levantó con el de rulos encima y Juani envolvió sus piernas en sus costados, agarrandose fuerte.

—Yo estoy cómodo así.— comentó Juani mientras Felipe lo bajaba suavemente y lo devolvía al sillón.

—Ahorita vengo amor.— comentó el más alto mientras se ponía la remera y buscaba por la habitación el jean que Juani había botado.

Felipe le dio un beso rápido en el cuello antes de ir a la puerta, como si no pudiera resistirse y se fue corriendo rápidamente. El mayor se quedó recostado contra el sofá, soltando un suspiro.

Pipe volvió sonriente, puso la comida sobre la mesa y se volvió a quitar la remera. Su erección se notaba a través de sus pantalones.

—¿Quieres comer?—

—A ti.— le respondió Juani mientras miraba con ofensa las bolsas.

—Vamos, ya son casi las 3. No has comido nada. Si queres, después... podemos continuar.— Pipe estaba sonrojado y el sonrojo se extendió hasta su pecho mientras lo decía.

—Bueno.— aceptó Juani a regañadientes mientras se ponía la ropa interior y se sentaba con cierto pesar en la mesa antes de darle un beso en la mejilla a Pipe.

Flores para Juani (JuanixFelipe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora