SÓLO MIA Y DE NADIE MÁS.

Capitulo 38

_ Llegamos a la habitación donde se encontraba Jennifer. Al la doctora abrir la puerta, mis ojos se posaron sobre ella; allí estaba toda pálida, mirándome con una sonrisa.

_ Je, me acerqué con rapidez hacia ella.

¿Está mejor, te duele algo?

¿Dime, mi amor, quieres agua?

_ Nick, estoy un poco mejor, solo que me duele la espalda.

¿Dónde está Ezequiel?

_ Ya viene.

_ ¿Y Esther, dónde está?

_ Mmm, fue hacer unas cosas.

_ Tuve un sueño donde hablaba con alguien llamado Diego, conversamos como que nos cocíamos de toda la vida, podía sentir el amor que nos teníamos, no era un amor de novios o algo más era como de familia.

¿Nick, yo tengo primos o hermanos?

Iba a hablar, pero fui interrumpido en el momento exacto.

_ Mi cielo, ¿Estás bien, te duele algo?

Dime qué quieres, voy y te lo compro, lo que quieras.

_ Ja, ja, ja. ¡Ay me duele, no me hagas reír, Eze! Ya los extrañaba y ya quiero que me saquen de aquí, me muero del frío.
_ Tienes que hacerte un análisis y te podrás ir.

_ Odio las vacunas.

_ Lo sé

Los miré conversando felizmente, pero estoy seguro de que ya no será tan feliz como antes, ya que es cuestión de tiempo para que se riegue la voz.

Salgo de la habitación para llamar a Diego y darle las buenas nuevas.

En la llamada...

_ Hola, ¿Está todo bien?

_ Sí, ya despertó. Digo con mucha emoción.

_ Por fin, voy para ya.

_ Ok

Siento la mirada de alguien, no sé dónde viene, pero algo no me da buena espina.

Buenos días, ya sé muy corto pero tranquilos habrás más capítulos.

Lo prometido es deuda.