Capítulo 4

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Se acostumbró a su trabajo bastante rápido. También terminó con la capacitación en menos de lo esperado. Además, sentía bastante alivio de no tener que entablar ninguna conversación con su ex novio gracias a que Mo Ran tomaba todo el trabajo de este en donde estuviera involucrado, así que con la persona que más pasaba tiempo en la empresa, era con el moreno.

Debía admitir que hacían un buen equipo, el único poco de inconveniente, era que de repente Mo Ran era algo distraído con los encargos de Xue Zhengyong y le pedía ayuda, lo que no le molestaba. Ya de por sí esta persona hacía mucho quitándole de encima a su primo infiel.

Para Chu Wanning era agradable tenerlo cerca. Tanto, que le daba algo de miedo.

No solo le perturbaba aquella cuestión, sino que, también le preocupaba que pudiera conversar de vez en cuando de sus propios pasatiempos, su historial académico, sus metas, sus sueños.

Mo Ran era el que más hablaba en realidad. Cada vez que analizaban informes financieros de clientes, o de la empresa misma, el más alto traería a colación algún tema interesante para conversar mientras Wanning leía.

A veces se enojaría y le pediría que se calle, pero en horario de comida a Mo Ran no le paraba la boca.

Lo que no entendía, era por qué este hombre solo hablaba con él cuando se llevaba bien con todos, y menos entendía por qué permitía que se acercara a su persona tan fácilmente.

Era simplemente natural la forma en la que Mo Ran había derrumbado todas sus paredes.

Para variar, tampoco se inmutaba por sus expresiones de malhumor de todos los días.

Se había acostumbrado a tener esa clase de expresiones en su rostro, como si viviera enojado con el mundo.

En parte era verdad.

Sentía que era mejor estar solo que mal acompañado, y por ende, su armadura de mal humor le había acompañado durante mucho tiempo.

Las personas que lo conocían desde antes de que comenzara la mitad de su carrera universitaria, no lo reconocerían por la misma razón de que era demasiado rígido en ese momento.

Antaño aunque no sonreía demasiado, era fácil acercarse a él, e incluso las personas a su alrededor sentían la necesidad de protegerlo.

Para su desgracia, en lugar de protegerlo, le hicieron volverse esa persona fría que aparentaba ser.

Claramente, podía sentir. De hecho, sentía demasiado. Tanto, que si le contaban una historia triste, se molestaría, diciendo que no dijeran tonterías, cuando en realidad se metería al baño a llorar.

Era una persona muy sensible, más tenía que ocultarlo siendo que ya era un adulto. Nada ganaba demostrando su verdadero corazón.

Para su desgracia, o su fortuna, Mo Ran parecía darse cuenta de su verdadera forma de ser.

Mo Ran era una persona que se fijaba en los detalles. Aunque claramente no era adivino, no le era difícil tampoco darse cuenta del estado de ánimo de las personas, y siendo alguien alegre que le gustaba disfrutar del momento, en muchas ocasiones podía parecer algo metido.

Estaba seguro de que Chu Wanning lo consideraba de ese modo por meter su nariz en sus asuntos con Xue Meng, pero no le importaba.

Quería mantener un buen ambiente laboral. Además, la rigidez de ese hombre le ponía los nervios de punta.

Era como si se esforzara demasiado en demostrar que su personalidad no era más que intimidante, pero el par de ojos fénix de esa persona le llenaban de paz por alguna razón.

Eran muy lindos a su punto de vista.

Podría mirar esos ojos bonitos todo el día sin aburrirse, estaba seguro de eso.

Ahora bien, de repente, ya se encontraba siendo hostigado por su primo que le pedía ayuda inmediata para hablar con Chu Wanning.

No estaba seguro de que pudiera otorgarle dicha petición, pero en una ocasión, mientras almorzaban y charlaban, Mo Ran decidió que sería bueno preguntar solo para que su primo dejara de molestarlo.

—Oye, Chu Wanning —comenzó, llamando la atención del otro—. Últimamente, Xue Meng me ha pedido que te pregunte si podrías escucharlo un par de minutos.

La expresión del mencionado se volvió muy fea en cuestión de segundos. Frunció el ceño, mirando con enfado a su contrario.

—Es por eso que has estado acercándote a mí entonces —gruñó apretando su pantalón negro de vestir debajo de la mesa del comedor del edificio.

—¿Qué?

Mo Ran parpadeó confundido por el comentario.

Ni siquiera solía traer a colación el nombre de Xue Meng, y para variar, estaba siendo honesto.

—¿De qué hablas? Claro que no, de ser así, ni siquiera habría quitado a MengMeng de tu vista en múltiples ocasiones.

Chu Wanning se mantuvo en silencio, comenzando a sentirse un poco culpable por la forma en la que acusaba a su contrario.

Suspiró con fuerza, tomando el tenedor de plástico para pinchar un par de vegetales que había puesto en su comida de ese día.

—Realmente no tengo una intención oculta contigo —dijo Mo Ran luego del silencio tan incómodo entre ambos—. Xue Meng es muy insistente, por eso decidí preguntarte.

—Entonces dile que no es necesario que me busque. Las cosas están bien así, además no es como si quisiera volver a tener algún tipo de comunicación con él. Para empezar, ¿De qué hablaría conmigo? En este momento, él tiene pareja, no entiendo su insistencia en hablar conmigo si tampoco siento algo por él a este punto.

Aquella oración, había sido una de las más largas que había escuchado provenir de Chu Wanning cuando se trataba de su anterior romance con su primo.

En veces anteriores, decidió que no preguntaría nada por respeto a la privacidad de Chu Wanning a pesar de que se moría de curiosidad por saber lo que pensaba de Xue Meng.

—Le diré que no estás dispuesto, pero aún así déjame darte un consejo como una persona que sabe el trasfondo de Xue Meng —comenzó el moreno, acercándose un poco al rostro de Chu Wanning denotando una extraña seriedad que al más bajo le erizó la piel.

Por alguna razón, el semblante que acababa de adoptar esta persona, era muy atractivo.

—Mira, en realidad MengMeng no me contó demasiado de lo qué pasó contigo, muchas cosas las sé por mera conjetura, pero si te puedo decir que sería bueno que lo escucharas. En realidad, Xue Meng no es una mala persona, te lo puedo asegurar.

Chu Wanning rodó los ojos cruzándose de brazos.

—Claramente vas a estar de su lado. Eres su primo después de todo. No puedo imaginarme a cuántas personas les has sido infiel también.

Su boca se había movido por sí sola sin siquiera pensar en lo que acababa de decir.

Había sido ira pura reprimida que borboteó desde sus entrañas para lastimar, como si se tratara de una serpiente.

Por estas razones odiaba tanto ser tan iracundo y decir cosas que en realidad no pensaba o no quería decir.

—¿Me conoces lo suficiente como para asegurar algo así? —rió Mo Ran entre sorprendido y entre molesto por la forma en la que Wanning se había referido a él—. De todos modos, no puedes estar seguro si ni quiera sabes lo que realmente pasó con Xue Meng.

Hablar de forma tan agresiva incluso le quedaba bien a Mo Ran, pero aún así para Wanning fue difícil escucharlo referirse a su persona con un tono cortante que llevaba una carga de enfado bastante alta en su tono de voz.

Pensó en disculparse, pero no lo hizo.

Se levantó de su silla, tomando su almuerzo para luego retirarse sin darle una simple mirada a su compañero de trabajo.

Sorry por la demora u.u esto de ser adulto es difícil xD pero bueno, espero que este capítulo les haya gustado <3 nos leemos después ^^

Amor verdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora