Capítulo seis: Butch 4 butch

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Viernes.

Iba caminando con apuro, pisando las hojas secas que el otoño dejaba regadas por ahí. Se le había olvidado casi por completo el ir a aquel parque gracias a aquel pequeño asunto de hace unos dos días en la noche. Definitivamente tenía que dejar de ser tan glotón e impaciente y dejar lo que tenía que dejar tranquilo hasta que de verdad lo necesitara.

Una fuerte brisa pasó a causa del paso del tranvía y el frío de la tarde, haciendo que más de una hoja se le pegara bruscamente en la cara. Enojado levemente, el castaño trató de quitarse las hojas de la cara pero como la brisa seguía allí, se le hacía casi imposible. No pudo evitar gruñir en voz baja con fastidio, tratando nuevamente de quitarse las anaranjadas hojas del rostro pero no lográndolo. Fue entonces que cayó en cuenta de un detalle. Colocó una mano en su cabeza, notando con asombro y temor que su boina había sido llevada por la corriente de brisa. Bufó con resignación y torpemente se giró para perseguirla pero, ni dio cinco pasos y ya había chocado con alguien, cayendo de trasero en la acera y sobándose una de sus posaderas ya que la caída no había sido muy agradable que digamos.

—Oh, lo lamento. No vi por dónde iba y-

Pero se vio interrumpido al sentir algo cálido ponerse en su cabeza. Tanteo que era y descubrió que era su boina. Sonrió con triunfo pero esa sonrisa se desvaneció cuando nuevamente ese alguien le quitaba las hojas del rostro, percatándose de que se trataba de su amigo.

Husk entre risas terminó de apartarle las hojas de la cara y le extendió su mano. Oh, estaba pasando de nuevo. Sus rodillas se sentían débiles y su corazón latía rápidamente. Luego de un momento, alzó su mano y tembloroso se levantó del suelo con ayuda del azabache. Con vergüenza, sacudió sus ropas y trató de sonreír con confianza como siempre lo hacía pero lo que bastó para desmoronarlo fue que el otro tomó su mentón, acomodando sus lentes.

—Listo. Ya no más Alastor cara de hojas rió.

Pero Alastor se mantuvo callado y con la respiración atascada en la garganta. Su sonrisa temblaba horriblemente y su ceño ligeramente fruncido fue acompañado con un ligero rubor que tintó sus pálidas mejillas. Husk miró sin entender a su amigo hasta que cayó en cuenta de la cercanía peligrosa que había entre ambos, quitando su mano del rostro ajeno y retrocediendo unos cuantos pasos, nervioso.

¿Qué fue eso? Se preguntaba el bartender. Se había dejado llevar por la confianza que había entre ambos y estuvo demasiado... Cerca. Ahora también tenía el rostro sonrojado en la mayor de las penas. Ambos se miraron fijamente. Rojo carmesí y apacible dorado. El menor se echó a reír en cuanto notó que el no había sido el único con el rostro rojo, sacando de onda momentáneamente al mayor de los dos antes de que esa risa se contagiara.

El corazón de Husk se aceleró considerablemente al bombear sangre en su sistema al escuchar la risa de Alastor. Era como música para sus oídos. Sonrió divertido y se cruzó de brazos, mirando con fingida indignación al muchacho frente a él.

—Suficiente, cara de hojas. Esto no es divertido.

Podría decirse que no era una risa de gracia, era de nervios. Alastor se había puesto demasiado nervioso de que Husk estuviera tan cerca de él. Por eso era que no dejaba de reír hasta que finalmente se cansó y se frotó el brazo, reprimiendo más risas.

—Está bien-está bien... Husk totamte maduroy volvió a estallar en carcajadas, abrazándose a sí mismo.

Si. La gente que pasaba a su alrededor se les quedaba mirando raro pero no es como si les importara lo suficiente y seguían caminando. Husk, notoriamente apenado, se acercó a Alastor, poniéndose atrás de él para tomarlo de los hombros y así seguir con el recorrido que tenían pautado. Dentro de un rato, el joven locutor recuperó el aliento y dejó de reírse.

Ambos continuaron caminando juntos pero con una distancia entre ellos muy considerable. Los dos seguían nerviosos por lo que acababa de pasar, se sentían muy tímidos para hablar respecto a eso, era extraño que ambos, siendo personas que no tenían "pelos en la lengua" al hablar, estuvieran totalmente fueras de sí como para comentar algo respecto a eso que no sea una pequeña broma. Así que siguieron evitando el tema hablando de cosas ordinarias o el cómo estuvo la semana del otro.

Finalmente llegaron al Congo Square, lugar en donde, luego de comprar algo de beber como una soda para cada uno, se dispusieron a pasear por el sitio aún sumergidos en sus conversaciones. La compañía del otro era reconfortante, o por lo menos eso pensaba Husk. Y es que ciertamente todo de Alastor le resultaba encantador. ¡Incluso la manera en la que casi se ahoga con su soda!

Después de toser por un buen rato y que el mayor le palmeara la espalda para que se le quitara la tos, el menor de los dos suspiró con agotamiento y se irguió en su lugar.

—Nota mental: No reírme de las cosas que me dices mientras estoy comiendo o bebiendo algodijo más para el otro que para sí mismo, escuchándolo reír.

—No es mi culpa que tengas una risa tan rara que me agrade escuharlase encogió de hombros sin importancia aunque por dentro se estaba rependiendo por haber revelado tal dato a la persona incorrecta.

Alastor lo miró con una ceja alzada mientras seguían caminando hasta que su sonrisa falsa de todos los días se viera apagada por una sincera pero tímida al igual que nuevamente la sangre le llegaba a las mejillas. Decidió aventurarse también en ese tipo de comentarios.

—Tu risa también es rara, ¿Lo sabes? Parece como si un perro con las cuerdas vocales limitadas se estuviera ahogando mientras bebe agua.

Pero gracias al silencio repentino que se instaló entre ambos pensó que lo que había dicho, pese a la confianza que se tenían, había sido irrespetuoso. Ya empezaba a sentirse incómodo cuando nuevamente Husk se carcajeó con ganas ante la comparación, dejando a un Alastor muy confundido y con una sonrisa que gritaba en silencio "¿De verdad te apreció gracioso?".

Luego de calmarse un poco, se limpió pequeñas lágrimas rebeldes antes de girarse a mirar divertido al muchacho, que en vez de aquella risa esperaba un regaño o algo.

—Y qué decir de la tuya. Te ríes igualito a un escocés. Oh, no, no ¡Pareces una ardilla con una mazorca atorada en la garganta! y volvió a reírse sin freno.

O eso fue hasta que notó la expresión indignada de Alastor. Dejó de reírse y lo miró avergonzado. Justo cuando iba a disculparse por ello, lo escuchó reír débilmente hasta que terminó por carcajearse con ganas, apoyándose en su hombro. Poco a poco, esa risa se fue contagiando en Husk y ahora ambos reían por las ocurrencias del otro. Un alivio se sintió en el ambiente y se dieron la libertad de no estar más tensos.

Parecían un par de locos perdiendo el aire en abundantes carcajadas. Pero no es como si les importara mucho, después de todo, esa salida se trataba únicamente de ellos dos.

Dos hombres en una "salida de amigos".

























































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¡Otro cap publicado!
Está vez porque probablemente desaparezca por un ratillo (tengo que escribir un cuento para el mañana-😭)

Inicio del primer.. ¿Especial? ¿Arco? Meh, no sabría decirlo-(xd)

No sé porque pero tengo el headcanon de que el Husky y Ali-Al son amiguitos funables osiosi😻.

Ahora si shiquillos, ¡Nos leemos luego!~

𝗕𝗨𝗧𝗖𝗛 𝟰 𝗕𝗨𝗧𝗖𝗛Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz