CAPÍTULO 6

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Avril Fray.

¿Cómo consigues conocer cada rincón de algo que es infinito? El día que entendí por qué Sean ocultaba tantas cosas, fue el día que aprendí a soltar la ilusa creencia de que conocemos completamente a quienes son cercanos a nosotros. En ese momento, no supe distinguir si eso significaba confianza desmedida en aquellos que amamos, o solo un hecho estimulado por nuestra arrogancia, pero era tonto pensar que podíamos acceder a cada lugar oculto de algo que no tiene un principio, y tampoco tiene un final.

La perplejidad debe ser clara en mi rostro.

De un momento a otro, el ambiente se ve rodeado por una desfavorable burbuja de hostilidad y tensión que mantiene a los espectadores rígidos e incómodos. El mundo parece haberse detenido, y en él solo tiene lugar la particular batalla de miradas entre Sean y Zayn, este último con la sonrisa más siniestra que he visto en mi vida.

—Conque es cierto que has vuelto. —Sean es el primero en hablar, y agradezco mentalmente que haya roto el silencio.

—Hace unos días —afirma el muchacho encogiéndose de hombros, el desinterés es notable en sus gestos—. Pero si estuvieras en casa lo sabrías.

Un destello de rabia centelleante es visible en los ojos de mi amigo, quien convierte las manos en dos puños que se arriman a los costados de su cuerpo, con las venas alteradas siendo sólida evidencia de su enojo.

La situación, si fuera vista desde un punto exterior, resultaría hasta cómica. La maraña de emociones que se contraponen entre sí no tiene precio. Sean enojado. Zayn, al parecer, entretenido. Nuestros amigos, completamente desconcertados, y yo...bueno, yo estoy totalmente anonadada, intentando analizar la situación sin perder la cabeza en el intento.

Le había llamado ‹‹hermano››.  Zayn había llamado a Sean ‹‹hermano››. Eso sí que es un giro inesperado de los acontecimientos, y no la mierda de final de ”Cuna de Lobos”. En serio, ¿quién mata a su propio hijo por error?

—Si no he aparecido por casa, por algo será ¿no? Quería evitar ver tu cara.

Miro a Sean con total horror en el rostro. En múltiples ocasiones lo he visto perder la cabeza, pero hoy es diferente porque no consigo descifrar lo que está sintiendo. Por momentos veo una furia asesina, y por otros, simplemente no veo nada, como si estuviera vacío o reteniendo demasiado la furia para no explotar en cualquier momento.

Zayn levanta la comisura del labio y Hero a su lado mueve la cola felizmente, totalmente ajena a la situación. A mí me queda claro que he comenzado a perder la cabeza cuando comienzo a sentir envidia de ella.

Al menos, sé que no soy la única.

Detrás de Sean, nuestros amigos parecen estar presos de la misma incomodidad que yo, removiéndose inquietos en sus lugares y sopesando si deberían o no apartar la mirada.

Aunque lo intentasen, dudo que puedan.

—Pensé que te alegrarías más de verme, hermanito. —El sarcasmo que colorea su tono resulta insoportable.

Sean tensa los hombros y aprieta la mandíbula.

—No sabía que los años te habían vuelto más idiota.

El comentario parece resultarle de lo más divertido a su hermano.

—Ya vez, siempre se puede mejorar. —Abre los ojos ligeramente en un movimiento fugaz y enarca las cejas.

Su sonrisa es tan brillante que resulta casi espeluznante.

—¿Alguien me puede explicar que está sucediendo? —interrumpo alzando la voz.

Más allá de las estrellasWhere stories live. Discover now