07

324 58 18
                                    


-Atácame

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Atácame.

-¿Qué?

-Atácame.

Observé a Jasper, esperando ver algún rastro de broma en su cara pero me miraba con una seriedad mortal. Sólo un par de metros nos distanciaban y sus ojos dorados estaban clavados en mí mientras tenía las manos unidas al frente, como un soldado a la espera.

Habían pasado varios días desde el incidente con Victoria. Mi pierna estaba en perfecto estado al final del primer día pero Jasper había insistido en esperar un tiempo prudencial. Cuando abandoné la casa principal tras él pude escuchar a Emmett apostar con Rose sobre cuánto tardaría Jasper en hacerme comer tierra.

Emmett apostó que tres minutos. Rose, cuatro. Al menos Alice apostó cinco y Esme y Carlisle se negaron a apostar.

No es que mi nueva familia tuviera mucha confianza en mis habilidades, estaba claro.

-No quiero hacerte daño. –me quejé, mi voz era lo único que resonaba en aquel pequeño rincón del bosque. Incluso los pájaros parecían guardar silencio, expectantes.

Mis palabras hicieron que una sonrisa torcida apareciera en sus labios. Si hubiera tenido corazón sabía que habría estado latiendo desbocado, y no estaba segura de si era por nerviosismo por esa sonrisa.

Un momento. No podía gustarme la sonrisa de Jasper. Era mi...¿cuñado? ¿Amigo? ¿Hermano? Dios no, hermano no.

-Si consigues golpearme una vez te dejaré conducir mi moto.

Eso me sacó de mi línea de pensamiento y me hizo mirarle con ambas cejas alzadas.

-Tú no dejas a nadie tu moto. –era cierto, la había visto en el garaje junto con el resto de coches y Rose me había explicado que Jasper amaba a ese cacharro más a ningún miembro de la familia.

-Me gustan las apuestas arriesgadas. –por el tono que usó sabía que no lo veía como una apuesta arriesgada en absoluto.

Y eso me golpeó un poco en el amor propio. Era curioso, como humana casi siempre había mantenido un buen control de mis emociones. Pero como neófita sentía las cosas con mucha más intensidad, las emociones a menudo me desbordaban o había cosas que antes no me molestarían y ahora sí.

Como que Jasper no me creyese una amenaza real. Me dejé embargar por esa molestia, convirtiéndola en algo más, en un enfado que tensaba mis músculos antes de lanzarme hacia el vampiro rubio que no había borrado su sonrisa.

Dirigí mi puño hacia su rostro, esperaba impactar contra su mejilla pero sólo golpeé el aire. Se había movido tan rápido que ni siquiera con mi vista mejorada lo había podido apreciar. De repente caí al suelo y me di cuenta de que era porque Jasper me había derribado con un eficiente barrido de piernas.

Pude notar la tierra en mi boca antes de girarme para levantarme pero sentí el peso de una rodilla sobre mi espalda. No lo suficientemente fuerte como para hacerme daño pero sí lo necesario para saber que estaba ahí.

Vampire.  | Jasper x BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora