Trofeo

10.

Seungmin se para frente al espejo, su reflejo revelando una imagen de determinación y confianza. Ha pasado horas preparándose meticulosamente para el evento social, consciente de que cada detalle cuenta en el juego de poder que está a punto de desplegarse.

Viste un traje impecable, elegante y a la moda, que resalta su figura esbelta y su porte distinguido. Cada pliegue está perfectamente ajustado, cada accesorio cuidadosamente seleccionado para complementar su apariencia sin eclipsarla.

Sus ojos brillan con un fuego feroz mientras contempla su reflejo, recordándose a sí mismo la misión que está a punto de emprender. Este no es solo un evento social, es un campo de batalla donde las alianzas se forman y se rompen con cada mirada y cada palabra susurrada.

Seungmin se asegura de que cada mechón de cabello esté en su lugar, cada gesto sea calculado y preciso. Su postura es regia, su expresión serena pero llena de determinación. Ha llegado el momento de enfrentarse a Hyunjin.

La tensión en la habitación se hace palpable cuando Bang Chan entra con una presencia dominante, su mirada fría y exigente barriendo la habitación mientras evalúa cada detalle con precisión. Seungmin siente el peso de su mirada sobre él, su corazón latiendo con fuerza mientras se prepara para enfrentar la tormenta que se avecina.

Seungmin - murmura Chan, su voz dura y autoritaria,

Espero que estés listo para este evento. La perfección es un requisito no negociable -Seungmin asiente con firmeza, su expresión impenetrable a pesar de la oleada de nerviosismo que lo recorre.

Entendido - responde con voz firme, su determinación apenas ocultando el temblor de sus emociones. No habían hablado en días desde aquella confrontación, Chan pasaba menos tiempo en casa y Seungmin ya no tenía fuerza para reclamar. Por ello hoy iniciaba una guerra que Chan no sabía, una en la que va a perder.

Chan avanza hacia él, su presencia imponente llenando el espacio entre ellos.

Recuerda, representas no solo a ti mismo sino también a mí - continúa Chan, su tono lleno de advertencia - Cualquier error reflejará mal en ambos, y no toleraré la incompetencia -

Seungmin traga saliva, sintiendo la presión aumentar con cada palabra de Chan. Sabe que no puede permitirse cometer un solo error, que cada paso en falso podría tener consecuencias devastadoras para él y para su esposo.

Lo entiendo - responde Seungmin, su voz más firme ahora. Por dentro tenía ganas de golpearlo y quitarle aquella mirada que odiaba. Con un último vistazo crítico, Chan se da la vuelta y sale de la habitación, dejando a Seungmin solo con sus pensamientos, esperando que llegue por fin el día que pueda liberarse.

El brillo de las luces y el zumbido de la conversación llenan el aire cuando Bang Chan y Seungmin entran al evento social, su presencia radiante y magnética capturando la atención de todos los presentes. Los murmullos de admiración y los susurros de reconocimiento siguen sus pasos mientras avanzan con gracia por la multitud, envueltos en un aura de elegancia y distinción.

Bang Chan camina con una confianza inquebrantable, su porte regio y su mirada determinada irradiando poder y autoridad. A su lado, Seungmin brilla con una belleza serena y una gracia natural, su presencia tan cautivadora como la de su esposo.

Los susurros de admiración y los murmullos de envidia siguen su estela, mientras los invitados se apartan para dejar paso a la pareja imponente. Seungmin se siente un poco abrumado por la atención, pero también se siente embriagado por la sensación de poder y estatus que lo rodea.

A medida que avanzan por la sala, los ojos los siguen a dondequiera que vayan, susurros de admiración y respeto flotando a su paso. Es como si estuvieran envueltos en un aura de grandeza, una pareja imbatible en la alta sociedad.