Capítulo 5

2.5K 240 51
                                    

Febrero 22 

Después de un momento emotivo de parte de Sandy, y los gritos locos de Jared, diría que pude sobrevivir a ellos dos juntos. Vislumbro como ahora todo es mucho más chocante, el sonido que antes tal vez era un poco soportable, en este momento me resulta un poco fastidioso. Pero vamos, nadie me obligo a vivir en la parte más concurrida de Brasil y menos en la ciudad más visitada por los extranjeros.

«También con unas de las más esperadas festividades.»

Las calles de Rio de Janeiro se encuentran abarrotadas, las discotecas, los bares y los hoteles y las fiestas en las playas son eventos que no faltan una sola noche. Dormir en el hotel es algo que agradezco, pero ahora que me toca que visitar la cabaña del negocio de Raissa tengo que soportar el bullicio.

Vislumbro a grupos de mujeres caminar con tan solo con camisas casi transparentes al ras de las rodillas que ondean como banderas contra el viento. Los bikinis debajo de esa tela tan delgada me hacen detallarlas y admirar que son muy hermosas. Es como si la euforia fuera una enfermedad a la cual todos están propensos a contagiarse.

« ¿Quisiera una cura para esa enfermedad? »

Sonrió con algo de pena al momento en que una de ellas me atrapa y solo sigo mi camino. Ignoro la risa porque sería fácil volver hacer la de antes, pero ya no deseo eso. Estiro los dedos de una manera extraña sintiendo un leve dolor pero que aun así se siente algo de placentero el dolor. Al cruzar la calle camino unos metros para traspasar las puertas de madera, que a mi parecer son solo una fachada.

Siempre que las veo dan un poco de diversión a mi vida. Una pequeña pared hecha de madera que a los lados cuenta con algunos pequeños árboles, y sus dos puertas es lo único que cubre la entrada de la cabaña que esta unos metros más dentro, para tener la playa abierta a un lado. Una pequeña cerca de varas de bambú sirven como una pequeña cerca entre parte de la playa que pertenece al negocio.

Esa es la poca seguridad que resguarda todo. Al entrar ni siquiera trato de cerrar con su cadena que Raissa usa. ¿Habría un cambio? Claro que no, pero eso es algo que nunca le diría a ella, porque me daría una charla de más de una hora sobre que es un método confiable para evitar desastres. Al llegar frente a la cabaña, veo la puerta que causa lo mismo que su cerca, esta mujer le debe de gustar la adrenalina.

Una pequeña cabaña con tan solo dos niveles, una habitación lo suficiente grande en el primer nivel con un baño extra y una pequeña habitación. El segundo nivel cuenta con solo una habitación principal con su propio baño y una habitación que conecta con las gradas. Sé que está en plena remodelación para agrandar todo, pero es un lugar pequeño y lindo.

Al tratar de abrirla con el único modo que se puede abrir me doy cuenta que ya está abierta. Cierro mis ojos unos momentos al escuchar sonido al otro lado. La empujo para ver un pequeño desastre en el espacio que sirve como cocina, sala y comedor. El pequeño sofá que es demasiado pequeño para mi está lleno de tres bolsas y unas cajas. Frunzo el ceño porque siento que olvide algo importante.

― ¿Se te olvido cierto? ―suelta Nikisha bajando del segundo nivel recién bañada.

― Puf, claro que no ―dejo el pequeño bolso en la mesa justo donde está mi calendario ― No soy olvidadiza.

«Pero esto sí se me olvido.»

Repaso con rapidez cada nota pero hay un desastre como si Sandy hubiera pasado por él cambiando toda mi agenda del mes. Me volteo sonriéndole, eso sirve para pasar desapercibida y no estar tentada a preguntar qué diablos pasa. Echo una ojeada al sofá y casi me voy de trasero al ver los vestidos para la fiesta de compromiso.

The Stars Guide Me To You  | +18 | L2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora