Capítulo cinco: Secret

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"¡𝗔𝗬𝗨𝗗𝗔!"























"¡𝗡-𝗡𝗢! ¡𝗦𝗨𝗘́𝗟𝗧𝗘𝗠𝗘! ¡𝗣𝗢𝗥 𝗙𝗔𝗩𝗢𝗥!"
























"¡𝗖𝗮́𝗹𝗹𝗮𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗝𝗢𝗗𝗜𝗗𝗔 𝗩𝗘𝗭!"




















La noche era realmente oscura.

Las estrellas no se habían querido asomar en el cielo para presenciar el atroz acto que aquel demonio vestido de ángel llevaba a cabo.

En el patio de aquella cabaña hecha de madera en medio del bosque, gritos de pavor y sollozos sonoros acompañaban el tétrico cantar de los pájaros nocturnos era lo único que resonaba sin cesár. La chica se removía muy inquieta en su lugar sobre el suelo de tierra igual a un guzano, de sus ojos gruesas lágrimas se escurría al igual que la sangre que bajaba con furia de su mentón al ya no tener su lengua, se la habían cortado; mirando con terror genuino a su agresor, que sostenía una hacha y la miraba de una manera realmente penetrante.

Aquella mirada maldita, condenada por las miles de víctimas que tuvieron la desgracia de quedarse con esa imagen grabada antes de morir.

—¿Qué pasa, querida~? ¿No te gustó la cena? —preguntó con aquel típico tono suave, tan meloso y envolviente como la tela de una venenosa araña.—Te pedí que guardaras silencio amablemente pero... Tú me obligaste a hacerlo —reprochó, justificándose.

La chica no respondió, no podía hacerlo.

Solo llorar con dolor y miedo.

Ya sabía lo que pasaría.

Había desgarrado sus cuerdas vocales para que alguien la auxiliara pero nadie vino.

Se sentía muy inútil y estúpida al haber confiado en aquel bastardo de sonrisa encantadora y voz hipnotizante.

Aquel sujeto se acercó lentamente a la muchacha atada de manos y pies, que temblaba con violencia y se ahogaba un poco con su sangre. Honestamente le repugnaba la escena que tenía en frente, así que, ¿Por qué no cortarle la cabeza de una vez? Así se calla de una maldita vez. Su llanto le estaba taladrando el cráneo.

Una sonrisa retorcida y macabra se posó en el rostro de aquel enfermo, que rió histéricamente antes de pasar el filo del hacha por el cuello de la joven con rapidez y afán, haciendo que la cabeza de esta cayera a un lado, rodando en el suelo y la hierba ligeramente húmeda por el clima lluvioso previo a esto.

Admirando su 'obra de arte', sonrió con temblor y apretó el mango del hacha antes de sacarla de un tajo del lugar en donde estaba, la sangre de la pobre chica chorreaba a borbotones.

—Lo siento, cariño. Pero eras una perra muy desesperante y ruidosa —se disculpó a la nada, porque la vida de aquella muchacha había expirado a sus manos.—Además, ¡Mira cómo me dejaste! —se quejó, ya que su perfecto peinado se había alborotado un poco y su pulcra camisa blanca estaba manchada con gotas gruesas de sangre.—Definitivamente espero que la siguiente no sea tan malditamente miserable como tú —agregó, acercándose al cadáver para inspeccionarlo y saber qué debería cortar y guardar y qué debería deshechar.

Sería una noche muy larga.




• 🦌😾 •

—¿Entonces?dijo, sonriente.

𝗕𝗨𝗧𝗖𝗛 𝟰 𝗕𝗨𝗧𝗖𝗛Where stories live. Discover now