Apuestas

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≪❈  Jacob D’Angelo  ❈≫

Mi auto huele a galletas.

  Hace diez minutos que deje a Ayla en la casa de Nyx y el dichoso olor de su perfume aún persiste. Llevo mi mano al botón de la ventanilla, pero algo me detiene a abrirla.

  Soy un jodido masoquista.

  Unas horas atrás me decía a mí mismo que me mantendría alejado de la pelinegra ¿Qué pasó? Pues que apenas la vi todo se fue a la basura.

  Dejando escapar un suspiro pongo rumbo hacia mi casa. Esta noche mi madre se quedó con una amiga, y mi pequeña Maya tiene una pijamada con Kensi en la casa de Mark y Victoria, lo que significa que tengo la casa solo para mí.

   A medio camino me desvío y me dirijo hacia el hospital. Al llegar pregunto por Max y me informan de que recibió atención médica y se marchó bajo su propio riesgo. El muy idiota está tan enojado que no pudo estar en el hospital las veinticuatro horas pertinentes.

  Vuelvo a mi auto y llamo a mi amigo, pero por más llamadas que le haga, no me coge el teléfono, así que me doy por vencido. Conozco a Max, y sé que estará molesto en este momento, sin embargo, el cabreo solo le durará hasta que el incidente se asiente en su cabeza y pueda ver con mayor claridad que lo que sucedió fue por su bien y el de la mujer que ama.

   Cansado vuelvo a poner dirección a casa. Al llegar aparco el coche y cuando me bajo, veo movimiento en la casa de al lado. Es tarde, por lo que me parece extraño que en una casa que estuvo cerrada desde antes de que yo me mudara, y de eso hace tres años ya, de repente haya actividad.

   Me acerco para poder ver mejor lo que está pasando, no es que sea chismoso, es que simplemente son casi las dos de la madrugada y no voy a permitir que roben en la casa de al lado. En ese momento sale un hombre trajeado, acompañado de otro, con lo que reconozco son unos planos mientras los enrolla para guardarlos.

  Me quedo en dónde estoy, simulando buscar un juguete en entre los arbustos y soy capaz de oír perfectamente su conversación.

   —Gracias por haberse reunido tan tarde conmigo. Le mandaré los planos a mi cliente y le daré respuesta mañana —dice uno de ellos.

   —No se preocupe. Sé que era urgente el pedido. Si da el visto bueno, mañana mismo podemos empezar con la remodelación. —responde el otro, caminando hacia su auto.

   —Por supuesto. Que tenga buenas noches y otra vez, muchas gracias —Se despide, dándole un apretón de manos antes de ambos marcharse en sus respectivos autos.

   Bueno, al parecer pronto tendré vecinos. Espero que sean tranquilos, pienso entrando a mi casa. Si es una familia mejor y si tienen algún niño de la edad de mi Maya sería perfecto.

   Dejo las llaves sobre la isla de la cocina y busco en la nevera algo para comer. No puedo cocinar una mierda, por lo que busco por si madre me dejo algo preparado.

  Encuentro un Tupper con macarrones con queso y con una sonrisa lo meto al microondas.

    Mientras mi cena se calienta mi mente se empeña en recordar el encuentro de minutos atrás. Hoy comprobé lo que llevaba pensando bastante tiempo, Ayla es una persona que siempre está metida en problemas, no es una buena influencia para Maya. Es una mujer que debería estar lo más lejos posible de mi hija.

  Mi relación profesional con Nyx terminó hoy, a ella la seguiré viendo si arregla las cosas con Max, pero no hay razón para volver a ver a su prima y me alegro de ello. Sacaré a Ayla de mi cabeza de una vez por todas, solo será un desagradable recuerdo.

Resiliencia/ Melodias Del Alma Libro II (Pausada)Where stories live. Discover now