Capitulo 10

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Catherine

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Catherine


La luz de la luna iluminaba nuestro camino, no muy lejos de donde nos encontrábamos se podían notar las casas de las personas del pueblo.

–¿Le puedo preguntar una cosa?– pregunto David, a pesar de ir detrás de él en el caballo se que estaba sonriendo.

En todo el camino habíamos estado en silencio, íbamos rumbo al pueblo donde de seguro los niños me esperaban ansiosos por saber lo que continuaba en la historia de “para siempre y jamás", hace algunos días que ya no iba al pueblo y ahora que los moretones ya no son tan visibles creí que era momento de volver.

–Haga su pregunta, David– asentí.

Se tomó el tiempo para pensar en su pregunta, los pasos del caballo no eran muy rápidos pero tampoco tan lentos como para llegar al amanecer al pueblo.

–¿Por qué viene durante las noches a leerles a los niños?– ladeó la cabeza.

¿Que mentira podía decir? Porque el decirle la verdad del porque iba con los niños durante la noche tenía mucho que ver con las golpizas de mi padre.

De todas las preguntas que podría haberme hecho eligió la que más me cuesta encontrarle una mentira.

–Porque al menos así alguien puede escuchar lo que escribo– y en parte no era mentira– las noches son mucho mejores porque así cuando los niños se van a dormir pueden soñar con lo que les leí.

–¿Por qué sale por la pared?

Porque mi padre me tiene prohibido salir del palacio a menos de que sea para una ocasión especial donde tenemos que ir con las personas de la realeza o cuando son algunas festividades del pueblo donde nos vemos obligados a asistir.

–Porque no me gusta que mi padre me mande tantos guardias detrás de mi– esa fue mi respuesta.

–Eso lo tome muy personal– puso una mano sobre su pecho.

–Al principio no quería que me acompañará, pero cuando el primer día me acompaño supe que usted no sería como los otros guardias con sus caras de seriedad o haciendo a un lado a los niños que se me acercaban– negué varias veces– usted es muy diferente, me ayudó a leerles y con algunos diálogos, se rió y se integró con ellos. Por eso tiene el sello de mi guardia favorito– recalque las últimas palabras.

Escuché como de su garganta brotaba una pequeña risa que me contagio, al llegar al pueblo pasamos por varias calles llenas de comerciantes, muchos me saludaban o hacia reverencia hacia a mi.

Hasta que llegamos a la biblioteca y dejamos al caballo amarrado sobre el mismo árbol de siempre.

David me ayudó a bajar del caballo y cuando mis pies tocaron el suelo su cuerpo seguía muy cerca del mío, su aliento sobre el mío y nuestros ojos conectados queriendo nunca dejar de verse.

La promesa del amor (Completa ✔️)Where stories live. Discover now