Contigo Es Más Que Suficiente

Capitulo 1

El amor solo es una arma de dos filos,puede hacerte tocar el cielo
o puede partir el alma hasta
que dejes de respirar.

Atte: Reino Unido.

Después de las guerras napoleónicas, se juntaron todos los reinos para discutir que harían con el futuro del pequeño francia, todos estuvieron de acuerdo en que volver a los franceses a la monarquía era lo mejor para los reinos vecinos, pues era un peligro para el resto de paises tener a un pueblo revolucionario entre ellos.

Pasando la reunión el francés lloraba en una esquina pues no sabía que le depararía el futuro y más cuando su hermano ya no estaba con él para consolarle, entre sus pensamientos sintió la presencia de otra persona a su lado, era UK, el hijo de la potencia mas grande de ese tiempo Gran Bretaña, al solo escuchar su nombre el resto de los reinos temblaban pues su mirada era como ver un océano en el cual te podías ahogar.

Qu- que haces aquí, no deberías estar con los demás príncipes - dice Francia con sus ojos llorosos y voz entrecortada.

Vine a darte compañía y para decirte que te quedarás conmigo unas semanas - comentá el ingles - no llores, no dejaré que te hagan daño, lo prometo.

Bu- bueno, gracias - habla el francés un poco más calmado - ¿cuál es tu nombre?.

Mi nombre, bueno mi nombre es... - Reino Unido iba a hablar cuando una voz a lo lejos lo llamo - lo siento me tengo que ir, ¡adiós!.

A-adios... - el francés se despidió pero algo confundido quedó, acaso escucho bien, Reino Unido era el nombre de ese chico.

Después de dada por culminada la reunión en el castillo de Gran Bretaña, cada principe se fue con su padre y Reino Unido volvió dónde estaba el pequeño francia, pero el ya no estaba, camino entre los pasillos del palacio buscando cuarto por cuarto pero no lo encontraba, ya cansado y rendido, se sento en la fuente que estaba en la mitad de todo el palacio y de todo el jardín, ya casi hiva a oscurecer, el ingles se quedó quieto observando como las nubes se movían en el cielo oscuro y estrellado, le encantaba ver el cielo a esas horas de la noche, pues le recordaba a el cabello negro y brillante de su difunta madre, entre sus pensamientos no se percató de que alguien se había sentido junto a él.

Ho-hola de nuevo - susurra el francés en el oído del contrario lo que genera que el ingles se asuste.

- ¡¡AAAHH!!, oye que susto me diste - le reclama el ingles al chico.
- para la próxima da señales de humo para que no vuelvas a asustarme, ¿okey?.

Oh... Perdón no lo volveré hacer, discúlpame - comentá Francia algo apenado.

-Está bien, disculpas aceptadas - comentó el ingles ya más calmado. - ah, y por cierto mi nombre es Reino Unido, ¿y el tuyo?.

Francia... - comentá el francés con un tono de voz bajo.

- Oye, estás bien -dice el ingles, algo preocupado por su nuevo amigo. - creo que es mejor que nos vayamos a dormir, ya es tarde - habla, para luego levantarse hasta que siente una mano que se aferra a su hombro - Te encuentras bien.

- Perdona, es que me da miedo la oscuridad, siento que nos están observando - comentá Francia algo apenado y nervioso. - podemos ir juntos a mi habitación, ¿por favor?.

- Mmmm, claro, solo no hagas ruido a estas horas de la noche mi padre ya está dormido - dijo en ingles, mientras tomaba la mano de el francés - vamos.

Francia hiva abrazado al hombro de Reino Unido, mientras que el contrario hiva relajado y con algo de sueño, pasando por los largos pasillos del castillo por fin habían llegado a la habitación del francés. Francia con pena le dijo gracias a Reino Unido por acercarlo a su habitación mientras sus mejillas estaban ruborisadas por la pena que le daba, por otra parte el ingles le comentó que no había problema, se despidió del francés y se dirigió a su habitación.

-Vaya, quisiera ser tan valiente como el - piensa Francia.
- ya es tarde mejor me acuesto a dormir - habló en voz baja para dirigirse a su cama y taparse con la cobija mientras el sueño generaba que sus ojos se sintieran pesados hasta caer dormido.

Por otra parte el ingles seguía caminando junto con una sirvienta a su habitación, pues la joven se percató que el principe andaba solo y decidió acompañarle hasta su recamara que se encontraba al otro lado del palacio, tras unos cuantos minutos llego a su habitación, le agradeció a la sirvienta, abrió la puerta e ingreso, para luego irse a descansar junto con su mascota, pues estaba agotado por la jornada que le habia tocado en la mañana.

Mientras los dos pequeños descansaban, Gran Bretaña decidió viajar al pueblo ruso para conversar con el zar sobre el destino del pequeño francia y decidir quien sería su tutor.

- Pero señor, ya es muy de noche, porque no se va a las tierras eslavas en la madrugada - comentá uno de sus guardias.

- No, tengo que arreglar este problema ahora, alisten mi caballo y avisen al capitan del barco real que estare en el puerto a media hora y por favor alisten mi ropa de invierno - habla Gran Bretaña con su tono de voz seco y frio.
- ¡¿Qué estan esperando una carta de invitacion?! - Exclama el mayor aterrorizando a los presentes.

No señor - comentaron sus sirvientes.

Entonces, ¡vayan! - habló en voz alta, generando que el francés se despertará.

Mientras todos los sirvientes cambian en todas partes del castillo como si de gallinas se tratará, el francés abre los ojos al sentir a alguien en su habitación, gira la cabeza y se topa con un sirviente que tira su ropa como si fueran trapos sucios, Francia no diste nada pues el sueño le gana a su enojo, se voltea de medio lado mirando a la ventana, se tapa con las cobijas hasta su cabeza y decide dormir, después de un rato el sirviente nota que alguien estaba durmiendo y decide cerrar la puerta con cuidado para no despertar a la persona que estuviera allí.

Tras quince minutos de espera por parte del mayor, todos sus sirvientes acomodan su equipaje y traen a su caballo, Gran Bretaña se monta en su caballo y cabalga hasta el gran porton que rodea su palacio, alli se despide de todos y le pide a su amo de llaves que cuide a su hijo mientras el va de viaje, con porte y elegancia se va mientras se dirige a el puerto donde el capitan del barco real lo espera.