𝐋𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 -𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐨𝐫 𝐲 𝐚𝐥𝐮𝐦𝐧𝐚- (En Edición)

12

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El salón estaba casi vacío, la mayoría de mis compañeros ya se habían ido. Solo estaba yo y otros compañeros; termine mi examen e hice la entrega, regresé a guardar mis cosas y me retiré.

Jenna y Dave ya se habían ido, pero más tarde me vería con ellos para pasar un rato.

En eso, me topo con el profesor Grey.

— Buenas tardes —saluda con cordialidad. Mostrando su suave sonrisa— Señorita Samara

Me impresionó el que de dirigiera así ante mí. Después de conocerlo hace poco, ya que el único que me habla de manera similar es Harper.

Era una sensación extraña.

— ¿La incomode?

— No. Solo fue algo sorpresivo —prosigo— Que se dirigiera así hacía mí

— Entiendo, pero si le incomoda, puede decirme

— Como mencioné, fue algo sorpresivo —le sonrió con sinceridad— Ya me acostumbraré

Sacó de mi mochila su sombrilla.

— Antes de que se me olvidé —se lo entregó— Su sombrilla. Gracias por prestarmelo

— No tiene que agradecer, pero se lo puede quedar

— ¿Qué? —niego con la cabeza— No. Es de usted, de seguro lo necesitara después

Una risa pequeña sales de sus labios. Su risa sonaba grave pero baja, con algo de elegancia.

— Es más seguro que usted lo necesite —se acerca más a mí — Con este sol, es mejor que se cubra. Además, tengo vários en mi casa

Sonreí y acepte la sombrilla nuevamente.

— Ser mejor irme. Tengo trabajo que hacer

— ¿Presentó exámenes? —cuestiono, frunciendo el ceño

— No, pero me tocó lo del baile

— ¿En serio?

— Sí —suspira con pesadez, apretando su mandíbula— No se porque me metieron en esto. Si soy... Nuevo, si no es excusa

— Es entendible —me cruzo de brazos— Pero de alguna manera lo puede ayudar

Me mira sin ninguna expresión en su rostro. Me ponía nerviosa.

— Así podría saber la organización o eventos de la escuela —prosigo con nerviosismo— Familiarizarse, por decirlo así

— Tiene razón. Por un lado es bueno

— Sonará una pregunta estúpida, porque es nuevo aquí pero; ¿ya encontró a algún alumno quien pueda ayudarlo?

— ¿Tengo que escoger a un alumno? —me mira con confusión

Asciento con la cabeza.

— ¿No le han explicado sobre lo del baile?. ¿La organización?

— Si, pero, la mayoría de las profesoras de aquí... —hizo un silencio

Sabía a qué se refería. La mayoría de las profesoras de aquí andan en busca de una pareja. Por no llamarlas "urgidas"; lo mismo sucedió con Harper.

— Las profesoras —ruedo los ojos— Se a qué se refiere. Ahora hay un nuevo diamante

— ¿Nuevo diamante?

— Así me refiero a aquellos que son nuevos y todos muestran un gran interés —hago una mueca— Son la atención de todos

— Así que, ¿ahora soy la atención? —posa sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón

Al ver su postura, me decía que estaba interesado pero su gesto, me decía otra cosa. Eso me puso otra vez nerviosa.

— S-Sí —masajeo mis manos con fuerza para tranquilizar mis nervios

En ese momento quise salir corriendo, sentí que lo ofendí; no me decía nada. Solo mantenía la mirada en mí, sin ninguna facción en su rostro que demostrara agrado o desagrado, era realmente confuso.

Sin embargo decidí continuar para no dejar la conversación en silencio.

— Es que usted, básicamente, es el hombre perfecto para ellas —trato de verme segura ante mis palabras— Un hombre físicamente atractivo, de buena apariencia y sin dejar a un lado sus buenos modales. Eso es lo que define a un hombre perfecto para ellas

— ¿Cómo sabe que ellas buscan eso de un hombre? —me cuestiona arqueando la ceja. Mostrando más interés

— Ellas no son nada discretas. Así que puede enterarse de sus conversaciones tan fácilmente —ambos reímos— Bueno será mejor que lo deje. Tiene mucho trabajo que hacer

Me retiro pero él me llama

— Señorita Samara