Jennie y Lisa dos almas unidas por el destino, pero el destino, caprichoso y cruel, decidió poner a prueba su amor de una manera que ni Jennie ni Lisa podrían haber imaginado.
Años más tarde, el destino volvería a unir sus caminos, pero esta vez com...
El corazón de la pelinegra dio un vuelco al escuchar esas palabras. La habitación parecía más pequeña de repente.
Su corazón palpitaba agitado.
La sorpresa inicial fue reemplazada por un sin fin de recuerdos. Recordó los días en los que eran más que solo compañeras, cuando eran inseparables, cuando eran felices, cuando cada día se levantaba solo para ir a verla. Habían construido una relación, donde eran felices, donde cada vez se susurraban al odio sus sueños, sus sueños juntas.
Pero el destino fue cruel y las separó de la peor manera.
Pero ahora, todo cambió. La competencia ya no era solo profesional; se había vuelto personal, teñida por el peso de lo que una vez compartieron.
La imagen de Jennie, con sus ojos brillantes y su sonrisa contagiosa, se superpuso a sus pensamientos.
Aunque su corazón aún latía por ella, ahora se enfrentaba a un dilema abrumador. Esta rivalidad no era solo por el éxito empresarial; era una lucha interna entre el amor que una vez compartieron y el resentimiento que había sido detrás
Con el corazón lleno de emociones encontradas, Lisa se encontró recordando las tardes interminables en las que se refugiaban en su propio mundo, compartiendo risas y confidencias bajo el sol de la tarde. Habían soñado juntas el futuro, imaginando que conquistarían el mundo, pero nunca se imaginaron que acabarían enfrentadas en una batalla por el éxito y el reconocimiento.
Varias personas se acercaron a hablar con ella, atrayendo su atención y evitando cualquier intento de acercamiento entre ambas. Colegas de la industria, curiosos y admirados de Jennie se agolpaban a su alrededor, ansiosos por felicitarla por su éxito y compartir impresiones sobre el evento.
Lisa observó con frustración cómo las conversaciones fluían a su alrededor, sintiéndose cada vez más distanciada de Jennie. Intentó acercarse, pero en medio del bullicio, era como si estuvieran en mundos diferentes. Cada vez que se acercaba, una nueva persona intervenía, desviando la atención de Jennie hacia otro lado.
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Con el final del evento, Lisa sintió una mezcla de ansiedad y frustración al ver cómo Jennie se dirigía hacia su auto rodeada de fotógrafos emocionados. Sabía que era su última oportunidad para hablar con ella, para resolver las dudas que la habían atormentado durante tanto tiempo.
Decidida a no dejar pasar esta oportunidad, se abrió paso entre la multitud, esquivando a la gente y esforzándose por alcanzar a la castaña antes de que fuera demasiado tarde.
-¡Jennie! ¡Espera! -gritó Lisa, su voz se perdió en el bullicio de la multitud.
Los ojos de Jennie se encontraron brevemente con los de Lisa, y por un instante, pareció como si el tiempo se detuviera. Pero antes de que pudiera decir algo, un fotógrafo se interpuso en su camino, rogando por una última foto.
