𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐛𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐜𝐚𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐠𝐞𝐧𝐬𝐡𝐢𝐧!
━━━━━━━━ 𝗔 𝗧𝗥𝗔𝗩𝗘𝗟𝗘𝗥'𝗦 JOURNEY
╰┈➤. Ninguno de los personajes me pertenece. Únicamente la protagonista de estos One Sh...
SUMERU siempre había sido una nación calurosa y húmeda, muy raramente hacía algo de frío y era algo que maldecías.
Al haber crecido en las rudas y frías montañas de Espinadragón, hacía que el más mínimo grado de calor te derritiera.
—"__________, se me acabaron las flores Loto Kalpa.. ¿podrías ir a conseguirme más?"—el joven de orejas altas entró a la sala en la que que encontrabas.
—"Ah, Tighnari.. claro, yo te las consigo."—sonreíste levemente.
La forma en la que tú y Tighnari se conocieron había sido algo vergonzosa.
Era la primera vez que llegabas a Sumeru y nadie te había avisado de las altas temperaturas, por lo que te dio un fuerte golpe de calor.
Te sentías muy mal, mareada y con ganas de vomitar el desayuno y la cena del día anterior.
Todo estaba borroso, caminabas a pasos de azar, no sabías a dónde te dirigías.
Y justo antes de caer por un acantilado, alguien te jaló del brazo delicadamente.
Pero te habías desmayado, así que no podías ver quién era.
Al despertar, conociste a Tighnari, el médico que te había aliviado del golpe de calor.
Habías quedado en deuda con el, por eso, decidiste ayudarle mientras te quedabas por un tiempo en Sumeru; recolectando suministros, ayudarlo con los pacientes, inyectar medicinas.. ese tipo de cosas
Al pasar más tiempo con Tighnari, empezaste a desarrollar sentimientos amorosos hacia el.
Pero, había un problema.
—"Maestro Tighnari..."—Collei entró a la sala en donde se encontraba Tighnari, quién rápidamente fue a atenderla.
—"L-Lo estoy, no se preocupe, yo.. le traje el almuerzo.."—Collei se sonrojó levemente al pronunciar aquellas palabras.
Tighnari sonrió ampliamente, su semblante de preocupación cambió.
—"Ah, gracias, Collei."—las mejillas del chico se empezaron a tornar de un color rojizo.—"Eres muy considerada."
Veías le escena desde lejos, apretaste los ingredientes que tenías, provocando que éstos derramaran su jugo en el suelo.
La odiabas.
Tighnari siempre tenía una atención especial hacia Collei y eso te hacía encelar. No sabías si le gustaba o le atraía, pero estabas segura que ella sí sentía esos sentimientos hacia él.
Se notaba.
Y tú no podías hacer más que solo mirar como Tighnari empezaba a desarrollar sentimientos para su principal ayudante.
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Era diciembre, mes en el que Sumeru tenías muy bajas temperaturas.
Y últimamente, el lugar donde trabajaban estaba muy lleno, habían mucho casos de hipotermia entre los habitante de dicha ciudad.
Corrías de un lado para otro, llevando medicinas por doquier, Tighnari y Collei habían salido, así que el joven te había encargado el lugar.
Al tener experiencia en Espinadragón, tu resistencia al frío era mayor a la de los demás. Era algo que agradecías.
Como estabas apurada, no te daba tiempo a mirar a ningún lado antes de pasar, pero algo llamó tu atención.
—"¡G-Gracias, Maestro Tighnari!"—habló Collei acomodándose el cuello de tortuga del suéter que había recibido.
—"Abrígate bien, hace frío."—habló un voz joven y familiar.
Te detuviste.
Tu corazón se rompió en mil pedazos al ver de quién se trataba.
Tighnari prestándole su suéter a Collei.
—"Te queda muy bien, mejor que a mi."—al pronunciar estas palabras, Collei miró a otro lado de la vergüenza.
Esas palabras también las había pronunciado antes. Contigo.
Qué falso.
Era algo tan pequeño, pero te dolía mucho. Tighnari era muy cuidadoso con sus cosas, rara vez las prestaba a alguien; tenías que ser muy cercano a él para que tuvieras ese privilegio.
No pensaba que esa persona especial, aparte de que tú lo llegaste a ser, fuera Collei.
Ni siquiera te molestaste en regresar la medicación que tenías en las manos.
Además de que te habían dejado encargado todo el lugar, ellos estabas haciendo nada, ligando nada más.
Eso era injusto.
Te dirigiste a tu pequeña habitación, llena de lágrimas en los ojos, empacaste las pocas pertenencias que tenías y saliste corriendo del lugar, no dirigiéndole la palabra a nadie.
Decidiste ir al desierto.
Había alguien que podía ofrecerte su apoyo en esta situación.