60. Golpe

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Cuando las clases terminaron, me sentí un poco más aliviado. Había sobrevivido mi primer día de vuelta, aunque todo seguía sintiéndose raro y ajeno. Todavía estaba atrapado en mis pensamientos, tratando de descifrar el caos que había sido mi vida últimamente. Evan caminaba a mi lado, hablándome de cosas triviales, probablemente tratando de sacarme de mi propio laberinto mental.

- Así que el partido del fin de semana pasado fue una locura. - dijo Evan, animado como siempre - Deberías haber visto la cara del entrenador cuando ganamos. Parecía que iba a explotar de felicidad.

Intenté sonreír, pero mi cabeza estaba en otro lugar. Las imágenes de Keilan, la rabia y el dolor de la última vez que lo vi, todo eso seguía vivo en mi mente. No sabía cómo iba a arreglar las cosas o si eso siquiera sería posible. Pero Evan continuaba hablando, como si nada pudiera detener su entusiasmo, y aunque no siempre prestaba atención a cada palabra, su energía era reconfortante.

Al salir de la escuela, el aire fresco me golpeó el rostro, y por un momento, todo pareció un poco más claro. El bullicio de los estudiantes saliendo de clases, los autobuses escolares, todo era parte de la rutina que había extrañado en los días que estuve ausente. Sin embargo, no podía escapar de mis propios pensamientos, y cada paso fuera del instituto me recordaba la incertidumbre que me esperaba.

Y entonces apareció Marcos. Lo vi desde la distancia, con su sonrisa confiada y esa actitud despreocupada que me daba escalofríos. No quería enfrentarme a él, no después de todo lo que había causado, pero él se acercó sin dudarlo, como si nada hubiera cambiado.

- Hola, Logan. - dijo Marcos, esa sonrisa arrogante en su rostro - Qué bueno verte de vuelta. ¿Cómo estás?

Evan se puso tenso a mi lado, sabía lo que Marcos había hecho y no le gustaba en absoluto. Yo solo quería alejarme, pero Marcos no parecía dispuesto a dejarme ir tan fácilmente. Tenía esa manera de comportarse que lo hacía sentir dueño de la situación, como si todo girara a su alrededor.

- Solo volvía a casa, Marcos. - respondí, tratando de mantener la calma - No tengo tiempo para... bueno, ya sabes.

Marcos sonrió de nuevo, como si ignorara mi incomodidad. Se acercó un poco más, sus ojos examinándome como si tratara de descifrar algo.

- Vamos, Logan, no seas así -dijo con un tono que pretendía ser amistoso pero que me ponía aún más nervioso - Podríamos salir de nuevo, ¿Qué te parece? La última vez fue divertida, ¿No crees?

Evan intercedió antes de que pudiera responder. Dio un paso adelante, colocando una mano firme en mi hombro, como una señal clara de que no iba a permitir que Marcos se acercara más.

- Marcos, déjalo. - dijo Evan, su tono firme y sin humor - Logan tiene cosas importantes que hacer, y tú ya has causado suficiente problema.

Marcos no entendió las advertencias. A pesar de la presencia firme de Evan y mi actitud de querer escapar de él, siguió insistiendo, usando esa sonrisa arrogante y esas miradas provocativas que siempre me ponían los pelos de punta. Trataba de ignorarlo, de seguir adelante, pero Marcos parecía disfrutar de ver hasta dónde podía llevar su comportamiento antes de que alguien explotara.

- Vamos, Logan... - dijo Marcos, sonriendo como si fuera una broma - no seas así, solo estoy siendo amable. No te cuesta nada ser simpático, ¿Verdad?

Evan intentó intervenir de nuevo, colocándose entre nosotros, pero Marcos continuó acercándose, ignorando por completo las advertencias. Sentí mi sangre hervir, la rabia y el estrés acumulados se desbordaron como una marea creciente. Los días de sufrimiento, de aislamiento, de culpa, todo se acumuló en mi pecho, y antes de darme cuenta, mi puño se lanzó hacia el rostro de Marcos.

El golpe fue rápido, más rápido de lo que había esperado, y el impacto resonó en el aire. Marcos tropezó hacia atrás, llevándose una mano a la mejilla donde mi puño había aterrizado. El resto de los estudiantes en el pasillo se detuvieron, sorprendidos por la violencia inesperada. Pero yo estaba demasiado enfadado para preocuparme por las consecuencias, solo quería que Marcos se callara y me dejara en paz. Fue entonces cuando Keilan apareció, como salido de la nada, y su voz rompió el silencio con un tono de diversión.

- Uish, eso tiene pinta de haber dolido - dijo, sonriendo con una mezcla de sorpresa y diversión.

Evan se quedó paralizado. Sabía cuánto significaba Keilan para mí, y también entendía la gravedad de la situación. Ver a Keilan allí, justo después de que le hubiera golpeado a Marcos, hacía que mi corazón latiera más rápido por la confusión y el miedo. Pero para Evan, la aparición de Keilan tenía otro significado. Era como si todo su mundo se hubiera detenido en ese momento.

Evan me miró, luego a Keilan, luego a Marcos. Había tantas emociones cruzándose en el aire, y sabía que el siguiente paso sería crucial. Keilan se acercó, su expresión divertida pero también con una chispa de seriedad. El ambiente estaba cargado, como si un solo movimiento pudiera desencadenar algo impredecible.

Me quedé allí, el puño aún temblando por el golpe, el corazón latiendo en mis oídos, sin saber qué hacer ni qué esperar. El comentario de Keilan había aliviado un poco la tensión, pero el enfrentamiento con Marcos aún era una realidad. No sabía cómo saldría de esto, pero la aparición de Keilan complicaba las cosas aún más, y ahora Evan también estaba atrapado en esta red de emociones y conflicto.

Mi mente estaba en blanco, pero sabía que tenía que reaccionar, hacer algo para evitar que la situación se saliera de control. La presencia de Keilan añadía una capa de incertidumbre, y Evan, mi fiel amigo, parecía tan confundido como yo, tratando de entender cómo las cosas habían llegado a este punto. Y aunque la violencia no era la respuesta, el golpe a Marcos había desencadenado algo que sería difícil de detener.

Yours (Acabado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora