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La noche había caído, y la mansión de los Saintclair se llenaba de luces y música mientras los invitados llegaban, uno tras otro, para la fiesta que prometía ser el evento del año. Mis nervios estaban a flor de piel; la última vez que asistí a una fiesta así, mi vida cambió para siempre.

Me dirigí al jardín, donde un escenario improvisado albergaba a la banda que tocaba música en vivo. Las risas y las conversaciones llenaban el aire, creando una atmósfera electrizante. Entonces lo vi, al otro lado de la multitud: Aleix, el hermano menor de Aegan. Nunca había tenido una conversación seria con él, pero sabía que esa noche sería diferente.

Caminé hacia él, esquivando a bailarines y meseros con bandejas llenas de copas de champán. Aleix me vio venir y me saludó con una sonrisa traviesa, esa que siempre me había parecido un poco inquietante.

"Victoria," dijo, levantando su copa en un saludo informal. "Qué sorpresa verte aquí. Pensé que las fiestas no eran lo tuyo."

"Y no lo son," respondí, tratando de mantener la compostura. "Pero a veces hay que salir de la zona de confort."

Aleix rió y tomó un sorbo de su bebida. "Aegan me dijo que ustedes dos estaban intentando tomarse un tiempo para conocerse mejor. ¿Cómo va eso?"

Su tono era despreocupado, pero había algo en su mirada que me puso en guardia. Decidí ser sincera, pero cautelosa. "Nos estamos dando el espacio necesario. Es un proceso lento, pero ambos estamos comprometidos."

"¿Comprometidos?" repitió, levantando una ceja. "Interesante elección de palabras."

"¿Por qué lo dices?" pregunté, sintiendo una creciente incomodidad.

Aleix se inclinó un poco más cerca, su expresión ahora era más seria. "Solo creo que deberías saber que Aegan no es alguien fácil de entender. Tiene... sombras, cosas que no siempre muestra. Y tú, Victoria, eres un enigma para él."

"No sé qué intentas insinuar, Aleix."

"Solo te advierto," dijo, su tono bajando a un susurro. "Aegan puede ser un desafío. Y los desafíos, como las fiestas, a veces terminan mal."

Antes de que pudiera responder, Aleix se alejó, dejándome con un torbellino de pensamientos y emociones. Su advertencia resonaba en mi mente, llenándome de dudas.

La música subió de volumen y la multitud empezó a bailar más salvajemente. Alguien tropezó con una mesa cercana, derramando bebidas y creando un caos momentáneo. Sentí una mano en mi hombro y me giré para encontrarme con Aegan, su expresión preocupada.

"¿Estás bien?" preguntó, mirando a su alrededor para asegurarse de que no estaba herida.

"Sí, solo... tuve una conversación extraña con Aleix."

Aegan suspiró, y pude ver un destello de frustración en sus ojos. "Mi hermano tiene una manera de complicar las cosas. No le prestes demasiada atención."

"Es difícil no hacerlo," admití. "Me dejó con muchas preguntas."

Aegan asintió lentamente. "Lo sé. Pero confía en mí, Victoria. Estamos en esto juntos. Y eso es lo que importa."

La música seguía sonando, y el caos alrededor parecía insignificante en comparación con el remolino de emociones que sentía. Aegan me tomó de la mano, y en ese momento, decidí que, a pesar de las dudas y advertencias, estaba dispuesta a enfrentar lo que viniera. Juntos.

La noche continuó con su ritmo frenético, pero mi mente estaba atrapada en la conversación con Aleix. ¿Qué había querido decir con sus advertencias? ¿Qué sombras ocultaba Aegan? Necesitaba respuestas, pero sabía que la fiesta no era el lugar adecuado para esa conversación.

Perfecta MentirosaWhere stories live. Discover now