Lujuria [ROMANCE 4] [Vol.1: Terminado - Vol.2 - 01/Septiembre.]

𝐄𝐩𝐢𝐥𝐨𝐠𝐨

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ɴᴀᴛʜᴀɴɪᴇʟ
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Era real, sus dedos enterrándose en mi piel lo hacía real, sus gritos y jadeos lo hacía real; mi vida cambiaría en un abrir y cerrar de ojos y, yo no podía hacer nada al respecto; no podía.

—‹Una vez más, ya está aquí.›

La voz de la enfermera se escuchaba lejos, aunque no lo estuviera; la observé un breve instante antes de bajar la mirada a Elaine una vez más. Su rostro se encontraba enrojecido y sudado; sus dedos se profundizaron en mi piel al hacer otro esfuerzo.

Sentí una leve sensación de pánico entrar en mi cuerpo al escuchar el llanto desesperado de un bebé que acaba de llegar al mundo... a mi mundo.

—¿Está bien?

Miré a Eliane en el momento en que todo dejó de ir en cámara lenta y retomó su curso normal, asentí en respuesta, la verdad es que no sabía si estaba bien, pero lloraba, eso es bueno, ¿no?

—Estoy muy cansada.

Sus ojos se cerraron por un momento, tal vez debía decirle algo, acababa de hacer el gran esfuerzo de traer a alguien a la vida.

—Estás bien.

Fue lo único que pude decirle.

—Es una niña muy sana y hermosa, ¿quién la tendrá primero?

—Creo que estoy muy cansada ahora para cargarla —susurró Eliane en un hilo de voz.

La enfermera ni siquiera espero por una respuesta de mi parte, tan solo la puso en mis brazos con una gran sonrisa, yo traté de sonreír por igual, aunque estaba seguro de que aquello fue más una mueca.

No pude evitar sentir un leve pinchazo en el pecho. Los recién nacidos no suelen ser lindos, sin embargo, esta no está tan mal, era tan pequeña...

Aún seguía sin tener la certeza de sí realmente era mía, pero se sentía bien tenerla en brazos; sin embargo, quería salir ya de la duda.

—¿Se debe esperar para la prueba de paternidad?

—Nathaniel.

Miré a Elaine, llevaba las cejas fruncidas, pero honestamente no importaba mucho lo que fuese a decir con respecto a eso. Necesitaba una respuesta.

—Podemos realizar una prueba.

—¿De verdad lo ve necesario?

Volví a verla a los ojos, respondiéndole sin la necesidad de hablar. A demás, si tan convencida estaba, ¿qué le preocupaba?

La enfermera tomó a la bebé de mis brazos con cuidado antes de alejarse.

—Bien, Elaine, estás lista para descansar. —La doctora se acercó. —Hiciste un buen trabajo, ahora tienen a una bebé bastante sana, las enfermeras los ayudarán en lo que necesiten. Descansa, te lo mereces.