Capítulo 9

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El Fetiche era un edificio oscuro aunque no muy grande que había a las afueras de la ciudad. Habían tomado un taxi para ir hacia allí y en aquel momento, entraban en un aparcamiento iluminado por la luz tenue de las farolas. Un rótulo de neón de un color rojo gótico anunciaba el nombre del bar sobre la puerta, bajo la cual colgaba una señal con letras de plástico negro que decía simplemente: «BLUSH».

A pesar de la nueva y atrevida Yeji que había estado intentando en convertirse, los nervios le revolvían el estómago. Había ido a un montón de garitos en su día, pero nunca a uno como aquel. Podía ver que Ryujin había acertado al hablarle de aquel lugar —mucha gente que entraba y salía, gente con una increíble variedad de estilo— al menos la mitad de los clientes lucían un aspecto gótico y aquello hizo que se sintiera contenta de haber elegido la falda de cuero. Solo esperaba que el terror de sus ojos no la delatara.

Cuando Ryujin pagó el precio de la entrada a un hombre grande y calvo que había en la puerta y que llevaba una araña tatuada en el cuello, este último lo miró con los ojos entrecerrados y le dijo:

—Eh, ¿no eres tú... ese tipo?

Ryujin simplemente le sonrió un poco y le contestó: —No, no soy él —y colocó la mano en la espalda de Yeji para conducirla hacia dentro.

El interior del Fetiche era incluso más oscuro, apenas podía ver a la gente que se agolpaba en el lugar mientras Ryujin y ella pasaban tras ella, bajo una música ensordecedora que impedía cualquier posibilidad de mantener una conversación. Y fue entonces cuando se dio cuenta: ahora aquella era su vida, aquel era su nuevo puesto de trabajo. Ir a discotecas. Escuchar música alta. Y se sorprendió ante la sensación de sentirse repentinamente más que a la deriva, sin estar segura de hacia dónde dirigirse o qué hacer.

Fue entonces cuando la palma de la mano de Ryujin se cerró cálida sobre uno de sus hombros. —Escucha —le dijo al oído.

Y una vez más, le recordaba por qué razón estaban allí. La música. Blush. Miró por encima del hombro a Ryujin. —¿Son ellos los que están tocando ahora? Ella asintió.

El sonido era rápido, intenso, funky y —cuando se olvidó del hecho de que estaba sonando con fuerza— indiscutiblemente atractivo.

—¿Cuál es tu primera impresión? —otra vez, ella se inclinaba hacia ella para que pudiera escucharla, y el calor de su aliento le golpeaba la nuca.

—Son buenos —contestó ella. —Tienen un sonido que de alguna manera es a la vez moderno y... un poco new wave retro5.

Su inclinación de cabeza, junto con el brillo de sus ojos, le hizo pensar que le había gustado su respuesta.

—Vayamos a pedir una copa —dijo ella.

Mientras se hacían camino a través de la multitud, ella pudo echar un vistazo a la banda que había en el pequeño escenario que quedaba a su derecha.

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El término "new wave" se utiliza para referirse a un tipo de estilo musical cuyo origen está en el rock de los años setenta.
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—No los mires todavía —le aconsejó ella, gritando para que pudiera escucharla por encima de la música. La otra noche le había explicado que en el mundo de las discográficas independientes, el sonido lo era todo. —No estamos buscando a una Britney Spears o a una Jessica Simpson, gente que se convierten en estrella de pop principalmente debido a su aspecto —le dijo. —Si tienen ese tipo de atractivo, perfecto. Pero nos preocupa más lo que puedan hacer —había continuado diciéndole que a ella le gustaba a veces escuchar un rato a alguien antes de echarle un vistazo, no le gustaba dejar que las apariencias lo influyeran demasiado pronto. Ella creía que aquellos sonaban bien, y decidió respetar la música, así que la siguió hacia la barra, sin ni siquiera molestarse en mirar hacia el escenario.

7 NOCHES DE PECADO - Ryeji Where stories live. Discover now