Dear Max | Max Verstappen

Capítulo 19 - Camino de la violencia

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11 de noviembre del 2018. São Paulo, Brasil.

Emma

Estúpido Max Verstappen, estúpido Esteban Ocon, estúpido calor de mierda.

Bufe y me dejé caer sobre la cama de la habitación.

¿Estaba molesta?, sí, ¿tenía razones para estarlo?, por supuesto que sí.

Yo podía entender que Max estuviese molesto por las cosas que acababa de decir el francés, pero lo que no podía aceptar, era que se hubiese desquitado conmigo de esa manera.

¿Yo qué culpa tenía?

Solté un largo suspiro y con un rápido movimiento me deshice de mis tenis, acostándome sobre la cama.

Necesitaba dormir, necesitaba descansar mi mente.

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Max

-Te comportaste como un idiota.

-Déjame Charles, no estoy de humor para que me sermonees en estos momentos.

-Es la verdad, Emma no tenía culpa de nada, es más, tú debías ser compresivo, ella tuvo que soportar al idiota de Ocon.

-¿Y?, no tenía por qué quedarse a platicar con él - conteste mientras me detenía en la entrada de los garajes de Red Bull - se hubiera ido desde el primer momento que ese francés se le acercó.

-Ese no es el punto, ¿importa en realidad eso? - se detuvo enfrente de mí - solo creo que debiste dejarla hablar, el hecho de que haya hablado con él no significa que te esté engañando, Max.

-Como sea - reafirme el agarre de mi casco - tengo demasiadas cosas que hacer hoy como para preocuparme por eso ahora.

-Es tu novia, Max.

-Y este es mi trabajo, es más importante en estos momentos - empecé a caminar hacia el interior del garaje - nos vemos en la pista, Charles.

Yo sabía que no era culpa de Emma, yo era consciente de eso, pero verla allí, platicando con él a un costado del motorhome, tan solos, tan íntimos, me hizo recordar aquellos tiempos de la era del Karting en los que nosotros hacíamos eso.

Donde solíamos pasar horas platicando, coqueteando, besándonos... y el simple hecho de pensar que él quería hacer lo mismo con ella hizo que mi sangre hirviera.

Solté un largo suspiro y saludé a un par de mecánicos con la cabeza.

Hablaría con ella después de la carrera, porque por ahora, mi prioridad era estar concentrado en ganar.

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Iba a ganar, o eso era lo que parecía.

Llevaba una gran ventaja sobre Hamilton, puesto que el británico estaba varios segundos detrás de mí.

Rápidamente, empecé a correr alrededor de los carros rezagados y centre mi objetivo en salir ileso; sin embargo, a los pocos segundos, visualice como el auto rosa de Ocon estaba posicionado a mi derecha, imitando mi trazada en vez de dejarme pasar, que era la indicación que debía de seguir.

-¿Que le pasa a este idiota? - me queje por la radio - ¿por qué demonios no se hace a un lado?

-Solo ten cuidado, Max - me contestó Gianpiero desde el otro lado de la línea.

Esteban se acercó a mí, por lo que tuve que abrirme en la curva, afectando mi vuelta.

-Es que este idiota... lo está haciendo a propósito - me queje molesto.