Capitulo 01

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Catherine

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Catherine

¿Cuando es que termina el sufrimiento de una persona realmente?¿Cuando termina con su vida o cuando es la vida quien decide cuándo irse?

El suicidio yo lo he visto varias veces como una forma de terminar de una vez por todas con todo lo que llevaba sobre mis hombros, para dejar de llorar, de sentir dolor en cada parte de mi cuerpo.

Aunque la única razón por la que nunca he atentado contra mi vida es por los niños que ciertas noches me esperan en la biblioteca del pueblo para leerles las historias que brotan de mi mente.

Esos niños se han vuelto mi salvación, una pequeña luz en un túnel lleno de oscuridad, un lugar de dónde no encuentro una sola salida que no sea la muerte.

¿Pero acaso esos niños son suficiente ancla como para quedarme en este mundo?

Sus patadas se habían intensificado en la parte de mi abdomen haciendo que vomitara un poco de sangre, su mano apretó mi cuello para poder verme al rostro con esa expresión de asco y odio de siempre.

Me apretó tanto el cuello que por unos momentos pensé que moriría, el aire no llegaba hasta mis pulmones y podía sentir que los músculos de mi cuerpo dejaban de aferrarse a la mano de mi padre sobre mi cuello.

Me dio una última cachetada que me hizo caer al suelo, se acomodo el saco quitando rastro de arrugas o alguna imperfección que le hiciera ver mal.

¿Por qué me había golpeado?

Pues porque yo no había estado lista para una ceremonia que cada cierto tiempo se hacía cuando las princesas estaban por cumplir su mayoría de edad para encontrarles el esposo ideal. El hombre con el que compartirían todo el resto de sus vidas.

Me había negado a ir, porque creo que yo soy quien se debe de buscar a aquel hombre quien me haga feliz, que me haga sentir en paz con tan solo su compañía, pero eso a mí padre no le había gustado.

Diciendo que yo solo debería de preocuparme por las clases de modales que recibía.

–Esto te lo merecías– antes de salir de mi habitación volteo a verme– espero que para la próxima si estés lista.

Volvió a su camino hasta que lo perdí de vista, cerro de un portazo mi habitación dejándome sola.

Las lágrimas ya no brotaban de mis mejillas, se habían secado de tanto llorar, de tanto suplicar porque se detuviera y no me hiciera daño.

Aunque con el paso de los años creo que mi cuerpo se fue acostumbrando a sus golpes, tanto que ya casi no dolían.

¿Quién diría que el monarca de toda una nación golpea a su hija?

Porque la sociedad y el pueblo podrían decir que es el mejor monarca que pudieron haber tenido, pero los que convivían diariamente conmigo en este palacio se podían dar cuenta de lo que verdaderamente pasaba detrás de estás cuatro paredes.

La promesa del amor (Completa ✔️)Where stories live. Discover now