Capítulo 17

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¡Cuanto apoyo!,  No me lo creo ;)

Muchas gracias.





— Ámbar! — Alguien me estaba llamando?

Uf, pero, qué pereza, no me quiero despertar.

— ¡Ámbar, despierta! — Esta vez era una voz diferente. Joder, qué pesados.

Abrí poco a poco los ojos, y me encontré con la cara de Becca en primer plano, y me dio un pequeño sustito.

— ¡Ah! — Le pegué una bofetada en toda la cara, su cabeza se giró hacia un lado y se puso la mano encima de la mejilla.

—Mierda, ¡Becca qué susto! — Le dije cuando me desperté del todo y me di cuenta de quién era. — ¿Estás bien? — Me acerqué hacia ella y me puse de rodillas sobre el colchón. Le quité la mano de la mejilla.

— Joder Ámbar. — Me dijo, divertida pero dolorida.

— Perdón... Tu mejilla está algo roja. — Le dije, preocupada.

— ¡Ámbar! — Una voz familiar y femenina provino de la puerta de mi habitación. Me asome por el cuerpo de Becca.

Sonreí al ver de quién se trataba.

— ¡Stacy! — Dio unos pasos hacia mí y detrás de ella apareció Luca. — ¡Luca! — Me levanté del colchón y le di un abrazo a los tres.

Stacy parecía que quería irse de ahí, Becca, con la mano aún en la mejilla y, Luca, viviendo el momento como yo.

Les deje de apretar con fuerza para poder mirarlos a la cara.

— Os he echado tanto de menos. — Les volvi a apretujar.

— Para, por favor. — Dijo Stacy mientras trataba de salir de ahí lo antes posible.

Unos pasos que se acercaban me llamaron la atención, a sí que deje de abrazar a los chicos y miré hacia la puerta, que es de donde provenían los pasos.

— Oh, hola Kenzo. — Saludé, mientras él simplemente se quedaba de pie en el marco de la puerta, sonriendo. Espera... — ¿Has sido tú quien les ha llamado? — Le pregunté mientras me acercaba hacia él sonriendo.

— Bingo. — Por fin habló. Oye y... ¿Cómo ha conseguido el número de mis amigos?

Mejor no preguntar.

Sí, mejor.

— Ah, que bien — Me giré hacia ellos. — Ya os echaba de menos. — Me volví a girar hacia Kenzo. Y al lado suyo habían...

¿Maletas?

Había tres maletas en la puerta de la habitación.

Pestañeé. No me había despertado del todo, a sí que puede ser que me lo estaba imaginando.

No, no desaparecieron.

— Recuerdas cuando te dije — Kenzo se acercó más a mí, ahora lo tenía de frente. — ¿qué íbamos a ir a Bora Bora? — Me había olvidado.

¡Bora Bora!

Madre mía que ganas.

— Sí, no me acordaba. — Le sonreí — ¿Y cuándo nos vamos?

El favor que me prometióWhere stories live. Discover now