ONE: DEAR M.R

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No todo es lo que parece, las bestias también sienten...

Aquino despertó en aquella enorme habitación, parecia un poco descolorida, casi deprimente, se levantó de la cama y empezó a explorar el nuevo ambiente, tras un rato Aquino escucho un puerta lejana abriéndose y pasos bastante pesados acercándose lo cual lo tenso, pero por miedo no podía moverse y cuando lo consiguió la puerta se abrió dejando ver a un hombre alto, robusto y con armadura, por miedo simplemente podía verlo de arriba abajo notando que sus ojos violeta brillantes estaban fijos en el

–"¿¡Quien eres!? ¿¡Que hago aquí!?" Pregunto Aquino en posición defensiva

–"He, tranquilo" Dijo la bestia con la mirada tranquila y fija en el

El pelinegro era mucho más alto que el, pero extrañamente parecía inofensivo en ese momento, Aquino retrocedió un poco y repitió la pregunta con un tono levemente más tranquilo

–"¿Quien eres...? ¿Tu me trajiste aquí...?" Pregunto Aquino aun en posición defensiva tratando de dar un aire intimidante

El pelinegro asintió y se acerco a él asustando a Aquino, estaba a punto de gritar cuando sintió como suavemente le tomo el rostro

–"Te vez enfermo" Dijo la "bestia" ante el

–"¿¡A que viene eso!?" Pregunto con un leve tono de ofensa

–"Me refiero a que te ves palido" Dijo el pelinegro con un tono de obviedad antes de con mucho cuidado alzarlo del piso y sentarlo nuevamente en la cama

Aquino aparto la mirada mientras la bestia ante el lo inspeccionaba de pies a cabeza y sin poder hacer nada para evitarlo termino sentado en las piernas de la bestia mientras está le acariciaba el cabello y olfateaba su dulce aroma a flores, la bestia notaba el miedo de Aquino por lo cual se estaba esmerando por no ser brusco y en su lugar ser gentil con sus caricias y sin darse cuenta... Termino abrazándolo

–"Soy Mucasa o para tu pueblo, la bestia" Murmuró en cierto tono despectivo pero contrastando con su actitud dulce

–"Aquino..." Dijo con un leve terror en su voz

–"Lo se..." Le respondió con suavidad "Tu cabello es muy largo..." Susurro la bestia, en verdad le gustaba su aroma

Tras un rato Aquino se sentía un poco más cómodo y empezó a hacerle platica a él azabache frente a él, el aspecto robusto y sombrío de Mucasa era completamente opuesto a su cariñosa personalidad, pasaron una tarde bastante tranquila aunque poco común, al terminar la tarde, Mucasa le entregó sus cosas a Aquino y este tranquilamente se retiro a casa

Abrió lentamente la puerta encontrando a su familia cenando, Aquino solo los vio, como siempre no esperaba que le hubieran guardado comida por llegar tarde, así que simplemente se fue a su habitación, sacó la pintura de su mochila y la puso en su escritorio, a los pocos minutos tocaron su puerta, encontrando a su hermana mayor

Aquino estuvo a punto de preguntarle que quería, pero su hermana le hizo seña que guardara silencio y le dio un plato con un poco de comida

¿Por qué el secreto? Bueno, los padres de Aquino no acostumbran a esperar a sus hijos para cenar y si ellos no se apresuran a llegar o bajar de sus habitaciones no les darán su comida y castigaran al que le lleve comida ya que es un castigo por "ser impuntuales"

Aquino recibió la comida y agradeció en tono bajo antes de que su hermana se fuera y cerro la habitación para comer sin que sus padres se enteraran, vio a lo lejos aquella casa de estilo gótico pensando

¿Por qué el está ahí...? Solo....



















[Corto, pero unos chupapija me estuvieron apresurado, chingen a su mauser]

~Olor mora [Aquino x Mucasa]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum