parte 8

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"No estás ni mirando", la voz me sacó de mis pensamientos.

Alex me miró y tuve que admitirle que tenía razón. Había invitado an Alex, uno de mis grandes amigos, a ver un partido de fútbol en casa, pero no podía prestarle nada de atención. Había pasado casi una semana desde aquella noche en Nueva York. Las cosas entre Violeta y yo estaban peor que nunca.

Durante aquella semana no me miró ni una vez. Ni una sola vez. Me sentí tan mal por lo que había hecho. Tenía la mirada furiosa de Violeta incrustada en el cerebro.

"Perdón", me disculpé, pero suspiré en voz alta.

"¿Quieres decirme qué te pasa?" me preguntó. "¿Problemas... femeninos?"

"Sin ánimo de ofender, pero eres la última persona con la que hablaría si necesito asesoramiento en ese tema", me burlé y arqueó la ceja.

"¿Por qué? ¡Soy muy bueno con las chicas!", protestó de inmediato.

"Sí, sí eres muy bueno con ellas, pero no creo que ese sea mi problema", admití

"Tal vez estás subestimando mi conocimiento" Sonreí un poco, pero luego fruncí el ceño. "Vamos Keeks. Ponme a prueba. No sólo soy una cara bonita a pesar de que esa es la única razón por la que pasas tiempo conmigo", bromeó para hacerme sentir mejor.

"¿Te has... sentido culpable alguna vez por salir sólo una noche con una chica?", le pregunté con cuidado porque no estaba segura si quería que alguien supiera de mi tensa relación con Violeta.

"No", contestó sin dudarlo. "He salido con chicas que tenían novios, pero yo no era el que estaba en la relación, así que me daba igual."

"No es eso", exhalé profundamente antes de hablar. "Hay una chica con la que tuve... algo hace unos años. Terminó mal porque me engatusó y luego básicamente me dejó tirada. Hace poco nos volvimos a ver y creo que le hice lo mismo que ella me hizo a mí, pero a un nivel completamente distinto. Y me siento como una mierda."

"¿Se merecía lo que le hiciste?", preguntó Alex con cautela.

"No. Nadie se lo merece"

"Pues... te sugiero que se lo digas", respondió con calma. "Dile lo mucho que lo sientes con la misma sinceridad que me lo has dicho ahora. Puede aceptar o no tus disculpas, pero al menos lo intentarás. Si ella ya se equivocó una vez contigo, puede ser que te perdone porque tú lo hiciste alguna vez. E incluso si crees que no te perdonará, hazlo igualmente. Te veo muy deprimida Kiki... y no te había visto nunca así."

Me quedé muy sorprendida al oírlo hablar tan genuinamente porque normalmente hablábamos de fútbol o de chicas. Técnicamente, estábamos hablando de chicas, pero era diferente.

"¿Desde cuándo tienes inteligencia emocional?", bromeé.

"Te lo he dicho, me estabas subestimando... Te gusta esta chica", señaló Alex, y quise estar en desacuerdo, pero de alguna manera no podía.

"No lo sé. Incluso si fuera así, no estoy segura si estoy dispuesta a meterme en una relación", dije con sinceridad. "Por a o por b siempre termina mal."

"No puedes ir por la vida pensando en que todo terminará mal, Keeks. ¿Qué clase de vida sería esa?"

"Gracias por escucharme, y por el consejo."

"No te preocupes", me mostró su mejor sonrisa.


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Estaba muy nerviosa cuando llegué a la puerta del piso de Violeta. Después de hablar con Alex, decidí hacerle caso e intentar remediar lo que pudiera con Violeta.

Más que un Juego | KiviWhere stories live. Discover now