ଘ En el mundo post-Ragnarok, donde los dioses y héroes legendarios se codean en un bar, surge un club de admiradores como ningún otro: ¡Pantheon Pals! ও
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🩷🪽 En los meses siguientes, Forseti y Cheng Gong mantuvieron comunicación mediante palomas mensajeras, intercambiando ideas y reflexiones sobre su exclusivo club "Pantheon Pals". Para preservar la discreción y asegurarse de que nadie ajeno al grupo descubriera su existencia, simplemente mencionaban que discutían asuntos de amistad cuando Thor o Lubu preguntaban sobre la frecuencia de sus correspondencias.
Cada vez que Thor o Lubu mostraban curiosidad sobre cómo recibían tantas cartas, los amigos simplemente compartían historias sobre la importancia de mantener una comunicación abierta y sincera entre personas de diferentes ámbitos. Evitaban entrar en detalles sobre el contenido específico de las cartas o la existencia del club, asegurando así mantener su secreto a salvo.
Con el tiempo, el club también se hizo más grande de diferentes maneras...
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જ⁀➴♡: Hagis:
En un día soleado, mientras la paloma mensajera volaba hacia su destino, se vio atacada por un halcón muy hambriento. Hagis, quien se encontraba entrenando cerca de allí, escuchó los chillidos de la paloma y corrió en su auxilio. Con un hábil movimiento de su espada sin desenbainar, logró ahuyentar al halcón y rescatar a la paloma herida.
Llevando cuidadosamente al ave a un lugar seguro, notó una pequeña carta atada a su pata. Curioso por saber quién era el destinatario, desenrolló la carta y leyó el contenido. Mencionaba algo sobre una "junta de admiración" y la dirección de Cheng Gong. Intrigado, Hagis decidió llevar la carta personalmente a su destinatario.
Cuando llegó a donde se encontraba el estratega, el rubio le entregó la paloma y la carta con una mueca resignada. - Lo siento, pero necesitaba saber a quién pertenecía esta carta para devolverla. Explicó con sinceridad.
Cheng aceptó la carta con gratitud y le sonrió a Hagis. - No te preocupes, gracias por salvar a la paloma, sin haberla leída jamás estaría conmigo... ¡Oh! ¿Eres tú el seguidor de Leónidas, no? Preguntó con curiosidad, él lo había visto antes, pero muy de lejos cuando Leónidas se la pasaba haciendo pulceadas con Lubu y el seguidor siempre a un costado animando.
