🦋•3. ¿Impostora?•🦋

14 5 4
                                    

Karine

Despierto asustada por quinta vez en la noche gracias a otra de mis pesadillas. Parpadeo unas cuantas veces seguidas para adaptarme a la falta de luz en la habitación y estoy segura de que volver a conciliar el sueño no será una opción.

—¿Alysson? —llamo a mi amiga susurrando— ¿Estás despierta? —pregunto.

El silencio que reina en la habitación y el sonido de los grillos que se escuchan al otro lado de la gran ventana de cristal son las únicas respuestas que recibo.

Suspiro.

El gato que traje hace unas horas salta a mi cama, se deja acariciar un poco y luego va hacia la ventana y sale con gran flexibilidad a través de un pequeño agujero.

Levanta uno de mis brazos en la dirección en la que él se fue y quiero gritarle que no se marche, pero recuerdo que es media noche y que, si grito, despertaría a todo el mundo.

No me queda otra opción que volver a suspirar.

Me levanta de la cama haciendo el menor ruido posible y atravieso la pequeña habitación con la intención de salir del edificio e ir a buscar al gato.

Una pésima idea, claro está. Pero es mejor esto a quedarse despierta sin hacer nada. Esta tarde nos quitaron a todos nuestros teléfonos por "cuestiones de seguridad".

Abro la puerta y camino a través del pasillo con sigilo.

—¿A dónde vas? —me pregunta alguien a mis espaldas. Hubiera saltado del susto sin no hubiese reconocido la voz de Ada.

Me volteo para responderle.

—A buscar al gato. Acaba de salir  por la ventana. ¿Y tú, a dónde vas?

—¡Al gato! —suelta un poco alto y se cubre la boca con las manos de inmediato mirando a todos lados, al confirmar que nadie se despertó aparta las manos—. Déjalo en paz, mañana a primera hora va a volver, tranquila. Él no querría que lo buscaras.

—¿Cómo estás tan segura?

Me mira fijamente y se encoge de hombros.

—Cosas de gatos.

La miro algo confundida.

Algo va mal, muy mal. Ada no está actuando como actúa normalmente. Doy un paso atrás.

—¿Estás bien? —le pregunto.

—Por supuesto. Oye, tengo algo que mostrarte. Ven conmigo, ahora.

Se acerca.

—No creo que sea buena idea, debo ir a dormir. Antes de que nos descubran caminando por los pasillos.

Hablando de eso, ¿no deberían haber adultos vigilando los pasillos?

Tal vez son demasiado irresponsables como para hacer eso.

—Deja de pensar tanto y vamos. Descubrí algo increíble en la biblioteca.

Lo único que escucho de todo lo que dice es la palabra: "biblioteca".

¿Hay una biblioteca en este lugar?

Ada sonrié.

—Sí, hay una biblioteca.

Frunzo el seño.

—¿Lo pregunté en voz alta?

—Ehhh, ¡sí! ¡Ve!

—¿No que ibas a ir conmigo?

—No, pero no hay pierde. La biblioteca está al fondo del pasillo a la izquierda. Siempre quise decir eso —susurra, marchándose.

La canción del vacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora