a beautyful lie

I can't loose you too

...

Espero no morir. Me tragué las ocho pastillas. No tengo ni idea de lo que me va a pasar y cuándo, espero que antes de llegar a casa.

Estaba sentada en el asiento del pasajero de camino a casa. Tomé las píldoras voluntariamente, pero mi instinto de supervivencia se estaba haciendo efecto lentamente. Preocuparse por que 8 pastillas a la vez podría ser un poco demasiado, ¿hay alguna posibilidad de sobrevivir?

Estaba muy nerviosa, con los dedos de mis manos venía siguiendo el ritmo que venía de la radio.

Estábamos apunto de llegar y  la verdad me sentí completamente normal.

Después de todo, ¿el veneno de rata no es venenoso para los humanos? ¿O simplemente moriré de repente y sin síntomas? Si ese es el caso, no puedo estar solo en mi habitación o realmente moriré.

Ni siquiera puedo decir cuánto tiempo tendría que estar muerto antes de que se dieran cuenta.

Imaginaba la cara de Tom cuando vea que he estado muerta durante 2 semanas... Ugh, no quiero que me vea en ese estado.

El coche se detuvo y me sacó de mis pensamientos.

Habíamos llegado.

Si el veneno funciona, por favor ahora, para que todavía pueda salvarme.

Fuimos al ascensor y subimos las escaleras. Esperaba cada segundo que finalmente pasara algo.

Las puertas plateadas se abrieron y frente a mí estaban los tres, Gustav, Georg y Tom.

¡Ah, jodidamente perfecto!

Tom no me volteo a ver en ningún momento en cambio miró directamente al calvo. Esnifé y sacudí la cabeza.

"¿Dónde diablos has estado? ¡Te dije que no se le permitía salir del apartamento!"

El calvo estaba a punto de abrir la boca cuando Gustav lo interrumpió.

"Le di permiso siempre y cuando la cuide bien". Dijo mientras Tom se daba la vuelta lentamente.

"¿Y desde cuándo has estado a cargo aquí?"

Se gritaban el uno al otro, sobre todo Tom, pero ya no estaba prestando atención.

O más bien, no pude, estaba demasiado distraído por el dolor repentino.

Cuando se quedó en silencio a mi alrededor, sentí todos los ojos puestos en mí. Miré a Tom, su mirada estaba disgustada, como si fuera un niño que fingía una enfermedad para evitar tener que hacer el examen de clase.

Este increíble dolor me hizo arrepentirme de haber tomado ese estúpido veneno.

Un agutón me hizo hundirme en el suelo y gritar.

Todos a mi alrededor empezaron a hablar, no pude identificar qué exactamente.

Se hundió en el suelo justo delante de mí, me centré en su cara, "¿Qué pasa?" Preguntó con voz de pánico.

No pude evitarlo, pero a pesar del dolor, una risa corta escapó de mis labios.

Poco después, una nueva y más intensa pición atravesó toda la zona de mi pecho.

Y me preguntaba por qué finalmente no me desmayé para no sentir más este dolor. Pero solo empeoró.

Me palpitaba la cabeza, sentí que estaba a punto de desmayarme.

Tuve que toser, me estaba quemando en los pulmones y me di cuenta de que la sangre salía con él.

Demasiada.