Especial • Porque eres mi soul sister, y sé que yo soy la tuya

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Mónica

-¡Ah! ¡No, no, no! -las risas de su parte son bastante contagiosas-. ¡Ay, ay! ¡Basta, por favor!

Aunque está pidiendo que se detenga, no deja de reírse y retorcerse en su asiento, la niña a su lado lo mira con grandes ojos marrones claros llenos de curiosidad mientras toma de su jugo de manzana de su vasito morado para bebidas.

-¡Basta, basta! ¡Mamá, ayuda! -me mira suplicante con sus ojos azules verdosos y las mejillas rojas por las risas.

-Vale, vale -tomo a la bebé de siete meses que Drew me pasa y la vuelvo a sentar en su asiento designado en medio de sus hermanos.

Veo a mi hijo mayor, su rostro enrojecido y una sonrisa cansada y divertida surca sus labios, el pelo negro lo lleva más desastrosos gracias a los jaloneos de su hermanita y también algunos rasguños bastante débiles en la frente, también a causa de su pequeña hermana.

-Eres un peligro, niña -le dice Drew, señalandola y mirándola con el entrecejo fruncido y un puchero igual al de su padre.

La bebé solo se ríe y aplaude con sus manitas.

Drew imita su acción, aunque luego se acaricia la mejilla derecha.

-Me a agarrado fuerte la mejilla -se queja, sobando el área adolorida de su cara.

Las probabilidades de morir a manos de un bebé son bajas, pero nunca cero. Ten eso en cuenta.

Por favor, que exagerada.

Eh, yo solo digo.

-Pues ya sabes que no debes meterte con la bebé -ríe Dave, centrado en su tarea de conducir.

-¡Pero si solo quería mostrarle la calle! -recalca Drew-. ¡Mikeyla a sido la que empezó a jalonearme el pelo! Bebé malvada.

Otra vez, la bebé se rió.

Sí, a ella no le importa muchos las acusaciones de Drew, siempre se ríe y él más que ofenderse, solo se ríe también.

Lya en su asiento me extiende el vasito de jugo vacío, de entre sus hermanos, ella es más tranquila cuando vamos en auto. La cosa cambia cuando está en el suelo o jugando en el patio.

Debo admitir que hasta a mí me da un poco de miedo su gran emoción.

-¿A dónde nos llevan? -pregunta Drew, metiéndose en medio de nuestros asientos.

-Ya lo verás, casi llegamos -contesta Dave.

-Vale, vale -asiente varias veces, volviendo a recostarse del apoyo de los asientos traseros.

Lo miré unos momentos por el espejo retrovisor, inconscientemente Drew se pasaba la mano derecha por el brazo izquierdo sin parar, una clara señal de que estaba ansioso y necesitaba moverse.

Cuándo nos enteramos de todo, sí me sentí mal de que mi hijo tenga que vivir con ello. No es secreto para nadie que no es algo fácil vivir con algo así, y aunque él se muestre tranquilo, momentos como estos dónde está encerrado y tiene poco movimiento lo vuelve ansioso.

Dave se sintió bastante mal, creía ser el principal culpable de que Drew lo haya heredado cuando en realidad no es así, él no lo sabía y no teníamos forma de saberlo. Nuestro hijo muchas veces nos a calmado más a nosotros de lo que nosotros lo hemos calmado a él.

Sus palabras siempre están llenas de tranquilidad y seguridad en conjunto con su linda sonrisa seguido del mejor abrazo de todos. Sabemos que debería ser al revés, pero hay momentos dónde incluso los padres merecemos un poco de consuelo.

Un Amor ¿De Verdad O Mentira? (Verdades o Mentiras #1)  ✅Where stories live. Discover now