But you❃ [Lesbian]

Fiveteen

Estaba frente a la puerta del apartamento de Susan, hoy sería el día de la verdad, hoy demostraría cuanto me gusta esta chica, hoy, me vengaría de ese hijo de puta.

Toque la puerta tres veces y espere hasta que me abrieran, un chico con cabello ondulado y ojos negros me recibió.

-¿Y susan?- pregunté mientras lo veía a los ojos.

El me miro de arriba hasta abajo, y se relamió el labio, que cochino.

-¿Susan está?-repetí mientras me cruzaba de brazos, ya empezaba a cabrearme este chico.

-¡Susan!- grito el chico y se adentro en el apartamento.

Yo me quede esperando afuera, después de unos cuantos minutos y revisar cada dos segundos mi reloj, susan llego a la puerta. Sorprendida me empujo y salió del apartamento.

-Tienes que tener cuidado, el,-señalo hacía el apartamento- esta ebrio, te habría hecho daño.-dijo mientras sus ojos se llenaban de lagrimas, yo por instinto la abracé.

Recordé aquel abrazo que nos dimos de despedida en la playa; me adentre en el apartamento y busque a ese malnacido, cuando finalmente lo encontré en el cuarto, estaba fumando, y bebiendo, yo apreté mi puño, tenía tanta impotencia que quería destrozarle el rostro.

-Hey- le dije para llamar su atención, esté, me miro y sonrió de oreja a oreja, esto no debe ser buena señal.

-¿Qué? ¿Vienes a defender a la puta esta?-me dijo mientras se levantaba del sillón y se cruzaba de brazos, mis nudillos estaban empezando a perder movilidad.-¿Qué? Eso es lo que es, una puta.

-No vuelvas a decirlo-dije en un susurro.

-¿Qué?-dijo el, mientras se colocaba la mano en la oreja, haciéndose como que no me escucho.

-¡Dije que...-Y un puñetazo callo en mi cara.

Caí en el piso,

pero no me desvanecí.

Una oleada de palabras salieron de la boca de este chico,

Con toda la fuerza que pude, me volteé,

y vi como agarraba de su corto cabello azul,

me levante como más pude y apreté mi puño y lo golpeé, haciendo que cayera torpemente en el piso, me lance sobre el y empece a darle puñetazos por todo el rostro, hasta que quedará in consciente.

Me levante de donde estaba y mire su rostro, su nariz sangraba y su boca estaba hinchada, igual que sus mejillas,

me volteé y ella me abrazo,

pero no pude más,

y caí en el suelo.

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