Capítulo 5

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Me había permitido acceder a la sección media del restaurante, Y aunque fui consciente de las miradas mal disimuladas de las personas, No les preste atención.

—Señor, aquí tiene el menú—Comentó uno de los empleados del lugar indiferente reincorporandose al reconocerme—¿Señor Scott?, Perdone. Se ha equivocado de sección..

—Para nada. Trae una champán al balcón—Le ordené levantándome de mi lugar, en dirección al balcón.

Ahora con mucha más razón, todas las miradas se posaban en el Prodigioso Harold Scott, quien caminaba emanando superioridad, peligro y poder.

La mirada de Pearl, quien se encontraba sentada en frente de Marco, Se situó en él, admirando a su mayor fantasía modelar por el lugar.

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Pearl

Harold Lucía espectacular. Con su cabello castaño rebelde cayendo hacia los lados, siendo despeinado por el leve viento que se adentraba por los ventanales del lugar. Él lucia un impecable traje de color negro.

El color del enemigo, Y en ese juego tenía todas las de ganar.

—Intentaré no hacer escenas de Celos eh—Canturreó marco viendo fijamente a su amiga, quien aún observaba fijamente el lugar por donde había desaparecido su jefe.

—¡Que decís tío!—Se excuso ella, llevando la copa de vino a sus labios rojizos, bebiendo un poco de el.

—Está divino el tipo, lastimosamente soy etero—Bromeó él.

Su amiga no lo escucho, puesto que se encontraba concentrada pensando en harold.

Pearl, había tenido una pequeña no sana obsesión con el prestigioso Harold Scott, Por lo atractivo y interesante que el tipo era.

Pero hasta ese momento no se había puesto a pensar en lo peligroso que podía ser, en las mentiras que pudiesen haber detrás de ese atractivo rostro.

—¿Podéis esperarme aquí?—Pregunté de la nada, Marco no le dio mucha importancia y solo se encogió de hombros.

—Cuidado te pierdes.

Ella no le dirigió su mirada mientras se levantaba para ir en dirección al balcón.

Camine sin voltear a ver hacia atrás.

Hay algo dentro de mí, que me incita a por más.

La mirada de Harold se posa inmediatamente en mí, ya que se encuentra viendo fijamente hacia la entrada recostado en el barandal, viendo al frente con sus brazos cruzados.

Ninguno dice nada.

La tensión que se respira en el lugar es sorprendente.

No se en que momento, pero ya he dado tres pasos más cerca hacia él.

Mierda.

—Podría decir, que soy como tú imán—Comentó, tomándome desprevenida por aquella intervención.

El viento sopló, haciendo que algunos mechones de mi cabello castaño se situaran en mi rostro.

—Disculpe yo solo..—mierda, yo nada, nada de lo que le dijese sería completamente cierto, puesto que ni tan siquiera pensé en que decir.

—Buen análisis, usted es verdaderamente buena Psiquiatra.

—¿L..le gustó?—Titubee con sorpresa.

—Acertaron ambos.

—¿Eso quiere decir?

—Están contratados, Bienvenida a Men'scott.

Podría saltar en un pie, de la felicidad. Pero ese solo echo, me hacía sentir un cosquilleo de advertencia..

Condenados A Amar Where stories live. Discover now