LIBRO 4. SAGA «COX»
La princesa Eloise también tiene muchas cosas por decir.
Es la presidenta del comité de eventos en su escuela. Siempre tuvo mucho talento para dar órdenes.
Tiene el mejor promedio en su curso. Siempre le ha gustado sobresalir.
...
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Ya encontrará a alguien
Miraba con curiosidad.
Lo cierto es que sí, he sido bastante curioso toda mi vida.
En especial porque después de que fui vilmente rechazado, encontré la paz en alguien más. Las condenadas mariposas aparecieron en el instante en el que compartí palabras con la primera mujer que resultó ser bastante... peculiar.
Es gracioso, jamás me había obsesionado con algo.
Sin embargo, las cosas han cambiado, me lo han repetido varias veces.
Aunque para mí algunas seguían siendo igual.
Escuché cierto murmullo a mi lado
—No entiendo por qué te fijas tanto en ella. Es una niña rica, ¿sabías? Te enviará al demonio cuando menos te lo esperes.
—La única persona que tiene derecho a ponerle apodos soy yo —me tomé la molestia de responder, sin perderla en mi campo de visión
—¿Por qué? ¿Si es cierto que ya la conocías?
—Tenemos historia. —me encogí de hombros
—¿Cómo cuál?
Elevé una ceja al poner mi vista en la suya
—¿Por qué eso te interesaría?
—Bueno... eres el único amigo que he tenido.
—Eso es patético.
—Auch. —se llevó una mano al pecho—. Te digo algo triste y te burlas de mí, ¿qué clase de amigo eres?
—El único que tendrás, al parecer —dejé de prestarle atención—. Si mis pasatiempos te parecen aburridos, deberías volver por donde has venido.
—¿Llamas pasatiempo el espiar a una chica?
—Lo llamo una técnica.
—¿Para qué? ¿No que la habías invitado al baile y se negó?
—No se negó de ninguna forma, simplemente reservó su respuesta.
Se quedó en silencio un momento
—¡Es exactamente lo mismo que decir que no!
Fruncí las cejas al mirarlo. ¿Acaso acaba de gritarme?
—Como se nota que no sabes nada de mujeres. La clave, es demostrarle que no te rendirás con facilidad. Ella quiere a alguien que demuestre interés, no me será difícil.
Suspiró, posando su vista en la chica
—Bueno, es hermosa, eso lo reconozco.
Mi molestia incrementó. Le di un golpe en el brazo
