𝐶𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜

24 1 0
                                    

Club Capone

Addy Lancrott:
Alemania:*una semana después*

Había pasado una semana desde que llegué aquí, la mayoría del tiempo aquí era aburrido, incluyendo el día de hoy, me encontraba sentada en el césped del jardín trasero con un libro en manos buscando distracción cosa que obviamente no encontré, para alimentar más mi mala suerte hacia una calor de mil demonios, no sabía cómo era que aún no estaba derretida como lava.
Volví a repetirme que podía ir a aquella piscina aunque fuera sin permiso pero eso me aseguraba un día sin comer.

Magnus Capone me había impuesto varias reglas y cuáles serían los castigos a cambio de mi desobediencia.

Durante la semana pasada:

__Odio cuando tocan lo que es mío sin mi autorización. __Volvio a repetir ahora sin un poco de paciencia.

__Eso me vale una mierda Capone, recuerda que me tienes retenida aquí, no vayas a pensar que me voy a portar como una buena chica. __Lo enfrente por segunda vez en la madrugada

Sus ojos aún seguían brillando con la misma intensidad.

__Lo repetiré una vez más Addy. En esta casa hay reglas y todos deben respetarlas al pie de la letra y tú no serás la excepción. __Dejo ver mis dientes en una sonrisa llena de arrogancia y travesía.

__Nadie en esta puta vida me ha domado y tú... no serás la excepción, Magnus Capone. Tenlo en mente.

En sus gruesos labios se forma una sonrisa macabra que me hizo temblar mentalmente.

__Pruebame. __Dijo ensanchando aún más su sonrisa__Tienes totalmente prohibido salir de aquí, tomar cosas sin mis autorización, o meter tus narices dónde no te llamen. Por cada desobediencia tuya serás enviada inmediatamente a las peores de las celdas que has visto. Acción y consecuencia.

Actualidad:

Muevo mi cabeza de un lado a otro saliendo de aquellos malos pensamientos. En el transcurso de la semana no pude ver a ninguno de los Capone, eso me tranquilizaba por el hecho de que no tendría a esas dos molestias metidos en mi existencia.
Dejo el libro en el césped y concentro mis ojos grises en aquel cielo totalmente despejado. Aquellos torturosos invadieron totalmente mi cabeza, aquel día mis padres fallecieron en aquel "experimento"

Ellos eran unos execelentes científicos y obtuvieron muy buenas ganancias por cada descubrimiento, hasta aquel día en el que uno de ellos falló y les arrebato la vida. Aquello que descubrieron jamás salió a la luz... Investigue e investigue como pude hasta que descubrí que aquello solo era una falsa muy bien actuada por Regina quien los vendió como a un ganado, aquellos a los que le vendió la vida de mis padres hicieron todo para eliminarlos hasta que al fin lo hicieron.

Más tarde apareció yo con tan solo mueve años en aquel mundo oscuro y perverso, hui de Regina adentrándome aún más aquel lugar despiadado donde encontré a aquel hombre de mirada aterradora y depravada, aquel que me golpeó sin tomar en cuenta que era solo una pequeña niña, una pequeña niña la cual aquella noche se volvió un monstruo cuando atravesó el cuello de aquel hombre hasta ver aquella chispa de vida desaparecer de sus ojos y volví a terminar allí..... En brazos de Regina.

Limpio aquellas lágrimas rebeldes que escaparon de mis ojos. Levanto mi cuerpo de aquel suelo y me adentro a la mansión y dejo caer mi cuerpo encima de aquella cómoda y alcochonada. No habían pasado ni cinco minutos cuando dos mujeres de edad media invadieron el cuarto; una de ellas cargaba unos vestidos los cuales miro con desconcierto.

__Señorita, el señor Capone le manda estos vestidos para la noche de hoy. A demás de eso le dejó bastante claro el que solo tiene media hora para alistarse e irnos __Ella deja todos los vestidos encima de la cama.

__¿Que noche ?__ No pude evitar decir

__No se nos ha dado muchos detalles acerca de ello pero necesitamos que se aliste en media hora señorita Lancrott.

Luego de unos minutos me encontraba duchada, aún eligiendo que vestido usar para hoy. Entre aquellos vestidos había uno negro semi transparente en la falda, otro de color blanco del mismo diseño y un mortal rojo, no había que mentir aquellos vestidos eran hermosos pero por ahora no necesito de ellos. Iba a sorprender a todos con mi vestuario. Todos eran hermosos pero ninguno era como el rojo.

Este se ciñe perfectamente a mi cuerpo de complexión delgada, mis caderas eran ciertamente anchas, tenía el estomago totalmente plano, mi trasero no era del todo perfecto ya que era semi plana en cambio mis pechos era firmes y perfectamente redondos.
Luego de a verme colocado totalmente aquel vestido rojo tomo unos tacones de plata, ondulo mi pelo y trato de maquillarme lo más natural posible, no odiaba al maquillaje, simplemente porque no podía soportar tanto maquillaje en mi rostro.

Para culminar escojo unas argollas largas y finas de oro blanco.

Salgo del cuarto encontrandome con dos hombres parados en mi puerta. Ambos me guían hasta un lujoso Mercedes blanco y conducen durante una o dos horas hasta un enorme club el cual estaba repleto de gente, la música sonaba en lugar y podía escucharse levemente en aquel auto. Bajo del auto seguída por ambos hombres hasta los adentros del lugar.
Un hombre alto y casto pelo nos recibe y deja pasar al momento en que uno de los guardias le muestra una tarjeta negra que ya sabía debía ser la boleta de entrada.

Ellos me encaminan hasta un grupo de hombres que se encontraban tomando algún líquido extraño. Inmediatamente reconozco a Dimitri quien estaba rodeado de mujeres que no tenian dignidad alguna.

____

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

____

Steasy Almonte

Atracción Destructiva©(+18)Where stories live. Discover now