Capitulo 11

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Cassiopeia siempre tuvo lo que quiso, una palabra de ella y el mundo estaba a sus pies.

Su madre era una mujer sensata, inteligente y elegante. Siempre que la pequeña niña necesitaba algún consejo, Narcissa Black estaba para ella.

Su padre era un hombre orgulloso, cruel y frívolo.
Pero con su hija era todo lo contrario..

Cumplía cada capricho desde hasta lo más absurdo hasta lo más grande, ropa, joyas, animales exóticos y libros completamente ilegales.

Su hermano siempre fue sobreprotector con ella, atento e igual que su padre la complacía en cualquier aspecto.

Así que, cuando la niña pidió ir a Durmstrang en vez de Hogwarts todos aceptaron.

Draco sabía que nadie podría tocarla debido a la estrecha amistad de Lucius con el ex Mortifago. Narcissa sabía que su hija tendría los mejores modales y conexiones en el exterior llenos de sangres puras dignos de magia. Y Lucius tendría a su hija lejos de Dumbledore y su colegio lleno de ineptos.

Cassiopeia estaba feliz, emocionada y un poco nerviosa ante su primer año. Quería hacer amigas, hablar de moda y aprender sobre magia oscura.

Pero no todo salio como lo planeo..

– Como es que alguien como ella quedo en Galkin..? – Murmuró una niña dos años mayor que la rubia. – Mírala.. parece idiota, piensa que su elfo vendrá hasta aquí y le dará de comer en la boca? –

La niña agacho la cabeza y pequeñas lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.

Por qué todos eran tan crueles? No comía por falta de apetito, ella no estaba esperando a ningún elfo.

Lo más extraño es que nadie interferia en la situación.. donde estaba el amigo de su padre y por qué permitía esto..? No era intimidación?

– Puedes cerrar tu maldita boca? Si sigo escuchándote juro que esta será tu última cena. –

Toda la mesa dejo de reírse de la pequeña Malfoy.

Al terminar fueron guiados por prefectos, quienes explicaron los cuartos y reglas de la casa. Al finalizar Cassiopeia miro con detenimiento su sala común, era linda y grande.

Vio a la chica de antes acercarse con una sonrisa divertida.

– Miren a quien tenemos aquí.. Cassiopeia Polaris Malfoy, la princesa de papi. – Tomo la coleta de la niña y la tironeo fuertemente hacia arriba, provocando un ligero ruido de dolor. – Papi no está aquí para salvarte. –

Miro a su alrededor pidiendo ayuda, pero todos parecían entretenidos.

Entretenidos? Por que ellos estaban entretenidos cuando ella no se estaba divirtiendo..

Oh! Una sonrisa divertida se posó en sus labios.

Claro.. ellos no saben como Cassi se divierte..– Murmuró dulcemente.

Mattheo al escucharla parpadeó sorprendido, acaba de hablar en tercera persona?

Tomo la mano de la mayor e hizo que una corriente electrica fuera hacia su cuerpo.

La chica grito quitando su mano con temor.

– Q-Que? – Murmuró confundida – TU! – bramo molesta – Pequeña malparida! –

– Yo? De que hablas? Yo no hice nada.– Exclamó fingiendo confusión.

Un duelo comenzó sin aviso, mientras que la mayor tenía su varita en mano. Cassiopeia desviaba los hechizos con una sonrisa acompañado de bostezos fingidos sacando más de quicio a la chica.

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El azabache miraba como la pequeña rubia dominaba la magia sin varita, su magia era sofocante y oscura igual que la suya.

De un movimiento una gran serpiente de fuego salio de las pequeñas manos de Polaris esta se arrastro por el suelo acercándose lentamente a la chica más grande, quien yacía en el suelo sin fuerzas tras los hechizos punzantes de la niña.

Interesante.. – Murmuró el de ojos azules con morbosidad.

– AYUDA! AUXILIO!! – Un grito desgarrador se escucho en el lugar cuando la gran serpiente tocó la piel de la chica.

– Malfoy! Detente! Ya demostraste que no eres débil! –

La niña volteo y miro al chico con una sonrisa angelical.

– Demostrar..? Crees que uso mi magia para demostrarles algo a ustedes? – Pregunto sorprendida. – Yo se que no soy débil.. acaso ustedes no sienten mi magia? Mi núcleo? – Exclamó con genuina curiosidad. Libero un poco de su magia provocando que todos tuvieran dificultades para respirar, solo ella y Mattheo quedaron de pie.

– A-Ayuda.. – Gimió con desesperó el mismo chico.

Cassiopeia se agacho frente a él picando su mejilla con ternura.

– Por qué pides ayuda..? No se supone que nos estábamos divirtiendo? – Pregunto dulcemente. – Crei que molestaba a Cass por diversión.. así que por que ahora no se ríen..? Tengo aue jalar su cabello como ella hizo conmigo? Burlarme de su padre? – Sus ojos se tornaron rosas asustando al chico que aun estaba de rodillas. – Vamos.. dime. – La rubia Inclino su cabeza mientras su nariz se fruncia – No responderás? – Volteo hacia la chica que aún estaba gritando de dolor por la serpiente. – Y tú? Te estás diviertiendo? –

– LO SIENTO! LO SIENTO! – Exclamó entre lágrimas.

Cassiopeia suspiro decepcionada.

– Ustedes no son divertidos.. – Murmuró tranquilamente.

De un movimiento la gran serpiente desapareció, su magia volvió dentro de su cuerpo y todos por fin pudieron respirar.

Antes de subir a su habitación alguien tomó su mano tímidamente.

– Oye! – Cassiopeia miro el agarre haciendo que el chico la suelte rápidamente.– L-Lo siento! Y-Yo..! Tu! –

– Eres lindo.. – Murmuró la chica acercándose a su rostro. – Me gusta el color de tus ojos.. –

Mattheo se sonrojo ante el halago y sonrio de oreja a oreja.

– Puedo quitarmelos y regalartelos si quieres! –

La niña parpadeó para luego soltar una risita divertida.

Algunos niños se sonrojaron ante tan bello sonido..

– Eres divertido.. como te llamas? –

Mattheo, Mattheo Riddle..

– Theo.. me gusta. – El chico ensancho aún más su sonrisa.

Todos temblaron al verlos juntos, si ya temian del hijo de Lord Voldemort ahora temian de la pequeña Malfoy también.. 





Habían pasado meses desde que ingresaron y todo había cambiado en Durmstrang.

Cassiopeia junto a Mattheo, eran los mejores de la escuela y no solo eso.. ambos eran los Reyes de Galkin.

La niña había reclamado el trono al día siguiente de su pequeño Show, mientras que Mattheo solo anunció que sería el Rey, si alguien lo contradecía.. bueno.

Terminaría en la enfermería justo como aquel alumno de sexto..

Poco a poco ambos se volvían más cercanos, su manera de divertirse era retorcida.
Mattheo se metía en peleas con otros estudiantes solo para golpear y ser golpeado, Cassiopeia lo alentaba con furor para que siguiera.

Amaba ver a Theo cubierto de sangre.

– Cuantos? – Pregunto dulcemente.

– Ocho! – Exclamó la niña de coletas mientras comía una Barra de chocolate dada por el azabache.

Mattheo sonrio con morbosidad, varios estudiantes lanzaron galeones a un Jarrón.

Lo bueno de las peleas clandestinas era que no había reglas, así que podías usar magia, navajas e incluso dagas.

La risa angelical y dulce de Cassiopeia resonaba en aquella enorme habitación.

– Es linda.. a que año va? – Pregunto su contrincante.

– Que..? – Murmuró confundida el de ojos azules. – A que año va? –

– Si, ya sabes para invitarla, tal vez cortejarla y quien sabe.. en un futuro casarnos.. –

Theo volteo a ver a Cassiopeia quien agitaba su mano eufóricamente, pero también por primera vez pudo ver las demás miradas sobre ella.

Niños y niñas la miraban justo como el chico frente a él.

Su respiración comenzó a fallar, sus pensamientos se nublaron repentinamente.

Cassiopeia no podía dejarlo, que seria de él sin ella? Quien calmaria sus pensamientos violentos? Y esas horribles pesadillas? Quien besaría sus heridas y le susurraria que todo estaría bien? Quien haría su corazón latir?

– No. – respondió con una sonrisa amable. – Nadie puede tenerla.. –

El chico confundido parpadeó sorprendido cuando vio los ojos del niño.

Tenía una sonrisa amable si.. esa amabilidad no llegaba a su mirada.

– Oye, estas bi- –

De un movimiento Mattheo lo derribo para luego golpearlo sin parar, sus pequeñas manos se llenaron de sangre rápidamente, el estudiante debajo de él había dejado de luchar hacia minutos.

– Theo? – Ante la voz detuvo los golpes. Y su corazón dejó de latir por un segundo cuando vio el semblante preocupado de la niña – Ese niño.. respira? – Pregunto dulcemente.

El azabache dirigió su mirada al chico debajo de él, su rostro no poseia forma, solo veía rojo y más rojo.

Miro a su alrededor y todos parecían tensos.

Por qué todos lo miraban así? Hace un momento todos gritaban su nombre..

Cassiopeia se agacho a su altura acariciando su rostro con ternura, besando las lágrimas que caían de sus ojos.

– Por qué lloras? Leí sus labios.. se lo que dijo de mi. – Exclamó mirandolo fijamente. Azul y rosa chocaron. – Bien hecho Theo.. Eres un buen chico. –

Es verdad.. él no necesita a los demás, no necesita de sus compañeros de casa, no necesita a los profesores ni sus halagos.

Solo necesita a Cassiopeia..

Mía. – Murmuró roncamente – Eres mía.

Una sonrisa angelical se posó en la niña.

Así es.. y tu eres mio Theo.. – Susurro tiernamente en su oído.






Omg!!!! Los próximos capítulos serán flashbacks 🫵🏻 estoy muy ansiosa por ver sus reacciones a los siguientes capítulos 😭
Los leo 💞

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Too Sweet (Mattheo Riddle, T.R) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora